Día Mundial de la Costurera: por qué se celebra hoy, 14 de octubre
Un homenaje a quienes con hilos y agujas mantienen vivo un oficio lleno de historia, creatividad y resistencia frente a los cambios tecnológicos y sociales.
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Cada 14 de octubre se celebra el Día Mundial de la Costurera, una fecha destinada a reconocer el trabajo invisible pero fundamental de quienes confeccionan, reparan y transforman prendas. Más allá de la acción de coser, la labor de las costureras refleja esfuerzo, precisión y creatividad, y tiene un profundo vínculo con la historia social y económica de muchas culturas.
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Accedé a las últimas noticias desde tu emailLa elección de esta fecha también rinde tributo a Santa Lucía, considerada por varios países como la patrona de las costureras. Su figura representa la dedicación, el talento y la perseverancia, virtudes indispensables para un oficio que requiere de una mirada atenta y una mano firme. Santa Lucía simboliza la claridad necesaria para trabajar con detalle y precisión, cualidades que las costureras evocan como guía espiritual.
Aunque la producción en masa y la tecnología han transformado el mundo textil, la costura artesanal sigue manteniendo su valor y relevancia. En pequeños talleres, cooperativas y hogares, muchas mujeres y hombres continúan dedicándose a este oficio con la misma pasión de generaciones anteriores. Cada prenda elaborada a mano es única, un símbolo de independencia económica y orgullo personal, que contrasta con la uniformidad del consumo industrial.
El Día Mundial de la Costurera no solo celebra el trabajo técnico, sino también la historia de superación de quienes eligen este camino. En diferentes países, la jornada se acompaña con homenajes, talleres y exposiciones, además de mensajes de reconocimiento en redes sociales que destacan la labor de las costureras como “verdaderas artesanas del día a día”.
Sin embargo, la celebración también pone en evidencia los desafíos del sector, como la precarización laboral, las largas jornadas y la falta de reconocimiento social. Más allá de estas dificultades, esta fecha se convierte en una oportunidad para valorar la entrega y el arte de coser, que resiste el paso del tiempo y continúa tejiendo identidad, tradición y esperanza.
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