Fabián Vena subirá a escena en Tandil con el unipersonal “Quién soy yo, filosofía clandestina”
La cita es para el próximo viernes 20 de junio, a las 21, en El Cielito. Las entradas anticipadas se encuentran en venta. Con expectativa y gran entusiasmo por visitar estas sierras, el actor Fabián Vena dialogó con El Eco.

El próximo viernes 20 de junio, a las 21, en El Cielito de Tandil, subirá a escena la obra de Fabián Vena, “Quién soy yo, filosofía clandestina”. La sala ubicada en Chacabuco 126 está lista para recibir una pieza de primer nivel que, en gira nacional, invita a ser parte de una comedia fascinante, plena de humor para divertirse y emocionarse.
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Accedé a las últimas noticias desde tu emailLas entradas están a la venta en Manhattan (Chacabuco 873) y en la plataforma TodoPass, a la que se puede acceder a través de este link https://www.todopass.com.ar/inicio/418-332-fabian-vena-presenta-quien-soy-yo.html#/16-tipo-platea. Desde Astor Producciones, a cargo del espectáculo, aprovecharon la ocasión para saludar a todos los padres en su día.
Antes de su regreso a estas sierras, el actor Fabián Vena dialogó con la radio de El Eco (104.1 Tandil FM) y compartió sus expectativas para el próximo viernes. Anticipó que “va a ser una noche muy linda” y destacó que está en manos de una “producción muy piola que gusta del teatro, que lleva propuestas interesantes. Estoy con muchas ganas de estar en Tandil”.
El actor, de gran trayectoria sobre las tablas pero también en cine y televisión, contó que lleva más de dos años de gira junto a “Quién soy yo, filosofía clandestina”, el unipersonal que le ha dado grandes satisfacciones por la devolución de los espectadores.
“No va a pasar desapercibida, son esos espectáculos que quedan grabados, o todo o algo, y eso es importante, porque nadie queda afuera. Si bien la filosofía es algo difícil de acceder, en este caso es todo lo contrario”, aclaró.
En tanto, en la piel de un docente que apelará al entretenimiento, el humor y la reflexión, confió que “he sumado también a la impronta del personaje a un personaje que he tenido en mi vida: mi profesor de filosofía en el secundario, un tipo que te hacía acercar a la filosofía de una manera tan maravillosa, tan simple, tan humana, tan cercana, que obviamente cuando me llega el espectáculo me inspiro profundamente en mi profe y se genera lo mismo que me generaba a mí, diversión, atención, el poder descubrir, poder pensarse, cosa que a veces es tan difícil haciéndolo uno solo. El profesor acompaña un poco en el proceso de pensamiento de cada uno”.
La trama
En la entrevista con El Eco, Fabián Vena transmitió su expectativa y alegría por venir a Tandil, porque “hace mucho que no voy y es una ciudad que quiero tanto”. Compartió que su relación estrecha con la ciudad se dio a través de la homeopatía: “He sido paciente y casi un hijo adoptivo del genial maestro Cacho Sarrasin, un doctor extraordinario. Tengo contacto con sus hijos desde hace años. He viajado mucho allí porque he sido un fiel paciente”.
Y en relación a la obra, se mostró confiado por “la seguridad de saber que tengo un espectáculo que estoy seguro de que me va a quedar guardado en la memoria, además de poder divertirme y emocionarme”.
-¿Qué podrías adelantar de ‘Quién soy yo, filosofía clandestina’?
-Es un material que, en principio, tiene su costado original porque juntar la filosofía con el teatro resulta hasta particular. Lo cierto es que trata de un profesor de filosofía que expulsado de la universidad y tomando una actitud claramente contracultural, rebelde y personal, decide dar clases clandestinas. Entonces, con mucho éxito, recorre toda la ciudad, lugares a donde él no sabe ni dónde va. Sus alumnos más cercanos se encargan del lugar, de la gente, y de pronto arranca la obra: él entrando camuflado y con una linterna a un depósito en la Facultad de Medicina.
A partir de ahí, empieza a dar la clase con los elementos que tiene, un esqueleto sin dientes, una camilla que está hecha pelota, dando un poco la idea de que filosofar y hacer filosofía se puede lograr en cualquier lado y con cualquier elemento que haya.
-¿Sólo hay que estar dispuesto a hacerlo?
