“Si sacan los juegos de esta Plaza, los chicos van a extrañar”
Fueron palabras de Raúl Federico, el histórico hombre de los jueguitos de la Plaza Yrigoyen, que el sábado 25 de febrero dejó este mundo. El fin de semana anterior trabajó normalmente y a la tarde noche tapó los juegos sin saber que esa sería la última vez. La idea de Federico -cuando lo entrevistamos en 2021- era irse cuando Lunghi finalizara su mandato. La inquietud que nos mueve a recordar partes de la entrevista es por lo que pasará ahora -que él no está- con sus viejos y preciados juegos al alcance de cualquier mano ajena.
Este colchonero de toda la vida, que vivía a metros de la Plaza Yrigoyen, hacía más de treinta años que estaba al frente del espacio conocido por todos y que estuvo muchos meses “cerrado” (por la pandemia de Covid-19) algo que le generó gran angustia porque su rutina estaba centrada en un fin de semana con pibes y autitos que traqueteaban las añejas pistas, subían a la calesita o trotaban sobre los caballitos de madera.
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Accedé a las últimas noticias desde tu emailEra común verlo cubriendo con fundas curtidas los juegos para protegerlos del viento, la lluvia, las manos desconocidas que quisieran hacer daño –muchas veces lo habían logrado- y cerrar la plaza con candado. Así, como dando por finalizada una función, dejando al espacio verde y a los juegos dormir en silencio cobijados hasta el día siguiente por naranjos y pinos.
Cuando lo entrevistamos en su casa junto a su esposa María Ester apenas a unos metros de la “placita”, cruzando la calle Rodríguez, nos relató su relación con el lugar y con los juegos; en especial con su primera calesita, que se hallaba frente al boliche Casablanca, en la avenida Alvear. Allí estuvo hasta que el dueño del predio vendió todo: “Y me quedé sin calesita”.