Con los pies en el territorio, la delegación del OPDS comenzó con la tarea de fiscalización de industrias
Se creó el año pasado y está a cargo del delegado George Hills, quien también coordina las acciones en otros 16 municipios. En principio, avanzará con un diagnóstico para conocer la realidad ambiental y en simultáneo, pretende aportar a la labor de recuperar el prestigio del organismo. Además gestiona asesoramiento de equipos profesionales en materia de programas y legislación municipal.
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El año pasado comenzó a funcionar en Tandil la delegación regional del Organismo Provincial para el Desarrollo Sostenible (OPDS). El delegado es George Hills, quien coordina las tareas de fiscalización de las industrias en 17 ciudades de la zona. A nivel local, ya visitaron unas 15 firmas, en un camino para realizar un diagnóstico que permita conocer la realidad en materia ambiental. En paralelo, trabaja junto a funcionarios municipales en el asesoramiento sobre programas o legislación.
Hills, quien se radicó en Tandil, es licenciado en ciencias políticas y en relaciones internacionales. Proviene del riñón del PRO, trabajó en el Gobierno porteño, es amigo del funcionario nacional Gonzalo Santamarina y está cerca del director ejecutivo del OPDS, Rodrigo Aybar
“Me ofrecieron la posibilidad de venir a Tandil porque el OPDS tiende a esta lógica de fortalecer las delegaciones regionales del interior, entendiendo que desde La Plata es muy difícil poder llevar una buena gestión en los 135 municipios. Entonces, fortalecieron las unidades de fiscalización en el territorio y en algunos casos, potenciaron las delegaciones que ya están, y crearon esta nueva”, expuso en una entrevista con El Eco de Tandil.
La delegación cubre el centro sur bonaerense y abarca a 17 municipios de la zona que son agroindustriales, salvo Olavarría y Tandil que están más diversificados. Antes, las delegaciones más cercanas eran la de Mar del Plata y Bahía Blanco.
En este momento, aguardan por las gestiones para abrir una oficina en la delegación local de la Secretaría de Trabajo de la Nación, con la mirada puesta en aprovechar el espacio y racionalizar los recursos. La estrategia es ahorrarle gastos al Estado provincial y al mismo tiempo, aportar a la descentralización de los trámites que se realizan en La Plata, además de responder a las consultas.
“Mala fama”
“El criterio fue tender a generar dependencias regionales y a encuadrarlas en el territorio para que el OPDS esté más cerca. Es algo que va a llevar tiempo porque los municipios están muy acostumbrados a hablar directamente a La Plata y también nos tienen que conocer en el territorio”, explicó Hills.
En ese camino, el nuevo delegado visitó los 17 municipios y se presentó ante los encargados de Medioambiente. Tras ponerse a disposición, les transmitió que “la idea es lanzar un plan agresivo de fiscalización para ver sobre dónde estamos parados. Heredamos un organismo al que le ha faltado mucho dato. El OPDS en gestiones anteriores ha sido muy discrecional, de aprobar el trámite al amigo, al que me conviene, entonces es volver a jerarquizar una institución que tiene muy mala fama en la provincia de Buenos Aires”.
Por otra parte, planteó que el OPDS interviene sobre muchos temas, desde efluentes gaseosos hasta residuos, para lo cual cuenta con profesionales muy capacitados, pero “no habían margen para que vayan al territorio, para que recorran. El primer paso es demostrar que hay voluntad política para acompañar a los municipios, no importa el color político, y ponerse a disposición”.
Desde esa perspectiva, en agosto del año pasado, la delegación convocó a los 17 municipios a conformar una mesa ambiental regional, que se realizó en el hotel Libertador y contó con la presencia del director ejecutivo del OPDS y del presidente de la Autoridad del Agua de la Provincia de Buenos Aires.
“Ahí se convocó a trabajar en una agenda, donde marcamos nuestras prioridades de gestión”, dijo Hills, y marcó la diferencia entre municipios que se suman y otros que están más ocupados en la coyuntura.
En esa línea, desde los municipios comenzaron a tener una relación más fluida con la delegación y plantearon temáticas que abarcan desde el saneamiento de un basural hasta generar un centro de acopio transitorio para envases agroquímicos, o encarar el reciclaje de aceite vegetal usado.
Por la buena senda
En el caso el Tandil, el delegado valoró la tarea del director de Medioambiente del Municipio Héctor Creparula, con quien mantiene comunicación fluida y trabajan en diversos proyectos.
