Los valores del rugby y la agresividad se advierten en los boliches de Tandil
Luego de que un grupo de jóvenes rugbiers matara a golpes a Fernando Báez Sosa en Villa Gesell, El Eco Multimedios dialogó con Juan Martín Aroztegui, uno de los integrantes del proyecto Mirmidones, y Roberto Bonanna, reconocido personal de seguridad de la ciudad, para conocer la situación respecto al rugby y a las peleas en Tandil. Aroztegui señaló que no se debe generalizar, pero que deben modificarse algunos valores que transmite el deporte; mientras que Bonanna reveló que los ataques en patota no son tema nuevo sino que vienen pasando desde hace, por lo menos, diez años.
El asesinato de Fernando Báez Sosa, el joven de 18 años que el 18 de enero murió luego de recibir una golpiza por parte de diez jugadores de rugby en Villa Gesell, despertó las críticas de la sociedad respecto a los valores que se inculcan en ese deporte y a los comportamientos que tienen quienes lo practican.
Recibí las noticias en tu email
Por el incidente ocurrido a la salida del boliche Le Brique, 10 rugbiers de entre 18 y 20 años de la localidad bonaerense de Zárate quedaron detenidos en la unidad penitenciaria de Dolores.
A raíz del trágico hecho, Juan Martín Aroztegui, uno de los colaboradores del proyecto Mirmidones y exjugador de rugby, dialogó con el ciclo radial “Buenas y Santas” y reconoció que, si bien no se debe generalizar, algunos valores del rugby deben modificarse.
Cabe mencionar que Mirmidones es una iniciativa que surgió años atrás y que, mediante actividades organizadas por voluntarios, llevan el deporte a la cárcel de Barker. “Tratamos de formar gente, en el contexto de encierro, con el rugby como herramienta”, comentó.
Reconoció que el tema se debatió en el penal por iniciativa de los propios jugadores que se encuentran privados de la libertad, aunque los trabajadores ya sabían que se iba a tratar. “Después del entrenamiento, por lo general, se hace una ronda donde conversamos de las cosas que fueron pasando y ahí fue que lo charlamos”, indicó Aroztegui.
Y agregó que “habilitamos el debate para que las conclusiones sean por parte del grupo. Además, nosotros también aportamos algunas ideas, porque siempre llevamos respuestas ya que es un contexto en el que los chicos las necesitan; llevamos soluciones a los conflictos que se puedan presentar cuando recuperen la libertad”.
Reconoció que a todos los participantes del proyecto los ha movilizado este tema debido a que son todos jugadores o exjugadores de los tres clubes de rugby de la ciudad y reveló que “hay críticas y autocríticas que nos interpelan como grupo y como parte de la sociedad”.
Generalización errónea
Las generalizaciones, utilizadas en el ámbito que se las emplee, siempre son erróneas puesto que cada persona es diferente. No obstante, hay algunas características que se comparten y que el propio Aroztegui llamó a modificar.
“La generalización del rugby es muy injusta, como todas las generalizaciones. Somos todas personas diferentes, con mayor o menor formación o consciencia social. Pero también hay características que son reales que hay que verlas y modificarlas. A alguno le costará más, a otro menos. Hay resistencias al cambio, seguramente, pero es el laburo que hay que hacer”, evaluó.
En ese sentido, citó uno de los aprendizajes que se inculca a partir de este deporte que es “nos tocan a uno y nos tocan a todos” y clamó por un cambio en el pensamiento. “Hay que dejar de creer eso y empezar a decir ‘bueno, hay un inconveniente, saquemos al que está con un problema, no tenemos que romper todo y ganar la discusión. Retiremos al que está complicado y resolvamos el tema hablando’”.
Asimismo, aseveró que algunas de las críticas que se les hacen a los jugadores de rugby son reales y que los propios formadores deben repensarse la manera de educar a los jóvenes. “En los clubes todos formamos adolescentes, entonces estamos aprendiendo constantemente y de los temas nuevos nos tenemos que hacer cargo para modificarlos”, consideró.
