“Los panaderos son los más perjudicados”, aseguró un referente gremial tras la caída en las ventas
Víctor Barzola indicó que la venta de pan bajó más del cincuenta por ciento y que ya se cerraron más de dos mil panaderías a nivel nacional, de las cuales hay “dos o tres” en Tandil. Indicaron que no se autorizó ningún aumento en la ciudad y que si bien el kilo se consigue por 2.200 pesos, hoy debería valer más de 3 mil pesos.

La realidad económica golpea a un sector productivo de la sociedad argentina. Los panaderos alzaron la voz por una situación crítica que incluye cierres de comercios por el abrupto descenso en las ventas, situación que se replica en Tandil. Al mismo tiempo destacaron que la materia prima fundamental se mantiene estable, pero que todo lo demás no deja de subir.
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Accedé a las últimas noticias desde tu emailLos números relevados por la Cámara de Industriales Panaderos (Cipan) evidencian un panorama desalentador. Según marca la entidad, más de 1.700 panaderías bajaron las persianas en todo el país, un tercio de ellas ubicadas en el territorio bonaerense. El cierre de los locales es consecuencia directa de la caída del consumo de pan a la mitad del que había en 2023 y con una capacidad operativa al 60% en la actualidad.
Víctor Barzola, presidente de la Cámara de Panaderos de Tandil, trazó un panorama de la situación junto El Eco Multimedios. El referente del sector panaderil describió un presente desolador y un futuro con un escenario oscuro en caso de no dar una vuelta de timón a la situación. “Esto no se puede más, no sé qué va a pasar”, señaló.
Como integrante de la comisión directiva de la Federación, aseguró que tiene datos alarmantes que describen el complicado presente. En ese aspecto, contó que ya se cerraron más de dos mil panaderías en todo el territorio nacional y que en Tandil “hay dos o tres” que corrieron con la misma suerte. “Está todo mal, pero los panaderos son los que más perjudicados son”, aseguró.
Barzola puntualizó que el principal inconveniente que tienen es la baja abrupta en las ventas como consecuencia de que la gente no tiene plata para consumir y el pan sigue aumentando. Brindó el dato de que hoy hay un 60 por ciento de menos ventas en el global de los productos producidos en las panaderías.
“Yo no autorizo aumentar a ninguno, el que quiera por su cuenta que lo haga pero todavía podemos mantenerlo. Acá el kilo tendría que estar ahora entre 3200 y 3300 pero no lo voy a aumentar todavía porque la gente no tiene plata, no puede comer”, describió y luego añadió que el kilo se consigue por 2.200 pesos en Tandil y en la Ciudad de Buenos Aires se consigue a 5 mil pesos.
Caída del pan y un futuro sin mejoras
“Si yo o cualquier panadero aumentamos el pan, ¿a quién le vendemos?”, preguntó de forma retórica Barzola. El referente del sector hizo hincapié en como la caída en el comercio del pan también se traduce en otras producciones el rubro: “La venta de facturas casi no existe. El que vende, hace hoy y mañana las tiene que vender más baratas como oreadas o las tiene que tirar”.
Como único aspecto positivo, indicó que la harina “todavía está estable” y no ha sufrido aumentos a diferencia de los otros insumos que hacen al producto final. A esta situación se suma que los alquileres están cada vez más difíciles de asumir con la poca venta que tienen los comercios.
“El que paga alquiler, ¿cómo hace para pagar 1 millón? Se está vendiendo por promedio 15 kilos de pan al día porque más no vendés en el mostrador. Antes vendíamos 50 o 60 kilos, pero ahora no se vende. Vas a la calle, repartís y te piden que les bajes menos pan porque les quedó del otro día porque la gente no tiene plata”, describió.
Cabe mencionar que generalmente el aumento del valor del kilo de pan se produce a partir de una reacción directa de la subida del precio de la harina. En 2024, mientras el Gobierno Nacional luchaba para desacelerar la inflación en búsqueda del equilibrio fiscal, se produjo un aumento considerable, pasando de 10 a 13 mil pesos el valor de la bolsa.
Toda esta situación generó como consecuencia el cierre de muchos locales a nivel nacional, hecho que también tuvo su réplica en la ciudad con “dos o tres panaderías que cerraron”. Los comercios que siguen abiertos han reacomodado su funcionamiento con el ofrecimiento de otras opciones, como comida elaborada o productos de almacén.
“Tenemos un momento muy difícil, no sabemos qué es lo que va pasar. Pensemos en la gente y en los chicos. Mi preocupación son los chicos, después los grandes nos arreglamos. Tenés que ver lo que es el conurbano, nosotros más o menos la vamos pilotando entre todos pero la situación está muy mal y en el horizonte no se ve una mejora”, concluyó Barzola.
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