La extrema decisión de cortar con un plomo una vida insoportable
DE VICTIMA PASO A VICTIMARIA AL CABO DE MULTIPLES PADECIMIENTOS OCASIONADOS POR UN MARIDO Y PADRE GOLPEADOR, POTENCIADA SU AGRESIVIDAD POR COPIOSAS INGESTIONES ALCOHOLICAS.

Estela Cora, mujer de 42 años de edad, vivía en pareja con Rubén Gonnet desde varios años atrás a aquel miércoles 17 de Mayo de 1995. Con él había tenido cuatro hijos que por aquel entonces contaban 24, 17, 11 y 4 años de edad.
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Accedé a las últimas noticias desde tu emailEl tenía una pequeña barraca en la que la venta de leña era lo más común, en calle Primera Junta 1324. Ella se dedicaba a la atención del hogar y de sus hijos. Pero lo que no había podido concebir jamás cuando lo conoció y cuando se unió a él, era su transformación de hombre aparentemente cordial y bueno, en agresivo insoportable. Acostumbrado a descargar su vehemencia incontrolada en su mujer y en sus hijos cada vez que su mal carácter era potenciado por el alcohol. A tanto había llegado su intemperancia, que su hija mayor debió casarse –según constancia policial, para irse de la casa cansada de la vida que le daba su padre, ya que era víctima de una conducta controladora enfermiza, de una disconformidad permanente, sumando a ello humillaciones y agresiones, amenazas e imposiciones arbitrarias.
Todos eran víctimas de golpizas inauditas, siempre, cuando el hombre se hallaba en estado de ebriedad.
Otro de los hijos –el de 17 años de edad- había estado jugando en una oportunidad a la pelota, regresando a la casa un poco más tarde de lo habitual y el padre lo había tomado del cuello levantándolo y provocándole dificultades en la respiración, quedando con los ojos desorbitados con principio de asfixia por ahorcamiento.