Fenómenos meteorológicos extremos: la urgencia de comprender, prevenir y educar
La doctora Irene Arriassecq, destacada investigadora de la Facultad de Exactas de la Unicen, dialogó con “La Mañana” de El Eco sobre el desafío de interpretar la meteorología en tiempos de cambio climático. En una profunda reflexión, subrayó la necesidad de una alfabetización científica que permita a la ciudadanía y a las instituciones tomar decisiones proactivas frente a eventos cada vez más extremos.
Arriassecq, máster en epistemología y metodología de la ciencia, profesora de física y matemática, y doctorada por la Universidad de Burgos, compartió con el equipo de El Eco de Tandil no solo su vasta trayectoria académica, sino también entrañables recuerdos de sus inicios, cuando los pronósticos para la ciudad se gestionaban con llamadas telefónicas directas a la base aérea. Un servicio personalizado que, a la distancia, hoy se valora por su especificidad frente a la información globalizada actual.
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Accedé a las últimas noticias desde tu emailUn nuevo escenario en la información meteorológica
La investigadora destacó la importante modernización del Servicio Meteorológico Nacional (SMN) desde 2019, que incorporó nueva tecnología y capacitaciones, permitiendo la emisión de avisos a corto plazo y alertas tempranas. Estos informes oficiales, si bien se estructuran en cuatro registros diarios, pueden emitirse en cualquier momento ante fenómenos severos, y son cruciales para la toma de decisiones, por ejemplo, en Defensa Civil. Arriassecq enfatizó la disponibilidad gratuita de la aplicación del SMN, una herramienta poderosa que, correctamente configurada, podría alertar a los usuarios de manera similar a los sistemas implementados en Estados Unidos para tornados. Sin embargo, señaló que la ciudadanía no siempre aprovecha esta información. Alertar sobre una ola de calor, por ejemplo, puede estimarse con una semana de antelación, ofreciendo un margen crucial para la prevención.
La complejidad de la atmósfera y el rol de la ciencia
La meteorología, explicó Arriassecq, es una disciplina de una complejidad formidable, regida por ecuaciones que exceden la comprensión escolar y que no admiten soluciones clásicas. Por ello, las simulaciones computacionales resultan indispensables para elaborar pronósticos, que no son predicciones exactas, sino análisis de escenarios probabilísticos. La atmósfera, al ser un fenómeno "complejo y caótico", significa que una mínima perturbación puede alterar drásticamente el sistema a corto plazo, de ahí que las certezas absolutas sean inalcanzables. Esta naturaleza intrínseca de la incertidumbre genera la percepción popular de que "los del pronóstico le erraron otra vez". Arriassecq enfatizó que comprender el significado de una probabilidad de lluvia o el alcance geográfico de un pronóstico cambiaría la valoración de esta "potente herramienta".
Fenómenos extremos: una realidad que nos interpela
La especialista, quien dirige la investigación de Eugenia Seoane —cuya maestría y doctorado abordaron el rol de la simulación en las ciencias del clima—, advirtió sobre el aumento de fenómenos meteorológicos extremos. La evidencia empírica muestra que son "cada vez más extremos, más frecuentes, más duraderos y producen más daños", un efecto directo del cambio climático que ya se experimenta, como la semana de 41 grados en Tandil o las inundaciones en Bahía Blanca. Estos eventos, que difieren de los vaivenes habituales de la atmósfera, subrayan la urgencia de integrar esta realidad en la educación. La meteorología, por su relevancia y la posibilidad de acceder a información de primera mano, se convierte en un disparador ideal para formar ciudadanos críticos.
Educación y prevención frente al riesgo
En el marco de su grupo de investigación en educación en ciencias, Arriassecq se dedica a analizar la "naturaleza de la ciencia", buscando que la escuela secundaria ofrezca una visión más realista del quehacer científico. Su proyecto, que abordó el rol de las simulaciones computacionales en la producción de conocimiento, diseñó e implementó una propuesta didáctica en colegios, culminando en la creación de un libro de texto de divulgación libre, gratuito e interactivo, financiado por la Universidad de Burgos. Este material, dirigido principalmente a docentes, busca generar actitudes proactivas en los estudiantes, instándolos a comprender los riesgos y a no poner en juego su salud ante un evento meteorológico, incluso por intereses deportivos o sociales.
Barreras para la acción: entre la economía y la negación
Arriassecq no eludió las dificultades para traducir la información científica en acciones concretas. "Hay una cuestión económica por la cual no se puede suspender" actividades deportivas o eventos, afirmó, incluso ante alertas naranjas que desaconsejan salir de casa. Esta priorización económica se suma a la negación del cambio climático, incluso por parte de potencias mundiales. Comparó la reacción argentina con la estadounidense ante alertas de tornados, donde la gratitud por la prevención reemplaza al enojo por un pronóstico no cumplido en un punto específico. En el ámbito educativo, la situación es también crítica. Arriassecq criticó los protocolos "anacrónicos" para la suspensión de clases, que a menudo dejan la decisión al criterio de cada institución o esperan una directiva de Defensa Civil, actuando "fuera de tiempo" y poniendo en riesgo a los estudiantes. Subrayó que, con la información actual, los directivos podrían tomar decisiones preventivas sin necesidad de una llamada externa. Asimismo, remarcó la importancia de figuras públicas como artistas para dar un mensaje claro y responsable ante la suspensión de eventos por condiciones climáticas, citando ejemplos como Taylor Swift frente a Tini.
La charla que invita a la reflexión
La doctora Arriassecq extenderá su análisis en la charla "Fenómenos meteorológicos cada vez más extremos", que se realizará hoy martes a las 18:30 en la Escuela de Talentos, 9 de Julio 455. Los interesados deben registrarse previamente en la página web de Flama para acceder a este encuentro, que promete ser una invitación a una comprensión más profunda y responsable de nuestro entorno climático.