ECO SALUD
Flebología: la enfermedad venosa en miembros inferiores
Los especialistas aconsejan que la consulta sea lo más precoz posible para evitar complicaciones mayores. Hoy se sabe que el Covid 19, en sus últimas cepas, ataca al sistema vascular. Se encuentran frente a un nuevo desafío en el que se van sumando enfermedades nuevas.
La flebología es la rama de la medicina, de la cirugía vascular, que se dedica al estudio, diagnóstico y tratamiento de las enfermedades venosas. “Hay mucha cantidad de várices, por eso se hace especialidad”, explicó el doctor Sandro Trigilia, médico flebólogo, en diálogo con Eco Salud.
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La enfermedad venosa es más frecuente en miembros inferiores. Las várices se presentan, mayoritariamente, del ombligo para abajo “porque somos el único animal que está 180 grados erguido. Todo el peso de nuestro abdomen va a ir sobre la pelvis, que es ósea. Hay dos venas muy importantes en la derecha y en la izquierda, que son las venas ilíacas. Cuánto más tiempo permanecemos parados, el peso de nuestro abdomen más presiona estas venas”, detalló el especialista, al tiempo que describió que “se produce una hipertensión venosa, termina con retención de líquido, picazón, dolor. Por eso hay más várices en los miembros inferiores por la posición en la que estamos”.
Aconsejan que la consulta sea lo más precoz posible.
“Si en tu casa hay antecedentes familiares de enfermedad venosa, primero traelos a ellos y después consultá vos”, puntualizó Trigilia. El cuadro es hereditario, “es la probabilidad de tenerlo, no significa que lo tengas. Si a esa probabilidad le sumas, en la mujer, que cada 21 o 28 días se producen ciclos hormonales que dilata las venas, como los ciclos menstruales, la pubertad, el embarazo, la menopausia, que son alteraciones de estos ciclos. Más obesidad y sedentarismo, a esos factores de riesgo se acrecienta la posibilidad un problema venoso”, remarcó.
Trigilia explicó que también se registran enfermedades venosas en miembros superiores. Flebitis, várices del ombligo para arriba, “producto de enfermedades del hígado como la cirrosis hepática”, ello “provoca várices en la base baja del abdomen”.
Además “várices esofágicas, pero lo tratan los gastroenterólogos, a través de endoscopías. Y la más común, las hemorroides. Son várices del plexo perianal. Por la misma razón que se forman en los miembros inferiores, producen una sintomatología bastante específica. Comparte dolor, picazón, hinchazón”.
Los flebólogos evalúan todo para saber ante qué cuadro se encuentran. “Si hay un cuadro de insuficiencia venosa 1, sin síntomas, sólo con algún signo que puede ser una venita, le decimos que se está en un primer estadio”. El especialista remarcó que hoy “es más tarea preventiva”, y que sin importar el cuadro, “siempre vamos a tener un criterio estético para el tratamiento”.
“Algunos cuadros los agarramos en los primeros estadios, otros en los últimos. La enfermedad venosa es evolutiva, lo que no se sabe es cómo va a evolucionar”.
Y enumeró que pueden presentarse dos complicaciones muy importantes, una es “la úlcera venosa, que es el estadio final de la insuficiencia venosa. La pierna se hincha, hay cambio de color, se empiezan a notar más las venas, el color se hace más oscuro, se acartona la piel. Cualquier lesión se puede hacer crónica”.
Y otra complicación es la trombosis, o la enfermedad tromboembólica, que “si es superficial es una tromboflebitis, pero si es profunda es una trombosis venosa profunda, y es un cuadro de riesgo”.
La trombosis
El doctor Trigilia explicó que en una vena muy importante de la pierna, casi única que transporta toda la sangre desde el pie hacia el corazón nuevamente, “se produce un coágulo que la tapa. La sangre no puede subir y seguir y va buscando colaterales para poder vencer eso. Es un cuadro tremendamente doloroso. La piel se hincha por la retención de líquidos, porque está buscando nuevos caminos por donde pasar. Lo más peligroso es que ese coágulo no se quede ahí, que se pueda desprender y viajar, y puede hacer una trombosis más arriba, o un cuadro más complejo como tromboembolismo pulmonar, y tapar al pulmón”.
De acuerdo al porcentaje que se encuentre afectado ese órgano, “ese cuadro puede ser mortal o bastante complejo. El 50 por ciento tiene una mala resolución, y la otra mitad cuenta que la pasaron bastante mal”.
El Covid 19, nuevo desafío para la especialidad
El especialista indicó que con el Covid 19 “fuimos viendo que aquellas personas que tenían várices se les complicaba con trombosis, aceleraba ese proceso que tenían. Hoy ya sabemos que el Covid en sus últimas cepas ataca mucho al sistema vascular, cardiovascular. Provoca muchos problemas cardíacos, de hipertensión y en las piernas. Estamos frente un nuevo desafío: se van sumando enfermedades nuevas y tenemos que estar a la altura de las circunstancias y dar respuestas rápidas”.
Prevalencia de la enfermedad venosa
En los más chicos, “casi no existe esa enfermedad, salvo que sea genético, como angiomas, hinchazones, edemas ni bien naciste. Ahí no hay nada hormonal todavía”.
Pero, después de las primeras menstruaciones en las mujeres y hasta los 50 en la menopausia “ahí si es patrimonio casi específico en la mujer. Hay muchos varones que lo tienen. Pero la prevalencia es de 70 a 30 por ciento en esa edad. De ahí en adelante empieza a emparejarse: hasta los 70 u 80 años es casi igual”, describió, al tiempo que especificó, como forma de prevención, que “si alguien tiene una várice en grado uno o dos y se la opera no va a tener una grado tres o cuatro, trombosis, úlceras, no va a tener problemas”.
Tratamientos para abordar las patologías
Los procedimientos disponibles para el tratamiento de las enfermedades venosas son variados. Uno de los más tradicionales es la operación en la que se extrae la vena dañada. “Luego la cirugía láser, que ES más simple”. Allí “se pincha la vena, se introduce una fibra óptica por dentro de la várice y se cauteriza”. Otro tratamiento consiste en “inyectar dentro de la vena una espuma y que colapse. Hay tratamientos ambulatorios y no ambulatorios. Depende básicamente del tamaño de la vena. Si hay venas enormes, probablemente vaya a cirugía, porque el resto de los tratamientos terminan siendo relativamente insuficientes”, indicó Trigilia.
El especialista comentó que lo que hoy se hace en un consultorio flebológico moderno, es “tratar de tener todos los elementos para el confort del paciente”, entendiéndose por confort “tratar de resolver la mayor cantidad de problemas que pueda llegar a tener el paciente en el mismo lugar y en el mismo momento. Que no haya una peregrinación por distintos sectores de la ciudad tratando de diagnosticar”, concluyó.
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