-La filosofía o filosofar está mucho más cerca de lo que uno cree. Si bien es una disciplina a la cual, sin lugar a dudas, se dedican eruditos porque hay que tener mucha memoria y precisión a la hora de leer todos los ensayos y todos los ensayos filosóficos para después de aplaudirlos, refutarlos. Entonces, el tipo da sus clases con mucho éxito, a sabiendas de que encima desde la clandestinidad también hay cierto sabor a algo que no se dice dentro de lo que son las generales de la ley.
-Decías que te emociona, que te hace emocionar, pensar, que te divierte, ¿tiene que ver con los temas que toca en las clases este profesor?
-Sí, sí. No solamente tiene que ver con los temas, sino también con un poco la esencia de lo que es un espectáculo teatral con miras a lo artístico. Hay algo ahí, en el teatro, que busca desde lo artístico convocar. Tiene que tener muchas reglas, y sobre todo en un unipersonal, que tiene que tener una actividad y una búsqueda del ritmo, del vértigo de saber que no va a entrar ningún personaje más y que este tipo arriba del escenario tiene que estar todo el tiempo solo, sosteniendo la atención del público.
Desde lo artístico, tiene que ver primero con el entretenimiento, con entretener, con saber que uno primero puede divertirse. El formato de comedia también facilita mucho, porque a través del humor es mucho más fácil entrar a la cabeza.
-El humor descomprime cualquier tema complejo…
-Sí, claro, por supuesto, tiene una llegada muy simple, si bien la cita de los autores lo trae en función de lo que está queriendo explicar. Es una clase con un profe muy dinámico, muy cercano, muy empático, que incluso pone como ejemplo determinados rasgos de su vida. Dice ‘yo no hablo de cosas que viví, todo lo que digo es porque lo experimenté’.
De alguna manera, lo que está haciendo es contar cosas de su vida que tienen que ver con su pasaje por la universidad, por qué decidió dar clases clandestinas y después, por supuesto, está la clase en sí misma, la visualización y el entendimiento de cinco virtudes humanas y cada virtud tiene su propia bolilla de estudio, pero también tiene su propia música, su escenografía, su vestuario, su propia luz. Hay una dinámica ahí que permite también que el público disfrute de un ritmo vertiginoso, pero que a la vez también genera matiz entre una unidad y la otra.
-¿El unipersonal es más exigente? Hay que ponerle el cuerpo…
-Por supuesto, tiene sus reglas, tiene sus leyes el formato del unipersonal. De todas maneras, cuando uno está en equipo, cuando uno tiene un elenco arriba, también tiene que estar absolutamente concentrado como si estuviera solo. Hay algo ahí de la esencia del teatro que tiene que ver con estar vivo, estar ahí, plantado en una situación, sea la platea que sea, y confiando mucho en el espectáculo que uno ya montó.
Si bien yo estoy arriba del escenario, llevó un trabajo de seis meses de proceso con diez personas alrededor, desde un técnico vocal a un coach, un coreógrafo, una directora de arte; mucha gente que en definitiva termina armando un espectáculo cuando después el que sube soy yo, pero la confianza de saber que todos esos rubros están perfectamente unidos y que están al servicio claramente de hacer reír, de entretener y sobre todo, de llegar a un momento de reflexión que es cuando termina el espectáculo.
En el unipersonal lo que hay que generar siempre y hay que tener claro es el nivel de convención, que es ese contrato implícito que se genera entre el espectáculo y el espectador. Es curioso porque uno dice quién está más loco, el que habla durante una hora o el que escucha durante una hora a alguien, y en ese sentido tiene determinadas reglas que es fundamental cumplir, como esto de la convención.
La convención en este caso es muy fuerte, muy contundente, muy conocida, porque tiene que ver con una clase. Entonces, los espectadores se sientan en la platea y si bien seguramente no todos han sido docentes ni lo son, seguro todos han sido estudiantes, y eso genera en el público cierta tranquilidad saber que el tipo que está arriba del escenario hablando, lo que está dando es una clase.
La cita
Espectáculo: “Quién soy yo, filosofía clandestina”.
Actor: Fabián Vena.
Fecha: viernes 20 de junio
Hora: a las 21
Lugar: El Cielito, Chacabuco 126, Tandil.
Entradas: Manhattan (Chacabuco 873) plataforma digital TodoPass.