La salud cardiovascular, la principal amenaza para la mujer que aún se subestima
Aunque persiste la idea de que la salud de la mujer se vincula sobre todo al aparato reproductivo, la evidencia médica es contundente: la enfermedad cardiovascular es la primera causa de muerte femenina. La detección temprana y el control continuo son la mejor herramienta para evitar llegar tarde a un evento que podría haberse prevenido.
La consulta cardiológica femenina sigue siendo escasa. “Del cien por ciento de mujeres que se hace su control ginecológico anual, sólo el 30 por ciento se controla lo cardiovascular”, indicó la doctora Marta Inés Sosa, médica cardióloga.
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La especialista subrayó que el riesgo no está incorporado culturalmente y que, incluso, “se mueren más mujeres que hombres, desde el punto de vista cardiovascular”, por lo que reforzó el concepto y acción de prevención por parte de los pacientes y efectores de salud.
En diálogo con Eco Salud de El Eco Multimedios, la profesional remarcó que “la primera causa de muerte en la mujer no es el cáncer de mama o ginecológico, sino la enfermedad cardiovascular”.
Prevención temprana y trabajo en equipo
Sosa sostuvo que los cardiólogos “somos muy fanáticos de la prevención, lo que es prevención cardiovascular”, y recordó que en la Sociedad Argentina de Cardiología existe el Consejo Corazón y Mujer desde hace más de 20 años, dedicado a abordar las particularidades biológicas y clínicas que diferencian a mujeres y varones.
Por eso, afirmó que la salud femenina debe abordarse en conjunto: ginecólogos, obstetras, endocrinólogos y cardiólogos. La especialista propone dividir el enfoque en dos grandes etapas: “La mujer en edad fértil y la mujer en edad perimenopáusica o postmenopáusica”.
En ambos grupos, pero especialmente desde edades tempranas, “se vuelve fundamental evaluar factores de riesgo como presión arterial, colesterol, sedentarismo, obesidad, tabaquismo y antecedentes familiares”. La médica advirtió que hoy “hay dos grandes epidemias mundiales: la diabetes y la obesidad”, que condicionan embarazos de alto riesgo y aumentan la posibilidad de preeclampsia, hipertensión o diabetes gestacional.
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Embarazo: riesgos que se pueden anticipar
La profesional, que integra el plantel de los Consultorios de la Familia de AMEMT, se refirió al control preconcepcional, en el que muchas mujeres jóvenes llegan a su primer consulta con “valores de presión limítrofe o hipertensión oculta, colesterol alto, hábito de fumar, sedentarismo. Esos son todos factores de riesgo”.
Sobre la preeclampsia aclaró que es un síndrome caracterizado por “hipertensión arterial en la mujer embarazada y la eliminación de proteínas en orina”, un cuadro que puede producir graves complicaciones. La cardióloga alertó que “ha aumentado la tasa de muerte materna y de muerte fetal por hipertensión”, a pesar de que se trata de una condición prevenible y tratable si se controla a tiempo.
Además, los efectos trascienden el embarazo: “la paciente tiene una gran posibilidad de ser hipertensa a futuro”, y también el niño, que “va a desarrollar seguramente hipertensión en la adultez o en la juventud”.
Por eso insistió en anticiparse con estudios sencillos y accesibles: control de presión, ecografía cardíaca, análisis de laboratorio, perfil lipídico y, cuando se indica, ecodoppler de vasos de cuello. “Encarar un embarazo conociendo cómo está todo ese perfil metabólico y cardiometabólico de la paciente es fundamental”, apuntó.
Menopausia y síntomas que no deben ignorarse
En la etapa perimenopáusica y postmenopáusica, los riesgos cardiovasculares aumentan y los síntomas pueden ser diferentes a los de los varones. Sosa explicó que la clásica angina no siempre aparece en la mujer y que suelen manifestarse “sensación de displacer, incomodidad, falta de aire, dolores inespecíficos”. Debido a esta presentación atípica, muchas veces “la paciente no es evaluada convenientemente y se va a su casa con una indicación de psicoterapia”.
Esto se combina con arterias de menor calibre y una mayor agresividad de las enfermedades cardiovasculares en la mujer. Por eso, la médica destacó la importancia de llegar a la consulta y solicitar estudios básicos como electrocardiograma, ecocardiograma, doppler vascular, controles metabólicos. “El diagnóstico en ese momento del riesgo cardiovascular de la mujer es fundamental”, subrayó.
Colesterol, obesidad y tabaquismo: los grandes enemigos
Sosa hizo un especial énfasis en el colesterol elevado, uno de los principales factores de riesgo desde la infancia. “Lo que nos mata es el colesterol. Esas placas ateromatosas se forman silenciosamente desde edades tempranas y progresan si no se interviene. “Empiezan a crecer placas en las piernas, carótidas, en las coronarias”.
El tabaquismo, explicó, potencia la inflamación arterial y facilita la penetración del colesterol en la pared vascular: “El colesterol empieza a colar entre las células y hace un efecto de cuerpo extraño”, describió.
La obesidad, por su parte, debe entenderse como enfermedad sistémica. “Genera una gran inflamación endógena sistémica y repercute en nuestra salud cardiovascular”. A eso se suma que “durante el embarazo no se hacen dietas para bajar de peso, por lo que llegar con obesidad a la concepción implica un riesgo aún mayor”.
Consultar a tiempo, la clave para evitar la emergencia
Para la cardióloga, la prevención no puede depender solo de los médicos. “Las pacientes deben pedir activamente sus estudios. A veces el paciente se queda con lo que el médico le manda. Hay que solicitarlo”.
Y su mensaje final es claro: “No duden en acercarse al consultorio y pedir quiero hacerme un electrocardiograma, un ecodoppler. La detección temprana y el control continuo, son la mejor herramienta para evitar llegar tarde a un evento cardiovascular que podría haberse prevenido”, concluyó.
La médica cardióloga Marta Inés Sosa atiende en los Consultorios de la Familia de AMEMT, ubicados en la calle 4 de Abril 1097.