La tortura moral de un padre que culminó en tragedia
TENDRIA SUS RAZONES O NO PARA OPONERSE AL CASAMIENTO DE SU HIJA, PERO LLEGÓ AL COLMO DE MATAR AL NOVIO DE VARIAS PUÑALADAS CUANDO ESTABA DURMIENDO.

Manuel Aboy, hombre de unos 50 años de edad, vivía con su hija Rosa en una quinta ubicada en la zona que es hoy “El Paraiso”. Todo transcurría con absoluta normalidad, hasta que el padre supo que ella tenía novio. Y que se trataba de José Caeiro, joven que se desempeñaba como agente de policía particular del Ferrocarril del Sud.
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Accedé a las últimas noticias desde tu emailLa muchacha había llegado a los veinte años de edad y por lo tanto se consideraba con derecho a resolver por sí misma. De allí que, desestimando la voluntad paternal, había llevado adelante su noviazgo, formalizado el compromiso y también fijado la fecha de la boda.
Fue entonces que en un vano intento de interrumpir el idilio, el padre dispuso llevar a Rosa a Gardey, a la casa de unos familiares. La chica se negó. Apenas transcurrida la Navidad de 1934, aquel miércoles 26 de diciembre, vinieron padre e hija a la ciudad dirigiéndose a la casa ubicada en Machado 1189 donde Caeiro alquilaba una habitación. Allí almorzaron los tres y se supone que hablaron del tema. Luego, pretextando que iría al centro a comprar zapatos, la muchacha abandonó el lugar.