Apocalipsis

Ponele que no sos de acá o que no sabés lo que está pasando. O no sé: te fuiste de viaje al exterior unos días, volviste, Ezeiza, ruta, llegaste a tu casa, dormiste y recién al otro día, después de acomodar un poco la casa, la ropa para lavar, comiste y saliste a empezar con la rutina tandilera. Es la hora de la siesta.
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Accedé a las últimas noticias desde tu emailCalor y por lógica, no anda casi nadie por la calle. Hacés varias cuadras y la primera persona con la que te cruzás es un pibe, un muchacho, que está en la esquina esperando el colectivo. Te llama la atención que esté parado al rayo del sol y bajo la sombra generosa de un árbol que está ahí nomás.
Y de repente, cuando ya casi dejaste de mirarlo, ves que hace un movimiento violento con las manos; ahora sí, lo mirás de lleno y vuelve a hacerlo. ¿Qué hace? ¿Se está pegando?