En una valoración personal, reveló que debería trabajarse más en la dinámica de los grupos, reflexionando sobre cuáles son las cosas que se premian y cuáles las que se castigan, además de repensar la masculinidad y el consumo de alcohol, que “es una cuestión que siempre se fomenta”.
“Con un grupo de amigos armamos unas iniciativas pensando en lanzarnos a trabajar en cuestiones que tienen que ver con las dinámicas del grupo y con cómo pensar la masculinidad en los jóvenes. Necesariamente hay que cambiar la forma en que los chicos de 15, 16, 17 y 18 años llevan los códigos del rugby. Hay un montón de cosas buenas, pero también hay muchas negativas que se pueden mejorar”, concluyó.
Violencia en los boliches
Roberto Bonanna, reconocido personal de seguridad de la ciudad, visitó los estudios de Eco TV para dialogar, tras el episodio vivido en Villa Gesell, acerca de la violencia en los boliches bailables de Tandil y comentó que los ataques en patota no son hechos nuevos.
“El trabajo nuestro es muy difícil, porque estamos en un ámbito que cada vez está más agresivo; toda la agresividad que se ve en la sociedad, a la noche se potencia por el alcohol o por la droga. Y hasta que no nos pongamos a hablar todos, no se va a solucionar”, comenzó relatando.
Respecto al accionar del personal de Le Brique, criticado por muchas personas que señalaron que entregaron a Fernando a los rugbiers para “sacarse el problema de encima”, Bonanna señaló que “nuestro trabajo termina en la puerta del boliche; teóricamente no podemos salir a la vereda, eso ya es tema de la policía”. De cualquier manera, expuso que “uno tiene que ser un poco más humano y cuidar a la persona”.
Cercioró que en la ciudad hubo un hecho similar pero que, por el accionar de personal del establecimiento ubicado en la avenida Santamarina, no terminó en tragedia.
“Los chicos de seguridad sacaron a cinco jóvenes, pero estos se quedaron en la vereda esperando. Cuando fueron a sacar al otro, le preguntaron en qué andaba y les respondió que estaba solo. Entonces llamaron a la policía, a un remis, y cuando llegó, lo acompañaron, se subió y se fue”, relató.
De todas formas, declaró que la acción llevada a cabo en Tandil probablemente no se hubiera podido aplicar en la ciudad balnearia.
En contraposición a lo que una parte de la sociedad cree, Bonanna defendió al rugby, al señalar que no debe estigmatizárselo ya que “el deporte ayuda” e “inculca muchos valores” que van más allá de la agresividad. “Yo he visto cantidad de peleas así en Tandil que no han llegado a una situación fatal y no eran jugadores de rugby”, reveló.
Continuando su relato, expresó: “Me apena mucho porque esto viene pasando desde hace bastante tiempo. Que los grupos en patota ataquen a uno, viene ocurriendo. Yo lo veo hace diez años a esto, no es de ahora”.
“Cerrar los boliches no es la solución”
Tras conocerse la trágica noticia, el intendente de Villa Gesell, Gustavo Barrera, admitió que se estudiará un proyecto que plantea la erradicación de los boliches bailables.
“Cerrarlos no es la solución, eso es un facilismo. Se toman medidas emocionales, pero no de fondo. Tiene que haber una política de Estado y los ciudadanos nos tenemos que comprometer a trabajar con los funcionarios para buscar una solución”, comentó al respecto Bonanna y añadió que “si actuamos por emoción, como ahora, a medida que pase el tiempo se va a ir diluyendo todo y va a quedar en la nada”.
Finalmente, reveló algunos disturbios que presenció en La Rural, cuando fue seguridad en egresos, y sentenció que muchas veces el problema no son los jóvenes sino los adultos. “Hemos tenido más problemas con los padres que con los chicos. En uno de los casos los alumnos tuvieron que agarrar a un hombre porque se acercó a pedir alcohol cuando la barra había cerrado y se enojó debido a que no le daban”, marcó.