Otro joven atestiguó haber sido blanco de la cacería criminal que terminó con la vida de Milagros
Se sumó otra víctima al accionar irracional del acusado del asesinato. Minutos antes del homicidio, a unas cuadras, el imputado había querido apuñalar a otro joven. Declaró espontáneamente en la justicia.

Otras nuevas fojas se sumaron a la instrucción penal preparatoria por el crimen de Milagros Quenaipe (18), asesinada por una herida de arma blanca en el cuello, por el cual resultó imputado Wilson Sánchez (23). Lo que se añadió al ya voluminoso expediente resulta clave para los investigadores a la hora de despejar cualquier resquicio, duda, sobre la autoría del detenido.
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Accedé a las últimas noticias desde tu emailAyer, la fiscalía se vio sorprendida por la presentación y declaración espontánea de un nuevo testigo que aseguró haber sido blanco involuntario de la cacería que emprendió el apuntado cuchillo en mano, minutos previos al homicidio de Milagros.
En efecto, un joven conmovido por lo que se había ventilado por las redes sociales, en las cuales familiares y allegados a la víctima pedían colaboración para aportar al esclarecimiento del crimen, se acercó voluntariamente a la sede judicial de calle Uriburu al 700, escasos metros donde sucediera la letal agresión, y confió que aquella madrugada, en la misma zona, había sido protagonista circunstancial del hasta aquí inexplicable accionar del homicida.
A más precisiones, detalló que por esas horas, en calle Pellegrini y Alem, fue interceptado por Sánchez que también, cuchillo en mano y sin mediar palabra alguna, buscó agredirlo. Alertado por el sorpresivo accionar hacia él, zafó de la situación y salió corriendo, mientras que el agresor lo persiguió algunos metros hasta lograr perderlo de vista.
El relato tiene contundente veracidad con lo que también ayer se realizó en la causa. Se analizó nuevamente todo el registro de las cámaras de videovigilancias de la zona y el periplo emprendido por el asesino, corroborando efectivamente que la escena descripta por el nuevo testigo se corresponde con lo filmado. Si bien las imágenes no resultan del todo nítidas, sí se ven las figuras del testigo y el agresor corriendo tal lo describió el joven que, además, aportó más datos relevantes.
A saber, al agresor lo describió con la misma contextura física del acusado, con ropas de colores semejantes y, sobre todo, puntualizó sobre las mismas características del cuchillo, el cual Sánchez se encargó de descartarse una vez ultimada Milagros (actitud que despejaría cualquier atisbo de especular en una eventual inimputabilidad ante semejante absurdo mortal).
A más datos, el testigo relató que trabaja como personal de seguridad del Boliche Sol Disco y ratificó que logró reconocer a Sánchez como integrante de un grupo que había protagonizado una pelea dentro del local, lo que derivó que él y sus compañeros de tareas lo sacaran del bailable. Siguiendo las escaramuzas afuera.
El aporte del espontáneo testigo y casi víctima del mismo accionar criminal, resulta dirimente para seguir con convicción la hipótesis certera de la autoría material del ya detenido, independientemente de que se mantenga el interrogante sobre el móvil, las razones de la sinrazón con la que Sánchez salió a agredir sin más y en esa cacería del cual al menos dos jóvenes zafaron (uno por correr y otro sufrió un corte que pudo haber sido letal), hasta que Milagros resultó la víctima mortal inexplicable, injusta.
Al decir de esta hipótesis, podía haber sido cualquiera que se cruzaba en el camino de un irascible sujeto que ni siquiera en su ensayo de descargo extraoficial pudo ser tenido en cuenta por nadie ante su ambigüedad, contradicción y falacias a cuestas.
Detenido
Tal se detalló en la edición pasada, el acusado el lunes fue notificado del delito que se le endilga –“homicidio- y se negó a declarar. Tras la audiencia citada y el material probatorio hasta aquí reunido, el fiscal Damián Borean había pedido formalmente la detención, solicitud que fue avalada ayer por el juez de Garantías José Alberto Moragas, bajo las mismas características expresadas por el Ministerio Público.
Como se dijo, hasta aquí el delito que se imputa versa sobre un homicidio simple, figura que al decir del Código Penal estipula una pena mínima de 8 años y 25 de máxima, ponderaciones mediante que solo quedarán definidas en el final del proceso, léase ante un juicio y eventual sentencia.
Cabe consignar que si bien sigue siendo un gran y sensible interrogante el móvil de lo que hasta aquí resulta una agresión letal inexplicable, dado el hasta aquí contexto vertido por testigos presenciales y demás elementos relevados en la investigación, no dista que el proceso continúe firme en su rumbo y con cabal certeza sobre la responsabilidad material del señalado como autor material del asesinato, más aún con el nuevo testigo que se sumó al expediente.
Tal se detalló en la edición pasada, Wilson Sánchez el lunes fue trasladado a la sede judicial, donde fue notificado del delito que se le endilga y contó con el asesoramiento legal, en este caso de la defensoría oficial 1, a cargo de Diego Araujo.
Como reza el protocolo del proceso, una vez conocida la acusación que pesa sobre él, se le preguntó si estaba en condiciones de prestar declaración y, por consejo del profesional letrado, se negó a hacerlo. No obstante lo cual, se conocieron algunas palabras, relatos del acusado, que no fueron volcadas al expediente que no hicieron más que alimentar el interrogante sobre el criminal accionar.
Sobre la secuencias de los hechos, se ratificó lo que ya en estas páginas se ventiló. Cerca de las 6.35 del domingo, la policía recibió un alerta al 101 que informaba sobre la presencia de una mujer que yacía en la esquina de Rodríguez y Uriburu. Hasta allí se movilizaron una patrulla y una ambulancia del SAME, cuyo personal constató el fallecimiento de la joven.
Varias horas después del asesinato, ya entrada la tarde, se confirmó que la víctima era Milagros Andrea Pilar Quenaipe, de 18 años, quien vivía en González Pacheco al 900.
A través de la visualización de las imágenes almacenadas por el Centro de Monitoreo de Tandil, los investigadores lograron establecer que el autor del hecho, tras huir de la escena del crimen, había ingresado a un domicilio ubicado en Alem al 1300, frente al Hospital de Niños.
Poco después, en esa locación, la policía concretó la aprehensión que ahora se convirtió en detención, imputado por “Homicidio”.