Dólar. Todavía falta lo peor
Siempre que se produce un cambio en el ritmo de devaluación los medios periodísticos suelen expresar sorpresa frente al salto en la cotización de la moneda extranjera. En realidad, solo se trata de dinámicas diferentes. Profundicemos un poco el tema para comprender mejor el comportamiento convulsivo del dólar.

Resulta conveniente comprender que la dinámica de ajuste del tipo de cambio nominal responde a un patrón distinto al de un índice de precios, que no es más que una canasta de bienes y por lo tanto suben de manera continua o cuasi continua. Mientras que el ritmo de inflación creció en forma pareja entre el 2% y casi 4% el tipo de cambio no siguió necesariamente dicha dinámica.
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Accedé a las últimas noticias desde tu emailLas variaciones en los tipos de cambio nominal responden a dos grandes fuerzas que se retroalimentan entre sí, una de carácter nominal y otra relacionada con la economía real.
Por esta razón, es que debemos diferenciar dos tipos de cambio uno al que llamamos nominal (actual cotización de $216/9 por dólar) y otro al que llamaremos real y que nos indica cual es el poder de compra de la moneda extranjera en términos de bienes locales.
Los cambios en el tipo de cambio nominal (TCN) responden a desequilibrios monetarios en la economía pudiendo ser neutrales en términos de poder de compra. Ejemplo si el precio del dólar sube un 10% y el salario y los precios suben al mismo ritmo tanto el poder de compra del salario como de los bienes se mantiene inalterado en relación al de la moneda extranjera.
Sin embargo, en países con graves desequilibrios monetarios y reales como Argentina, los cambios en el valor nominal del dólar significan casi siempre disminuciones en el poder de compra tanto del salario como de los bienes.
Argentina desde hace tiempo enfrenta fuertes desequilibrios, que terminan por erosionar el poder de compra local. En otras palabras, el cambio en el TCN refleja los cambios en la economía real. En este aspecto los flujos de capitales hacia afuera, los cambios en las condiciones de credibilidad de las acciones gubernamentales, el cepo y el mal clima de negocios son la causa de que el poder de compra de nuestro trabajo disminuya en términos de moneda extranjera.
En forma cíclica y con tendencia casi constante argentina viene expulsando capitales desde hace casi una década. Esto determina que el tipo de cambio real de equilibrio alcance una tendencia creciente haciéndonos cada vez más pobres en dicho recorrido. En otras palabras, el precio de nuestros bienes, incluido el salario que ganamos, pierde valor en relación al dólar.
Frente a esta hipótesis teórica fundada en la baja performance de nuestra economía se destaca que es de esperar, a un ritmo lento, pero constante, que el dólar supere a la inflación en periodos más largos de tiempo.
En los últimos 6 meses el tipo de cambio blue creció un 30% en tanto que la inflación fue solo de 26%. Si tomamos dos años de plazo apreciamos claramente nuestra disminución del poder de compra dado que el tipo de cambio acumula una suba 183% en tanto que los precios sólo un 107%.
Diversas son las causas que explican esta dinámica, pero sin dudas el exceso de oferta monetaria neta, el atraso del tipo de cambio oficial, el cepo y los desequilibrios reales de nuestra economía son los elementos de corto plazo que determinan por qué el dólar le ganara a la inflación en el próximo año.
Durante el año 2022 se espera una aceleración inflacionaria que ubicara a la tasa de crecimiento de los precios en valores de mínima de aproximadamente un 80% durante todo el año. El comportamiento del dólar nominal seguirá siendo espasmódico, es decir que luego de saltos bruscos, se calmara por momentos cortos de tiempo, pero al cabo de un año su incremento se ubicará por encima del 80%. Tomando la cotización de fines de diciembre de 2021 eso implica que, con la dinámica inflacionaria estimada, el dólar podría ubicarse por encima de los 370 pesos hacia fines del año.
Cualquier intento de estabilización que carezca de credibilidad podría incluso agravar esta situación y poner a la tasa de inflación al borde de los tres dígitos iniciando el camino de un salto más brusco en la cotización del dólar.
El gobierno carece casi de grados de libertad para torcer esta situación y es por eso que el acuerdo con los organismos internacionales poco cambia las conclusiones de dicho análisis.
En Argentina todo está preparado para salir peor de los que esperamos por lo que deberemos cruzar los dedos para que el año en curso no tenga sorpresas más desagradables aún.
*Las opiniones expresadas son personales y no necesariamente representan la posición de la UCEMA