Investigadores descubrieron restos de culturas indígenas que habitaron la región hace más de 7 mil años
Levaron a cabo excavaciones que arrojaron nuevos conocimientos sobre el pasado prehispánico en Tandil.

Un grupo de científicos y científicas de la Unicen y el Área de Museos de Necochea realizaron excavaciones y descubrieron restos de herramientas de piedra, fragmentos de cerámica, pigmentos minerales, restos de fauna, evidencias microscópicas de plantas y otros objetos que aportan nuevos conocimientos sobre el pasado prehispánico en Tandil. Algunos de los hallazgos datan de más de 7 mil años atrás.
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Accedé a las últimas noticias desde tu email“Estas investigaciones son aportes que permiten continuar con algo que se viene sosteniendo desde hace años, que tiene que ver con una historia regional del sistema serrano de Tandil, una historia indígena muy profunda que tiene más de 12 mil años. Son conocimientos novedosos que ponen en tensión representaciones de la comunidad local que están súper arraigadas, más aún cuando venimos de los festejos del bicentenario. Todo esto nos da evidencia concreta para poder discutir, que no solamente tenemos 200 años de historia. Tandil cuenta con una historia indígena muy profunda previo a los procesos de conquista y colonización que también merece ser contada, visibilizada, puesta en diálogo a todos los sectores de la comunidad local”, expresó la arqueóloga Selene Arislur, que integra el equipo de investigadores junto a Valeria Elichiry y Franco Pazzi.

Fue a partir del trabajo de campo sistemático en distintos puntos del Partido que los investigadores identificaron 17 nuevos sitios arqueológicos, de los cuales hasta el momento excavaron en 3. En el denominado El Centinela 1 se realizaron dos fechados por Carbono 14 en restos óseos de dos animales con marcas de actividad humana sobre ellos que, junto con otras líneas de evidencias, permitieron identificar al menos tres momentos para las ocupaciones indígenas.
El más antiguo, precisaron los investigadores, dio un resultado de 7440 años atrás, siendo el fechado más antiguo existente hasta el momento para el partido de Tandil, seguido por otro de hace 5095 años. Por su parte, de los otros dos sitios (Lyo-Mahuida 1 y Lorda 1), el grupo de científicos transmitió que no pudieron realizarse fechados radiocarbónicos, pero que a partir del hallazgo de puntas de proyectiles tipo “cola de pescado” estimaron un inicio de la ocupación muy antiguo. Dichos artefactos, explicaron, se asocian con los primeros momentos del poblamiento humano en la región.
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“Luego, para los últimos 3000 años de historia, las evidencias se vuelven más recurrentes en los tres sitios, con elementos típicos de ese período, como las puntas de proyectil más pequeñas, vinculadas al arco y flecha, o la tecnología cerámica”, indicaron.
Una investigación de años
El equipo de investigación que llevó a cabo los descubrimientos está conformado por Selene Arislur, Valeria Elichiry y Franco Pazzi. Son integrantes del Área de Arqueología y Antropología de Necochea, con lugar de trabajo en el Área Municipal de Museos de dicha ciudad y en el Instituto de Geografía, Historia y Ciencias Sociales del Conicet y la Unicen.
“Todos los materiales culturales hallados fueron definidos como patrimonio arqueológico, de acuerdo a la Ley Nacional 25.743. El equipo del Área de Arqueología y Antropología posee el permiso de investigación sobre los lugares y materiales, correspondientes al período prehispánico en este sector de Tandilia, otorgado por el organismo provincial del Centro del Registro del Patrimonio Arqueológico y Paleontológico (CRePAP). Todo lo recolectado y estudiado se encuentra debidamente inventariado y resguardado bajo criterios de conservación adecuados, en el depósito y laboratorio de este equipo, en la ciudad de Necochea”, explicaron los investigadores.

Desde el grupo de científicos recordaron que la historia indígena prehispánica del sector centro-este de Tandil comenzó a ser investigada desde la arqueología hace más de 40 añs por la directora del equipo, Nora Flegenheimer. A lo largo del tiempo se sumaron otros aportes gracias a los que a la fecha se cuenta con información sobre los lugares y las formas de extracción de las piedras para confeccionar los artefactos -canteras indígenas milenarias-, evidencias de relaciones con distintos grupos humanos lejanos -por ejemplo, que habitaron los actuales territorios de la Patagonia y Uruguay-, conocimientos compartidos entre grupos a lo largo del tiempo y el espacio, la selección de ciertos tipos de rocas para confeccionar los instrumentos que van más allá de su funcionalidad -como la elección por aspectos simbólicos, como los colores-, entre otras que surgen de lo transmitido por los investigadores.
De parte del equipo brindaron detalles de los aportes realizados por cada uno de los integrantes. La mencionada Arislur “enfocó su investigación en la búsqueda de evidencias y conocimientos locales que permiten problematizar las representaciones sobre la profundidad histórica del actual territorio de Tandil”. Llevó a cabo entrevistas, desarrolló trabajo arqueológico en diferentes puntos del partido, y analizó la cultura material hallada.
Valeria Elichiry, señalaron, concretó un estudio paleoetnobotánico, desde la Ecología Política, en el que indagó sobre la utilización de las plantas nativas de la región, con interés en los sistemas alimentarios, en los usos milenarios y en conocimientos y prácticas actuales. Franco Pazzi orientó su investigación a la tecnología -principalmente de piedra- de los grupos indígenas que vivían en la región. Estudió cómo se extraían, procesaban, transportaban y usaban las piedras, y también las decisiones y relaciones sociales vinculadas a estas actividades.
Durante la última Semana Santa, informaron, estuvieron desarrollando excavaciones en una zona cercana a San Manuel, y que continúan llevando a cabo diferentes trabajos de campo.