Crisis en Gaza: se cuadruplican los casos de desnutrición infantil
La organización internacional Médicos Sin Fronteras acusa a Israel de utilizar el hambre como arma de guerra. La crisis humanitaria se agrava con ataques en los puntos de distribución de alimentos.

La situación humanitaria en Gaza continúa deteriorándose a un ritmo alarmante. Según denunció Médicos Sin Fronteras (MSF), uno de cada cuatro niños y mujeres embarazadas en el enclave palestino sufre desnutrición, como resultado directo de lo que califican como una “política del hambre” impuesta por las autoridades israelíes.
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Accedé a las últimas noticias desde tu emailEn un comunicado reciente, la organización médica internacional alertó que el uso intencionado de la inanición como arma ha alcanzado “niveles sin precedentes”. Incluso trabajadores sanitarios de MSF luchan por sobrevivir en medio del colapso del sistema de salud y la escasez crítica de recursos.

“Estamos recibiendo 25 nuevos pacientes cada día por desnutrición. Vemos el agotamiento y el hambre en nuestros propios compañeros”, explicó Caroline Willemen, coordinadora de proyectos en la clínica de MSF en Ciudad de Gaza.
Desde mediados de mayo, el número de casos de desnutrición atendidos por MSF se cuadruplicó, y la tasa de desnutrición severa en niños menores de cinco años se triplicó en tan solo dos semanas.
La tragedia humanitaria se ve agravada por la violencia que rodea los puntos de distribución de alimentos, gestionados por la Fundación Humanitaria de Gaza (GHF), una organización apoyada por Israel y vinculada a exmilitares y exagentes de inteligencia de Estados Unidos.
Según MSF, cientos de personas que intentan acceder a la ayuda alimentaria están siendo atacadas por las fuerzas israelíes y por contratistas privados de seguridad. “Es inconcebible, una población entera es deliberadamente privada de alimentos y agua mientras las fuerzas israelíes cometen masacres diarias cuando la gente lucha por migajas de comida”, afirmó Amande Bazerolle, responsable de emergencias de MSF en Gaza.
En los dos meses desde que la GHF comenzó sus operaciones, más de mil personas han muerto y unas 7.200 han resultado heridas en los alrededores de estos centros de distribución, de acuerdo con el Ministerio de Salud de Gaza.

El doctor Mohammed Abu Mughaisib, coordinador médico adjunto de MSF, fue contundente: “Estas distribuciones de alimentos no son ayuda humanitaria, son crímenes de guerra cometidos a plena luz del día y presentados al mundo con un lenguaje compasivo”. Y añadió: “Quienes acuden a las distribuciones saben que tienen las mismas probabilidades de recibir un saco de harina que de marcharse con una bala en la cabeza”.
Frente a esta realidad, MSF y otras organizaciones humanitarias reclaman el cese inmediato de la violencia, el libre acceso a ayuda alimentaria y el respeto al derecho internacional humanitario.