Netanyahu cumple dos meses de gobierno en medio de una conflictividad creciente en Israel
El primer ministro Benjamin Netanyahu cumplió dos meses en el gobierno israelí. Ya enfrenta cuestionamientos con sus propuestas de reforma judicial. Y pena de muerte para atacantes palestinos

Tras una escalada de violencia en la ocupada Palestina que incluyó un ataque a un poblado por parte de colonos judíos.
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Accedé a las últimas noticias desde tu emailLa conflictividad que enfrenta Netanyahu es parte de su propia decisión de avanzar en una reforma judicial que el Parlamento (o "Knesset) tiene previsto aprobar este mes y que incluye dos aspectos que la oposición e incluso el empresariado israelíes estiman que no respetarían la división de poderes.
El primero es la potencial ampliación de las atribuciones de la Knesset -con mayoría oficialista- en detrimento de las de la Corte Suprema, ya que los legisladores podrían anular decisiones del máximo tribunal con una mera mayoría simple, es decir, 61 votos del total de las 120 bancas.
El segundo punto, y no el último en el foco de las críticas, es una modificación del Comité de Selección Judicial (CSJ), responsable de nombramientos, promoción y remoción de jueces.
La reforma inclinaría las designaciones casi por completo como un atributo del gobierno de turno. En la actualidad, en el CSJ los jueces tienen poder de veto.
Según encuestas publicadas en medios israelíes, "más de la mitad del público no apoya el golpe judicial o la forma en que se lleva a cabo", dijo a Télam el director de Relaciones Externas de la organización israelí Paz Ahora, Mauricio Lapchik.
"Lo llamamos golpe judicial porque el objetivo -en palabras del Gobierno- es un cambio de régimen; Israel dejaría de ser un régimen democrático y pasaría a no respetar la separación de poderes", sostuvo.
El representante de una de las más longevas organizaciones que luchan para que israelíes y palestinos tengan "una solución de dos Estados" dijo que hay tres sectores en el gobierno y que cada uno obtendría beneficios de este cambio.
"El Likud, el partido más grande de la coalición, tiene como objetivo que su líder Netanyahu escape de las causas de corrupción que tiene en la Corte; en tanto, los partidos ortodoxos quieren promover leyes religiosas y permitir que uno de sus referentes sea designado ministro, algo que la Corte le negó por causas por las que estuvo preso", comentó.
La tercera facción son "los partidos de ultraderecha y ultrarreligiosos, como Sionismo Religioso y Poder Judío, que quieren establecer en Israel un modelo que copia el que existe en los territorios ocupados" desde 1967 a Palestina en Cisjordania y Jerusalén este.
Lapchik participó de las protestas de los sábados contra el cambio en la Justicia -al que diversas organizaciones se resisten en llamar meras reformas-, que se repiten desde hace nueve semanas.
Esas protestas y dos paros generales fueron acompañados por una mayoría de israelíes judíos, de izquierda y derecha liberales, aunque no interpeló a los palestinos que son ciudadanos de Israel, los llamados árabes israelíes, que son un 20 por ciento de la población.
Las manifestaciones contra la reforma judicial en Israel coinciden con uno de los periodos más violentos en años en Cisjordania y Jerusalén este, con más de 60 muertos del lado palestino y 14 del lado israelí en operativos militares y ataques en lo que va el año.
Delegaciones oficiales de israelíes y palestinos se reunieron en Jordania el domingo pasado y confirmaron "su compromiso conjunto" para poner fin a medidas unilaterales, como una expansión de las colonias que había anunciado Netanyahu o los ataques palestinos.
Pero ese mismo día se desató una nueva escalada de violencia cuando un palestino del poblado de Huwara, en Cisjordania, mató a tiros a dos colonos israelíes.
Si bien el Gobierno israelí llamó a no hacer justicia por mano propia, grupos de colonos quemaron decenas de propiedades y autos en Huwara. (Télam)