El CONICET identifica una estrategia para mejorar la eficacia de la quimioterapia en tumores cerebrales
Investigadores argentinos identificaron una nueva estrategia terapéutica que mejora la respuesta del glioblastoma a la quimioterapia y la radioterapia. El hallazgo fue publicado en la revista científica Life Sciences.

Un equipo del CONICET logró un avance esperanzador en la lucha contra el glioblastoma, el tumor cerebral primario más común y agresivo en adultos. En estudios de laboratorio, los especialistas demostraron que bloquear una proteína clave llamada Foxp3 puede hacer que este tipo de cáncer sea mucho más sensible a los tratamientos convencionales como la quimioterapia y la radioterapia.
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Accedé a las últimas noticias desde tu emailLa investigación fue liderada por Marianela Candolfi, investigadora del CONICET en el Instituto de Investigaciones Biomédicas (INBIOMED, CONICET-UBA), y publicada en la revista Life Sciences. “Los resultados son alentadores para quienes desde la ciencia buscamos aportar a terapias reales y efectivas para pacientes con este tumor”, afirmó Candolfi, aunque advirtió que aún son necesarias más investigaciones antes de llegar a los ensayos clínicos.
¿Qué es el glioblastoma?
El glioblastoma se caracteriza por ser altamente invasivo y resistente a los tratamientos actuales. El pronóstico es desalentador: la mediana de supervivencia es de apenas 9 meses, y solo el 7% de los pacientes supera los cinco años.
La investigación argentina se centró en una proteína llamada Foxp3, que promueve la migración e invasión de las células tumorales, además de estimular la proliferación de vasos sanguíneos que nutren al tumor.
Una nueva estrategia
Para bloquear esta proteína, el equipo utilizó una terapia génica experimental basada en un pequeño péptido llamado P60, desarrollado por Juan José Lasarte en la Universidad de Navarra, España. Esta molécula logra atravesar la membrana celular e inhibir la acción de Foxp3.
“Cuando en experimentos de laboratorio bloqueamos Foxp3 utilizando P60, la respuesta de las células de glioblastoma a la radioterapia y a una variedad de drogas quimioterapéuticas mejoró notablemente”, explicó Candolfi.
Además del efecto combinado, el propio péptido mostró propiedades antitumorales: redujo la viabilidad de las células tumorales, su capacidad de migración y la formación de vasos sanguíneos.
Estudios con cultivos humanos
El equipo trabajó con modelos celulares tanto murinos como humanos, incluyendo cultivos derivados de biopsias de pacientes con glioblastoma, desarrollados por el investigador Guillermo Videla Richardson en el Instituto FLENI. Esto permitió representar mejor la complejidad y heterogeneidad del tumor.
El trabajo posiciona a Foxp3 como un blanco terapéutico prometedor. “Aún debemos entender más sobre los efectos del péptido P60 y su vector sobre la inmunidad antitumoral en modelos preclínicos. Ese será el próximo paso antes de pensar en aplicarlo en pacientes”, concluyó Candolfi.