En sus casi 40 años de trabajo en la Unicen, Marcelino Irianni investigó gran parte del siglo XIX en Tandil y la región, y sus libros Peones de Ajedrez 1,2,3 y 4 son aportes fundamentales para comprender -desde la ciudad- un período clave de la formación de Argentina. Al jubilarse, el historiador continuó su obra con la edición de Huellas de tinta y sangre, una publicación de más de 600 páginas en la que abordó una de sus obsesiones, la Campaña del Desierto.

En diálogo con El Eco de Tandil, Irianni contó detalles del trabajo editado por Libros del Espinillo, que presentará el próximo jueves 4 de diciembre, a partir de las 19 en la Librería Alfa. “Me leí todo”, dijo el historiador sobre el proceso que lo llevó a buscar no solo en otras investigaciones sino también en fotografías, periódicos y revistas de la época, memorias de naturalistas y militares, y hasta en los discursos que Julio Argentino Roca presentó como informes al Congreso de la Nación. Pero también indagó en los telegramas de Remigio Lupo, el corresponsal que registró desde el campo de batalla cada detalle de la campaña. “Es una bisagra para Argentina, pero no está en los planes de estudio. Está invisibilizada para nuestra historia, y no es un tema menor”, sumó.

Como historiador académico –es doctor en Historia-, Irianni trabajó al detalle los hechos a partir de fechas, nombres y lugares. Pero el tratamiento del libro es novelado, y se trata de un paso más en el camino que el autor tandilense transita hacia la literatura. “Muestro una campaña humanizada, donde Roca putea porque no hay muertes y no hay batallas, después de todo lo que le hizo gastar al país”, contó.

Una bisagra olvidada

La imagen más recordada de la Campaña del Desierto es la que inmortalizó el pintor uruguayo Juan Manuel Blanes y que todavía puede verse en el dorso de los billetes de 100 pesos. “Esa foto es inventada, nunca estuvieron, me lo confirmaron especialistas en Roca”, dijo Irianni, y su planteo señala el carácter de su trabajo.

La figura de quien fuera en dos periodos presidente de la Nación e impulsor de la Campaña del Desierto atraviesa Huellas de tinta y sangre. “Lugones dijo que lo que lo atraía de Roca era que en una misma persona convivían buenos modales y crueldad”, definió Irianni. El historiador enmarcó la “Conquista” en la primera campaña presidencial del tucumano, que movilizó a “seis mil soldados armados hasta los dientes, con Remington, revólveres, carabinas, cañones y carpas”.

El autor revisó la versión oficial de los hechos, plasmada por el propio Roca en sus informes al Congreso de la Nación, pero también revisó cada una de las críticas que se le plantaron al militar en las revistas de la época y desde la oposición política.

“Gastaron cantidad, y los hermanos de Roca entre gallos y medianoche hicieron unas licitaciones impresionantes, porque había que armar el ejército”, precisó. El historiador señaló que tras las primeras acciones de la Campaña –los “contramalones” que se adelantaron al movimiento masivo de tropas-, los principales focos de resistencia de los indios fueron derrotados. Por lo tanto, aunque en los libros quedó como el día de la toma del territorio patagónico, el 25 de mayo de 1879 Roca no pudo tener su anhelada fotografía triunfal ya que entonces “no hubo batallas porque ya no había nadie”.

El título de Huellas de tinta y sangre no solo hace referencia a las pérdidas humanas y al hecho de que “Roca odiaba los periódicos”, sino también a una interesante trama en la que se vinculan generales de entonces, el derrotero de tropas pasadas a retiro, y la memoria de la obra más significativa de la literatura gauchesca. Pero todo eso –adelantó Irianni-, será revelado el jueves 4 en la librería Alfa, entre quienes asistan a la presentación del libro.

Sobre el autor

Juan Manuel Artero

Redactor El Eco de Tandil