FRASES EN LA HISTORIA
“¡Denme dos Morelos y conquisto el mundo!”
Por Daniel Xodo
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(Napoleón Bonaparte, 1769-1821)
Entre las frases atribuidas a Napoleón, sin juzgar su veracidad, la referida a José María Teclo Morelos Pavón y Pérez (1765-1815) está destinada a enaltecer la figura y acción de una de las personalidades más relevantes en la guerra de la independencia de México.
Más allá de los horrores propios de la guerra, esta lucha estuvo plagada de crueldades tanto de los insurgentes como de los represores. Al asedio, ataque, saqueo, incendio y destrucción de más de 70 pueblos seguían los asesinatos de españoles donde los hubiera. A los guerrilleros se le unían pobladores para aprovechar la circunstancia y robar lo que fuera posible. Los líderes subversivos no podían contener las bandas criminales. Cuando las tropas revolucionarias intentaban impedir los ataques a las propiedades, el populacho los enfrentaba y apedreaba.
La respuesta realista fue de igual tenor. A los ataques e incendios a poblaciones de revolucionarios se añadieron horcas, decapitaciones, fusilamientos y torturas, juicios sumarísimos y matanzas impiadosas.
El hecho de estar España en poder de Napoleón abonaba la idea de independizarse.
Nueva España, como entonces se llamaba Méjico, era muy rica y fuente de ingresos importantes para la corona española, pero ahora estaba en manos de Francia.
Miguel Hidalgo e Ignacio Allende, afectados también económicamente, se convierten en líderes de la revolución.
El 16 de septiembre de 1808, el cura Hidalgo hace sonar las campanas de la iglesia y con el estandarte de la Virgen de Guadalupe en mano, exhorta a su feligresía a luchar contra el gobierno.
En tanto, José María Morelos había desarrollado su vida, cuando adolescente, como agricultor y arriero en la propiedad de un familiar. Luego, como contador y escribano en la hacienda de su abuelo, que heredaría si se ordenara como sacerdote y sirviera en una capellanía, condición impuesta por su ancestro.
Así es como encuentra Morelos su vocación religiosa. Ejerce como cura en Carácuaro. Profundiza en los clásicos romanos Virgilio y Ovidio. Enseña gramática y retórica. Engendra dos hijos (varón y mujer), a los cuales no les da su apellido por su condición obligatoria de célibe.
Allí abraza la causa independentista y se pone a órdenes de Hidalgo, quien le encarga tomar ciudades para controlar la comunicación con Asia, especialmente Acapulco.
Durante tres años, logra controlar gran parte del país pero es sitiado en Cuautla. Durante 72 días, se enfrenta con milicias mal armadas a un ejército de 7000 hombres que le impide recibir cualquier tipo de ayuda o alimentos. Los revolucionarios celebran a los caídos en combate con música y borracheras. Celebran victorias y también derrotas. Finalmente, el jefe español renuncia al sitio, que ya había provocado roces en sus mismas filas, escribiéndole al virrey: “Si la constancia y actividad de los defensores de Cuautla fuese con moralidad y dirigida a una justa causa, merecería algún día un lugar distinguido en la historia. Ese clérigo es un segundo Mahoma”.
En las localidades y municipios donde le toca actuar, dicta medidas como eliminar la esclavitud, cuidar los bienes de la Iglesia, suprimir los tributos que oprimían a los agricultores y ganaderos, evitar la guerra de castas, entregar tierras a naturales para su cultivo sin que puedan arrendarse, suprime el pago de diezmos ni primicias por parte de los indios y expresa que tienen tanto derecho a apelar como todos. Establece talleres para forjar armas y fabricar pólvora. Ante un intento de sedición que promovía la matanza de blancos, actúa con firmeza reprimiéndolo y fusila a los cabecillas
Estas historias llegaron, presuntamente, a oídos de Napoleón, que estaba organizando la campaña a Rusia y exclamó: “¡Denme dos Morelos y conquisto el mundo!”.
En los años siguientes Morelos sufre varias derrotas y finalmente, es capturado junto a dos centenas de insurgentes. Sufre degradación eclesiástica y es condenado a muerte.
El 22 de diciembre de 1815, a las 6 de la mañana, antes de recibir la descarga mortal, exclama: “¡Señor, si he obrado bien, tú lo sabes, pero si he obrado mal yo me acojo a tu infinita misericordia!”.
Recién en septiembre de 1821, México alcanzaría su independencia. José María Morelos había contribuido heroicamente a ella. (Fuentes: https://www.infobae.com/america/mexico/2021/10/29/denme-dos-morelos-y-conquisto-el-mundo-la-verdad-detras-de-la-supuesta-frase-de-napoleon-bonaparte/
https://embamex.sre.gob.mx/vaticano/index.php/noticias/502-cartas-del-embajador-asi-era-morelos
https://www.gob.mx/epn/es/articulos/10-datos-sobre-el-generalisimo-jose-maria-morelos-y-pavon
https://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0188-28722008000200002).