Gasista de Tandil brindó recomendaciones para evitar las intoxicaciones con monóxido de carbono
Mario Agostini enfatizó en la necesidad de realizar un mantenimiento anual a los artefactos a gas por parte de un profesional matriculado. “El monóxido de carbono es un asesino silencioso", aseguró y sostuvo que también el gas natural es muy peligroso en caso de haber alguna fuga.

Controles anuales en calefactores y otros artefactos a gas a través de un profesional matriculado; ambientes ventilados aún en épocas de frío, y rejillas de ventilación de cocinas y comedores siempre destapadas son solo algunas de las pautas de prevención necesarias para evitar intoxicaciones con monóxido de carbono.
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Accedé a las últimas noticias desde tu emailLas bajas temperaturas llevan naturalmente a encender la calefacción pero, para evitar accidentes, es necesario cumplir con una serie de medidas de cuidado.
En este contexto, el gasista matriculado de Tandil, Mario Agostini, dialogó con El Eco de Tandil y brindó significativas recomendaciones para mantener la calidez dentro del hogar, sin perder la seguridad.
El profesional enfatizó en la necesidad de que a los artefactos a gas se les realice un mantenimiento anual por parte de un gasista matriculado, dado que el monóxido de carbono es un "asesino silencioso" y el gas natural es muy peligroso en caso de haber alguna fuga.
Agostini diferenció también entre los distintos tipos de estufas existentes en el mercado, explicó sus mecanismos de funcionamiento y los riesgos asociados con cada uno.
Finalmente, resaltó la importancia de las ventilaciones adecuadas en cocinas y espacios con termotanques, advirtiendo sobre el peligro de tapar las rejillas.
“El monóxido de carbono es un asesino silencioso. Es silencioso porque entra en el cuerpo sin que la persona se dé cuenta, ni siquiera estando despierta”, señaló Agostini.
Y amplió que “si la persona está despierta, tal vez se dé cuenta de que se empieza a desvanecer, pero si está durmiendo y el monóxido ingresa al torrente sanguíneo, queda en reposo y no despierta nunca más”.
En este punto, aseguró que “un generador de monóxido carbono puede ser un calefactor, pero también un termotanque y una cocina”.
Por eso –resaltó- “el riesgo de intoxicación está durante todo el año”.
“El gas es otro asesino, pero al menos al gas se le siente el olor”, agregó el profesional matriculado en referencia al mercaptano, la sustancia que se añade al gas natural para facilitar la detección de fugas.
Agostini recomendó por otra parte “no calefaccionar nunca con las hornallas de la cocina”, ya que “eso arroja al ambiente toda la combustión del gas quemado” y sostuvo que, en las personas, esta peligrosa práctica puede provocar “dolor de cabeza y ardor en los ojos”, entre otros malestares.
Tipos de calefactores
El entrevistado distinguió además entre los diversos tipos de estufas que hay en el mercado.
“Tenemos la estufa de cámara abierta –antes conocida como catalítico- que no está indicada ni aprobada para los lugares en los que las personas duermen. Por otro lado, está el tiro balanceado, que es el calefactor que atraviesa la pared con un gorro que absorbe el oxígeno que sale hacia afuera, con lo cual todos los gases de combustión salen para fuera”, señaló.
“Si bien es lo más seguro en calefactores, en el tiro balanceado hay que controlar que la llama sea siempre azul porque ese es un indicador de que se está generando mucho menos monóxido de carbono que si la llama es de color amarilla”, acotó Agostini.
Y continuó: “Está el calefactor TBU, que es el mismo tiro balanceado pero con un artefacto que te permite ubicarlo en un pasillo, por ejemplo, y salir con las dos ventilaciones hacia arriba atravesando el techo”.
“Está el tiro natural –comentó- que sale hacia arriba también pero tomando oxígeno del espacio. Hoy ese se está dejando de usar porque, si bien no emana el monóxido hacia adentro, quita oxígeno del ambiente”.
Y dijo que, por último, están las estufas garraferas, que “hoy no están aprobadas porque queman oxígeno del ambiente para generar calor”.
“Una estufa garrafera no puede estar aprobada nunca, por nadie”, enfatizó el gasista de Tandil.
Dejar las rejillas destapadas
En diálogo con este Multimedios, el profesional se refirió por otro lado a la tenencia adentro del hogar de otros elementos que funcionan a gas, como termotanques y cocinas, y destacó que “nunca hay que tapar las rejillas de ventilación”.
“El termotanque es como un calefactor tiro natural”, sostuvo. Y agregó que “para instalar un termotanque se necesitan rejillas de ventilación; para una cocina, rejillas de ventilación superior e inferior dentro del ambiente”.
En este punto, insistió en “no tapar esas rejillas”.
“Muchas veces la gente las tapa porque entra el frío; les ponen un cartón o papel con cinta y lo tapan”, aseguró Agostini.
“Yo entiendo que cuesta muchísimo calefaccionar el lugar con esa rejilla destapada, pero mantenerla destapada te puede salvar la vida”, añadió.
Para terminar, volvió sobre la importancia de “ventilar siempre, aunque haga frío” y de hacer revisar los artefactos periódicamente por un gasista matriculado.
“El service se debe realizar una vez por año. En esa revisación, el gasista observa el tamaño, el estado del piloto y el estado de la válvula de seguridad -la famosa termocupla- que a veces se quema o se rompe y entonces el calefactor se apaga”, explicó Agostini.
“En algunas raras oportunidades, cuando esa válvula se rompe, queda perdiendo gas en el ambiente”, finalizó.
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Síntomas de intoxicación
Según información del Ministerio de Salud de la Nación, el monóxido de carbono es un gas muy tóxico para las personas y los animales.
Ingresa al organismo a través de los pulmones y desde allí pasa a la sangre, ocupando el lugar del oxígeno. Reduce la capacidad para transportar oxígeno de la sangre y hace que las células no puedan utilizar el oxígeno que les llega. La falta de oxígeno afecta principalmente al cerebro y al corazón.
De acuerdo a las indicaciones de la cartera sanitaria, se debe sospechar una intoxicación con monóxido de carbono cuando una o varias personas al mismo tiempo, que estuvieron en un ambiente cerrado, presentan: dolor de cabeza, mareos, somnolencia, debilidad, cansancio, náuseas/vómitos, pérdida del conocimiento y/o convulsiones, palpitaciones, dolor de pecho y caro cardiorrespiratorio.
Cuando se presentan signos de intoxicación con monóxido de carbono, se recomienda abrir puertas y ventanas para ventilar; retirarse o retirar a la víctima del lugar contaminado para respirar aire fresco y llevar a la víctima rápidamente al Hospital, o al Centro asistencial más próximo, aunque haya recuperado el conocimiento.
Sobre el autor
Periodista de El Eco de Tandil.