Organizaciones políticas y sociales conmemoraron el Día de la Memoria con una reflexión colectiva
Los actos para recordar el último golpe de estado se suspendieron a partir de la medida dispuesta por el Gobierno nacional de aislamiento social obligatorio. Agrupaciones de la ciudad reivindicaron a los 30 mil detenidos desaparecidos y reafirmaron el compromiso de continuar luchando por el país que ellos soñaron.
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Organizaciones políticas y sociales de la ciudad conmemoraron, desde la cuarentena, el Día de la Memoria Por la Verdad y la Justicia que se recuerda el 24 de marzo, fecha en que se inició el último golpe de estado cívico militar. A través de un comunicado, reflexionaron en esta fecha tan especial para el país para la defensa de los derechos humanos.
El comunicado está firmado por Memoria por la Vida en Democracia; Equipo de Acompañamiento a Víctimas, Testigos y Querellantes en Juicio de Lesa Humanidad de Tandil; Familiares de Detenidos Desaparecidos del Centro y Sur de la Provincia de Buenos Aires; Facultad de Arte; Facultad de Ciencias Humanas; FUCPBA; MPE; La Simón Rodríguez; Universidad Barrial; Adunce; Atuncpba; Coordinación de Cultura Unicen; Área de Derechos Humanos Unicen; Espacio Incaa Unicen; Suteba; Sindicato de Prensa de Tandil y Azul; Frente de Todos Tandil; Familiares de Detenidos y Detenidas Tandil; “Fuerza natural” Centro de Estudiantes del Conservatorio; La Casita de la Unión; Proyecto Mondo; Vientos de Libertad Movimiento de Trabajadores Excluidos y Centro de Referencia La Tribu.
El mensaje
En el comunicado expresaron: “Este 24 se enmarca en un gran esfuerzo de todo el país por frenar la expansión del Covid-19 en nuestro territorio, un hecho históricamente excepcional. Se trata de una cuestión que urge, demanda esfuerzos, políticas públicas y una conciencia colectiva que no da lugar a la indiferencia.
Cada 24 de marzo es un día de encuentro, de gritar de miles de maneras que no olvidamos absolutamente nada de lo sucedido en la última dictadura cívico militar. Una oportunidad para expresar que tenemos presente lo sucedido y que persiste un deseo ferviente de no olvidar, para no repetir. Sabemos que la memoria es un antídoto para no repetir el horror, por eso, este día será distinto. En Tandil, Memoria por la Vida en Democracia ha sido y es una referencia insoslayable en la experiencia de traducir el dolor en lucha.
En esta fecha en que se superponen muchas capas de luchas y motivos justos, nos urge como sociedad la necesidad de hacer un repaso exhaustivo de nuestra historia reciente, puntapié para entender nuestro presente y relanzar ideas a futuro. Hoy le sumamos una nueva capa de lucha humanitaria, que bajo el concepto de solidaridad nos fuerza a llevar a la práctica el principio ético del amor al otro y de contemplación tanto de sus necesidades como obligaciones morales. Necesitamos más que nunca de la figura del semejante que dé lugar a modos de relación más igualitarias y humanas.
Coexiste en cada uno de nosotros, junto con el tiempo cronológico (que permite trazar una línea histórica de sucesos), una temporalidad no lineal, retroactiva, que se mueve al compás de los afectos, de los tormentos, de las situaciones que fueron y serán imposibles de metabolizar y sin embrago, hay que hacerle un lugar para seguir viviendo. Emergen en primer lugar las víctimas directas del terrorismo de Estado, quienes sobrevivieron, las familias, amigos, quienes sufrieron el desamparo mayor. Tandil no estuvo exenta de la sistematicidad con la que se aplicó el Plan terrorista. Hubo sitios preparados para las torturas, vejaciones, desapariciones y homicidios, por lo cual, sigue en pie el pedido de justicia.
En el año 2012 nuestra ciudad fue el sitio donde se llevó a cabo el Juicio de Lesa Humanidad por el secuestro, tortura y asesinato -en mayo de 1977- del abogado laboralista de Olavarría Carlos Moreno, representante de los trabajadores de Loma Negra. Los dos civiles condenados, hermanos Julio y Emilio Méndez, hoy se encuentran cumpliendo prisión en sus domicilios en nuestra ciudad. Cuando se autoriza el beneficio de prisión domiciliaria, se incumple moralmente con la sociedad que ha repudiado su nefasto accionar. Por ello insistimos en que no queremos acostumbrarnos a convivir con la inmoralidad que vuelve a exponer a las víctimas directas a una situación de vulnerabilidad y debilidad. Y entonces proponemos que la condena moral que ejercemos diariamente en el ámbito privado o en espacios minoritarios trascienda a lo público y contribuya en la distinción de lo moralmente inaceptable.
En Tandil tenemos una cuenta pendiente que denominamos “Juicio de la Huerta”, que involucra todo el circuito represivo de la ciudad para que, de una vez por todas, los genocidas responsables de las atrocidades cometidas, sean juzgados y condenados como corresponde. Mientras tanto, a diario convivimos con la impunidad: por nuestras calles transitan las víctimas del horror, los sobrevivientes, las familias que se quedaron con agujeros negros en sus vidas, al igual que los victimarios que van y vienen con sus trabajos y actividades. Es inmoral que los genocidas se mueran sin haberse sentado en el banquillo de los acusados. Por eso continuamos exigiendo la realización del juicio oral y público que viene postergándose indefinidamente. No es justo, que las víctimas continúen esperando un acto de reparación y justicia que nunca llega.
La efectivización de los juicios, y en particular el que se espera en Tandil, nunca fue sinónimo de inactividad. En el largo mientras tanto, los organismos de DDHH y gran parte del conjunto de la sociedad civil se han expresado frente a lo imperdonable e inmoral, construyendo una inmunidad afectiva, solidaria y ética.
Una vez más, reafirmamos nuestra reivindicación a los 30 mil detenidos-desaparecidos. Seguimos luchando por la Patria con la que ellos y ellas soñaron.
Decimos: ¡al neoliberalismo, nunca más! Sostenemos la búsqueda de nietos y nietas hasta la total restitución a sus familias. Memoria. Verdad. Justicia. Democracia. ¡Treinta mil compañeros detenidos desaparecidos presentes, ahora y siempre!”.