Bolsonaro declaró ante el Supremo y negó haber planificado un golpe de Estado
En una audiencia histórica en Brasil, el expresidente rechazó haber organizado un plan para anular las elecciones de 2022. Sin embargo, sus propios colaboradores lo complicaron con documentos y testimonios sobre planes golpistas.

En una comparecencia sin precedentes, el expresidente Jair Bolsonaro enfrentó este martes al Supremo Tribunal Federal de Brasil en el primer juicio por intento de golpe de Estado contra un exmandatario desde la restauración democrática de 1985. En su declaración, negó haber planificado acciones para desconocer el triunfo de Luiz Inácio Lula da Silva en 2022, pero reconoció que analizó “alternativas constitucionales” para cuestionar los resultados.
Recibí las noticias en tu email
Accedé a las últimas noticias desde tu email“Siempre actuamos dentro de las cuatro líneas de la Constitución”, declaró Bolsonaro, de 70 años, ante el juez Alexandre de Moraes, con quien mantuvo duros cruces durante su presidencia. La Fiscalía, sin embargo, lo acusa de liderar una “organización criminal” con el objetivo de mantenerse en el poder tras perder las elecciones.
La audiencia es parte de una investigación que apunta a los hechos del 8 de enero de 2023, cuando miles de sus simpatizantes atacaron y destrozaron los edificios del Congreso, la Corte y el Palacio presidencial, una semana después de la asunción de Lula.
Aunque Bolsonaro negó ser el autor intelectual de los disturbios —“no hay golpe sin liderazgo ni armas”, argumentó—, sus palabras contrastan con documentos y acciones previas. En julio de 2022, reunió a embajadores extranjeros en el Palacio de la Alvorada para denunciar sin pruebas la fiabilidad de las urnas electrónicas. En noviembre, pidió anular votos de más de 279 mil urnas por supuestas irregularidades, rechazadas por la Justicia Electoral por falta de fundamentos.
La audiencia incluyó también el testimonio de Mauro Cid, exayudante presidencial, quien declaró que Bolsonaro recibió y leyó un documento con planes para decretar estado de sitio, detener jueces y repetir las elecciones. “Él lo leyó”, aseguró el teniente coronel, hoy colaborador de la Justicia para reducir su condena.
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La defensa del expresidente, liderada por el abogado Celso Vilardi, intentó desacreditar a Cid por sus “contradicciones” y su “memoria selectiva”, y calificó la audiencia como “excelente” para los intereses del acusado.
Otros testigos militares, como el excomandante naval Almir Garnier y el general Augusto Heleno, negaron cualquier discusión sobre planes golpistas. También Anderson Torres, exministro de Justicia, reconoció que se halló un documento en su casa con propuestas golpistas, pero lo calificó de “inservible” y “una minuta de Google”.
Durante el interrogatorio, Bolsonaro también admitió haber insultado a sus adversarios políticos, incluso a jueces del Supremo, pero insistió: “Insultaba, decía palabrotas, pero hice lo que tenía que ser hecho”.
La sentencia aún no tiene fecha, pero el fallo del Supremo podría significar hasta 40 años de prisión por intentar abolir por medios violentos el Estado democrático de derecho. El impacto político de este proceso no solo podría definir el futuro judicial de Bolsonaro, sino también marcar un antes y un después en la historia democrática de Brasil.