Asediados por los robos, vecinos del Procrear de Villa Cordobita viven con miedo y claman por seguridad
Los ilícitos no cesan y suceden en distintos horarios del día. Reclaman mayor iluminación y patrullaje en horario nocturno. Admiten que tienen temor hasta de abrir las ventanas cuando están en el interior de las casas. “No es manera de vivir”, sostuvo.
Una vez más, los vecinos del Procrear de Villa Cordobita alzaron su voz para reclamar seguridad porque están constantemente asediados por los robos y confiaron que “no es manera de vivir”.
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María Noé García Vaz, una de las frentistas, contó que el miércoles a la 1.30 ingresaron delincuentes al patio de su casa por atrás y le robaron. “Yo tengo todo cerrado con planchones, se ve que saltaron y violentaron un depósito que tengo con portón cerrado con llave”, sostuvo.
Para ingresar, barretearon el portón y de ese modo lograron abrirlo. “Se metieron y empezaron a sacar las cosas y se ve que en un momento los agarró el sensor de la alarma, y ahí se fueron. Llegaron a llevarse una desmalezadora y una bicicleta”, señaló.
En tanto, explicó que la alarma les saltó en diversas oportunidades por lo cual suponen que han intentado ingresar anteriormente, peor nunca lo habían logrado.
Santiago Pérez contó que a él también le entraron al patio y le sustrajeron diversos objetos peor no vieron ni escucharon nada.
Por su lado, Ale Amado indicó que les abrieron la puerta de atrás de la casa y les robaron una computadora de arriba de una barra y tiempo después “tantearon las puertas y las ventanas para volver a entrar mientras nosotros estábamos adentro mirando tele, alrededor de las 23”.
“No es manera de vivir”
Ezequiel Balquinta planteó que “hay más patrullaje pero en horarios diurnos, pero termina de caer el sol y ya no los ves. La nocturnidad se presta para los ilícitos. Hace una semana a un chico le quisieron entrar estando el adentro, y sin estar en la casa también intentaron ingresar”.
El vecino aseguró que luego de que saliera el reclamo por seguridad en El Eco de Tandil hace 15 días hubo más patrullaje en la zona pero sólo de día y “los hechos siguen sucediendo”.
Y recordaron que unos días después ocho vehículos amanecieron con sus gomas pinchadas por alguien que les había hecho tajos, por lo cual presumen que se trató de una venganza por haber hecho pública la situación.
Lucía Naranjo aseguró que entre vecinos están “muy comunicados” como pero se les “escapa de las manos”.
Y Javier Maddio remarcó que “uno tiene que seguir con su rutina, dejar la casa sola mucho tiempo y la seguridad no depende de nosotros”.
Lucía Naranjo manifestó que “por ahí ahora es una computadora que tienen a mano pero nos preocupa si más adelante lastiman a alguien, hay nenes chiquitos, ya se han metido con gente adentro. Antes se robaban cosas del patio, ahora tratan de entrar con gente adentro, no sabemos qué va a pasar más adelante”.
“Yo tengo miedo de abrir la ventana cuando estoy cocinando porque estoy con miedo continuamente, a mi nene no lo dejo salir al patio porque tengo temor de no estar mirándolo y que entre alguien”, afirmó.
“No es manera de vivir”, sostuvo Ezequiel Balquinta y admitió que “a nosotros nos pasa lo mismo, yo me voy, queda mi señora sola con el nene y ella con tremendo calor por las dudas cierra todas las ventanas, no se puede estar así”.
Acerca de la posibilidad de contar con cámaras de seguridad, cuestionaron que desde el Municipio les dijeron que no hay presupuesto.
Amanda Parma enfatizó que robos hay en todos los horarios, tanto de noche como de día.
Y recalcaron la importancia de contar con mayor iluminación. “Hay sólo tres luminarias por cuadra, por ahí un par de focos más por cuadra serían necesarios”, dijo María Noé García Vaz y consideraron que al menos podrían cambiar el tipo de iluminación.
“Se habló en una reunión que tuvimos el año pasado con funcionarios del Municipio y nos dijeron que calle de tierra sólo tres, eso dice la ordenanza así que nos tenemos que olvidar”, afirmó Pía Rivas.