Promesa de amor por tres
Relatos de estudiantes de 6to año de la Orientación en Comunicación del Colegio Ayres del Cerro. Los mismos se trabajaron en el Taller de Producción en Lenguajes coordinado por la profesora Gabriela Ballarre.
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Por: Amalia Lester
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Accedé a las últimas noticias desde tu email¿Se imaginan una boda triple? Raro, ¿no? Esta es la historia de mi familia.
Un frío domingo de Pascua, el 13 de abril de 2006, la familia se reunió como de costumbre. Sin embargo, ninguno de los presentes imaginaba la gran noticia que les esperaba.
Semanas antes, en otra cena familiar, los hermanos de mi padre, Maximiliano y Nicolás, junto a sus entonces novias, Mariela y Sol, propusieron la idea de una boda triple. La iniciativa no quedó en el olvido: días más tarde, le propusieron la idea a mi padre Ezequiel y a mi madre Eugenia, quienes no habían estado presentes en aquella cena, y ellos aceptaron sin dudarlo.
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Los seis decidieron anunciar la noticia un domingo de Pascua, momento en que todos estarían reunidos.
Llegó el tan esperado 13 de abril y el comunicado generó gran alegría en la familia, todos ansiosos por la llegada del gran día.
Rápidamente, la singular historia trascendió a los medios. La familia compartió su vivencia en varios de ellos.
Las tres parejas se casarían el 16 de febrero de 2007. El Eco de Tandil, específicamente, los convocó, les tomó una fotografía a los seis y publicó la noticia el 14 de febrero.
Finalmente, el 16 de febrero de 2007, los seis contrajeron matrimonio por civil y al día siguiente, 17 de febrero de 2007, lo hicieron en la Iglesia Matriz Santísimo Sacramento, ubicada frente a la Plaza Independencia.
Luego llegó la gran fiesta, que reunió a quinientos invitados de las tres parejas y se llevó a cabo en el salón de la Cámara Empresaria.
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Nuevamente, repito, esta es la historia de mi familia. Y aunque la promesa de amor (enamoramiento) se haya “roto” en uno de los casos, como sobrina e hija noto el cariño que se tienen entre todos, porque va más allá de qué tipo de amor sea; es el bello vínculo que se sigue sosteniendo.
Eso tiene mi familia, la gran contención y la adoración hacia el otro y por todos. Debido a su gran valentía de animarse a lo diferente es que al día de hoy puedo estar escribiendo esto.
Y hace poco me enteré de que el salón en donde hicieron su fiesta se llama “Salón de la amistad”. Qué justo ¿no?
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