EL ECO PODCAST
La ganadería argentina ofrece un panorama optimista, pese a las actuales complicaciones
Así lo señaló el presidente del Instituto de Promoción de la Carne Vacuna Argentina durante un nuevo podcast de El Eco Campo.
El último mes del año es la época tradicional de balances empresarios y las producciones emblemáticas del país también lo hacen a partir de la realidad actual y las perspectivas.
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Jorge Grimberg, titular del Instituto de Promoción de la Carne Vacuna Argentina (IPCVA), analizó inicialmente lo que ha sido este año climáticamente hablando en la producción ganadera y el presente.
“La situación actual depende de las distintas zonas del país. Por ejemplo, en las zonas del sudoeste bonaerense estamos prácticamente con tres meses sin lluvias. Las cosechas, para aquel que pueda cosechar, deben tener entre 50 y 60 por ciento de merma”, planteó inicialmente.
En tanto, “más hacia el norte ha llovido muy bien. Y hay casos en los que en una misma provincia -Chaco, por ejemplo- hay partes que están inundadas y otras que están con sequía”.
Vinculado con la producción ganadera, Grimberg aclaró que “cuando llueve en primavera es una cosa y cuando llueve ahora en verano es otra. Lamentablemente sufrimos este tema climático que lógicamente atrasa muchísimo a la producción”.
Desde el punto de vista económico, el dirigente no dejó de lado la influencia del valor del dólar en las inversiones de los productores. “Prácticamente todos los insumos están a dólar blue, no están a dólar oficial. Si bien la factura es a dólar oficial, están a dólar blue”, especificó.
Además, “la falta de pasto determina que los rollos y los fardos sean más caros. Y a la gente no le quede otra que alimentar a las vacas, porque de lo contrario no va a preñar este año. Y si no preña, no gana nada”.
La faena de hembras
Jorge Grimberg, productor de la zona de Bahía Blanca, dijo también que “la faena de vacas va a llegar a dos millones y medio” y estimó que “por un lado va a haber una renovación del plantel de cría, fundamentalmente porque la venta es de la vaca vacía, la vaca flaca”.
Por lo tanto señaló que la venta de vientres de tal magnitud “quizás no implique una baja en la producción muy importante, porque la vaca que va a quedar estará preñada, que es lo que pasó el año pasado cuando prácticamente subimos un seis por ciento la relación vaca-ternero a nivel país”.
Pese a todos los contratiempos, no dudó que “tenemos que seguir trabajando y produciendo. El que es ganadero de cepa, ya ha pasado, muchas de estas situaciones”.
Grimberg mencionó como experiencias que “la zona de Patagones volvió a estar, como en el 2008/2009: un desierto. Vuela la tierra, la arena tapa el asfalto. Por momentos hay que cerrar la ruta porque no se ve a 50 metros. O sea, hay distintas situaciones en los distintos lugares del país”.
Sintetizando planteó que en materia climática, “se perdió en muchos lugares la primavera, que es la estación que uno tiene para recuperar el pasto. Una avena o un pastoreo en primavera genera un kilo diario en todos los animales. Ahora ya comienza el verano y veremos cómo nos acompaña el tiempo”.
La puja por los mercados
En otro momento de la charla, el presidente del IPCVA analizó la situación de los mercados externos, en los cuales se trabajó mucho en el año y se concurrió a las ferias más importantes del mundo.
“China es el principal comprador, con el 80 por ciento de nuestras exportaciones. Israel tiene un siete por ciento, pero por la guerra debe haber mermado la cantidad de carne que irá a ese destino. Pero el Kosher es importante en la integración de las ventas de los frigoríficos”.
Grimberg hizo referencia también al trabajo por la apertura de nuevos mercados para cortes premium.
Uno de los objetivos es China, que “tiene 150 millones de ultramillonarios que pueden acceder a comprar la carne premium argentina o de otros países al mismo valor que paga Europa o un poco más. Hay que entrar en ese mercado”, señaló como desafío.
Advirtió que “es un mercado complicado, duro, pero hay que seguir intentándolo. El otro es Japón, que está habilitado para exportar desde la barrera del río Colorado hacia abajo, en el sur. Y tenemos que tratar de conseguir que todo el país sea considerado libre de aftosa, con o sin vacunación, para poder entrar a Japón. Con Corea pasa lo mismo”.
El directivo explicó que al sur del Río Colorado “no hay cantidad de stock como para decir que es un mercado que se puede abrir y se puede exportar. Sería un mercado muy chico, porque la cantidad de hacienda para ese tipo de mercado no alcanza”.
Puso como ejemplo “lo poco que se exporta por el único frigorífico habilitado para exportar que hay en toda la Patagonia. Son muy pocas toneladas las que van a Japón”.
Pero no solamente se apunta a esos nichos, sino que pretende intensificar a otros países.
“Creo que la carne argentina tiene futuro. Lamentablemente estamos en una situación complicada, pero yo creo que vamos a salir adelante”, dijo con optimismo.
Política y economía
Al momento de analizar el escenario político, surgió la cuestión económica debido a que para la carne “hay una diferencia cambiaria muy grande y encima tiene retención. Sobre un dólar de 360 pesos (al momento de la nota) tiene -encima- un nueve por ciento de retención. Por lo tanto, el precio que recibe el frigorífico y traslade al productor podría ser mucho mejor en otras circunstancias”.
Destacó que “hay mercado y la carne argentina es demandada. Tiene características particulares. Es sustentable porque no hay muchos países en el mundo donde la hacienda pueda estar el 90 o 95 por ciento de su vida al aire libre. Y algunas veces se termina al cien por ciento al aire libre”.
Enfatizó que “el mejor plan ganadero que podría generar este país es un plan rentable de la ganadería y previsible”.
Rol de la demanda interna
En otro momento destacó la importancia del consumo interno al señalar que “por más que ahora hay otras alternativas, como puede ser el cerdo o el pollo, el argentino siempre prefiere la carne de vaca”.
Como un ejemplo de ello señaló una cuestión de estrategia de los supermercados: “Normalmente la góndola de carne la ubican al fondo para que la gente vaya pasando por los pasillos y tomando otras cosas. Lo que la atrae para llegar es la carne”.
Finalmente dijo que “es muy difícil la idea de que el argentino deje de comer carne. Va a comer carne en la medida que su bolsillo se lo permita”.