Proponen que se priorice a familiares de niños con patologías para la vacunación contra el Covid-19
Lo presentó el bloque de concejales de Juntos por el Cambio y se trató en la Comisión de Salud el lunes. El martes, a instancias de lo planteado por la oposición, se acordó mantener el proyecto en estudio mientras se consultan otras opiniones y documentos científicos.
Con la campaña de vacunación en marcha, que en Tandil continúa a buen ritmo ante la llegada de 8.850 dosis d Sputnik V y AstraZeneca, el bloque de concejales de Juntos por el Cambio presentó un proyecto de resolución por medio del cual buscan que las autoridades de salud incorporen a los grupos priorizados para la aplicación de dosis a las personas que sean familiares directos o tengan a su cargo a niños y adolescentes con cuidado especiales en la atención de la salud y que se encuentren inmunodeprimidos.
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La iniciativa se presentó el lunes y fue tratado en el marco de la Comisión de Desarrollo Social y Salud, presidida por el oficialista Luciano Grasso. Si bien el objetivo inicial era lograr un dictamen para que ingresara en la sesión del jueves, se acordó mantenerlo en estudio a instancias de lo sugerido por el Frente de Todos.
Los integrantes acordaron estudiar en profundidad el tema y realizar las consultas pertinentes para tener los elementos suficientes que permitan avanzar con el planteo.
“Esperamos contar con el acompañamiento y el compromiso de todos los bloques en este análisis”, planteó Grasso, y llamó a “dejar de lado las cuestiones partidarias y trabajar juntos”.
Los argumentos
El proyecto de resolución que elaboró el bloque de Juntos por el Cambio parte de la inquietud manifestada por “madres y padres de niños, niñas o adolescentes con cuidados especiales en la atención de salud” que, por su edad (menores de 60 años) y no tener comorbilidades “no son población priorizada para la vacunación contra el Covid-19, con temor a contraer el virus y ponerlos en riesgo de contagio lo cual puede derivar en situaciones graves”.
Y entre los argumentos cita que el esquema planificado de vacunación priorizó a los adultos mayores y a las personas con enfermedades crónicas o prevalentes, determinando que los grupos etarios comprendidos hasta los 60 años se vacunen posteriormente.
En ese sentido, plantea que una de las situaciones especiales que surgen en el contexto epidemiológico tiene que ver con los niños y adolescentes que padecen las más diversas patologías con su sistema inmunológico comprometido, que constituyen “una población de alto riesgo si son víctimas del Covid-19”.
En la mayoría de los casos, señala, el cuidado de estos pacientes es responsabilidad de sus padres u otras personas cercanas del entorno familiar, principalmente “menores de sesenta años, convivientes y sin factores de riesgos”.
Por ese motivo, “con el riesgo que conlleva que estas personas puedan contraer el virus y, a su vez, poner en serio peligro de contagio a niños o adolescentes bajo su cuidado, se debería contemplar su pronta vacunación”.
Por otro lado, expone que si bien “es cierto que no se conocen datos estadísticos precisos sobre la cantidad de población en esta situación, es lógico suponer que el universo cuantitativo no es significativo” y que “perfectamente las autoridades de salud podrían acceder a la solicitud de autorizar su vacunación con los correspondientes certificados médicos que acrediten su condición”.
Y para finalizar, indica que las personas pasibles de ser habilitadas a recibir la vacunación, es decir familiares cercanos, adultos y adolescentes cercanos mayores de 16 años y otras personas que habitan en el mismo hogar de los niños y adolescentes con cuidados especiales en la atención de salud, “deben certificar su condición de acuerdo a los protocolos que determine la autoridad de aplicación del Ministerio de Salud de la provincia de Buenos Aires para esta particular situación”.
Con estos argumentos, pedirán al Ministerio de Salud de la Provincia de Buenos Aires que “incorpore a los grupos priorizados a todas aquellas personas que sean familiares directos o tengan a su cuidado niños y adolescentes con cuidados especiales en la atención de la salud, y que se encuentren inmunodeprimidos, a los efectos que puedan tener una pronta vacunación contra el Covid-19, habida cuenta que esta población de menores son los de mayor riesgo de infección grave por coronavirus”.
La inquietud y el análisis
Desde su perspectiva, el concejal del oficialismo Luciano Grasso consideró que “hay situaciones que entendemos deben ser tenidas en cuenta en el proceso de priorización de la vacunación: padres y madres de niños y adolescentes con problemas de salud por los cuales están inmunosuprimidos”.
Esas personas no forman parte de la población priorizada “por edad ni por comorbilidad, pero lo posibilidad de contagio hace que pongan en riesgo a sus hijos”, reforzó el planteo.
Ante esta inquietud, que calificó de “razonable”, fue que decidieron avanzar con la elaboración del proyecto de resolución, que tuvo un abordaje inicial el lunes, en el marco del espacio legislativo que preside.
En ese sentido, contextualizó que “sabemos que están comenzando a otorgar turnos a la población de entre 18 y 60 años sin comorbilidades”, circunstancia que consideró como “una gran noticia”. Sin embargo, enfatizó que “entendemos que aun así se podría, en esa asignación de turnos, priorizar a quiénes tienen hijos inmunosuprimidos”.
En cuanto al avance del expediente, presentado y analizado el lunes, Grasso sostuvo que “es tiempo de trabajarlo con celeridad entre los bloques” y también de “hacer las consultas pertinentes desde el punto de vista científico”.
En esa línea, el acuerdo apunta a analizar la evidencia y la experiencia de otros países, por caso, la de Chile, que “viene implementando esta estrategia, que denomina capullo”, que se sumará a consultas informales a epidemiólogos de prestigio.
“Debemos también revisar documentos técnicos, estadísticas y consultar a organizaciones científicas. De todos modos, nada suple el entendimiento humanitario, la empatía y la sensibilidad: muchos padres y madres están angustiados y con miedo de contagiar a sus hijos que tienen una comorbilidad”, concluyó.