Con respecto a la situación del área municipal, consideró que “son dos personas, Tandil es una ciudad muy grande y no dan abasto”, y agregó que “es un tema en agenda, del Acuerdo del Bicentenario de esta ciudad, entonces hay que ir dotándolos de mayor capacidad. Nosotros acompañaremos desde lo técnico y, cuando podemos, con financiamiento”.
Uno de los puntos en que trabajaron fue en la reglamentación de la ordenanza para reutilizar el aceite vegetal usado y gestionaron reuniones en La Plata para lograr asesoramiento. “Tiene mucho que ver con el plan BIO, donde invitábamos a los municipios que se adhieran y ahora estamos reformulando la política pública para que sea obligatorio. Entonces, eso requiere de un registro de recolectores, tener definido el proceso en cada municipio. Tandil está adherido y va a ayudar mucho al proceso, detectar grande generadores”, anticipó el funcionario provincial.
George Hills también acompañó a la concejal Matilde Vide a encuentros en La Plata para esclarecer algunos puntos sobre el proyecto de ordenanza de energías renovables, que está en debate en el Legislativo.
-¿Cuáles son las urgencias o las preocupaciones que presenta el Municipio en materia ambiental?
-Tandil, honestamente, nos ha llevado muy poco trabajo. En la provincia de Buenos Aires, tras haber recorrido en el último tiempo la región, pero también he conocido otras experiencias y he participado de otras mesas ambientales en Bahía Blanca o Mar del Plata, la verdad es que Tandil tiene un relleno sanitario en condiciones, que es de los mejores que he visto en la provincia, sumando también a Laprida.
La ciudad tiene una idea de hacia dónde quiere ir. Está en debate, pero el Punto Limpio funciona y la extensión, ir abriendo cada vez más, es una forma de encarar el problema de los residuos. A nivel residuos, se viene gestionando bien.
-Y en cuanto a las industrias, ¿cómo se trabaja en esta ciudad?
-Con respecto a la fiscalización industrial no hay grandes problemas. Recorrimos Tandil durante varias semanas, porque vamos haciendo una semana en cada ciudad. Nos corresponde la fiscalización de las empresas de categoría dos y tres que son las de mayor complejidad industrial, como las metalúrgicas, las de explosivos; las que tienen un nivel de complejidad en el proceso industrial que genera desechos que requieren de un plan de manejo de residuos más complejo, de una instalación en un lugar más lejos o en una zona menos urbanizada.
En Tandil no hay un gran problema, por lo que percibimos. Igual, es una pregunta para responder después de finalizar todo el relevamiento, de las 20 empresas de categoría 3 y las 130 de categoría 2.
Siempre hay una o dos empresas que las han clausurado y que clandestinamente trabajan, fundidoras y demás, que se les han levantado clausuras que son una molestia, pero son problemas puntuales de barrios. No es que hay una amenaza ambiental. La gestión viene más o menos ordenada.
-¿Cómo se ejercen los controles en momentos en que la industria atraviesa una profunda crisis y peligra el empleo?
-El grupo de personas que trabaja en territorio hace muchos años que está en esto, y sabe perfectamente cuáles son las empresas que tienen más espalda y que, por cuestiones de desidia e impunidad, no pagan o no hacen las presentaciones que deberían hacer y pagan la multa porque las multas eran una cosquilla para la empresa.
Otra cosa es una pyme, y se va viendo cada caso en particular. A los fiscalizadores los mandamos con ese mensaje. Si están generando un daño irreparable al medioambiente, hay que clausurar. La idea también es acompañar para que vayan pudiendo resolver sus cuestiones, dándoles un margen. Pero hay que ver caso por caso.
-¿Qué diagnóstico realizan los fiscalizadores?
-Hacen un relevamiento del proceso industrial. Al ser ingenieros químicos, tienen una formación que les permite ver más allá porque cuentan con el conocimiento específico del proceso industrial y de qué tipo de desecho puede generar la elaboración de determinado producto. Entonces revisan las plantas, la documentación, ven si tienen el certificado al día. La visita se divide en dos. En una instancia de recorrida, se revisa la planta y se habla con el administrador o con un responsable del área ambiental o del proceso productivo. También ven el tratamiento de los desechos. Por otro lado, la documentación presentada ante el OPDS, si tienen las licencias especiales vencidas. Es más de documentación.