Ecopsicología, el modo de poner en práctica la vuelta a lo silvestre y la reconexión con la naturaleza
En un mundo hiperconectado pero emocionalmente distante, reencontrarse con la tierra, los animales y los elementos naturales se vuelve una necesidad más que un deseo. La vida silvestre, externa e interna, sigue allí esperando ser escuchada. Volver a lo natural no es una moda, sino un regreso a lo esencial, el cuerpo, el silencio y la memoria de lo vivo.
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Durante siglos, el ser humano vivió en íntima relación con los ciclos naturales: sembraba siguiendo las estaciones, bebía agua de los ríos, observaba el cielo para anticipar el clima. Pero hoy, más del 90 por ciento de la población mundial pasa la mayor parte de su tiempo en espacios cerrados. Las pantallas reemplazaron el horizonte, los sonidos naturales se diluyen entre motores y notificaciones, y la biodiversidad se percibe como un escenario ajeno. Esta desconexión, según diversos estudios de ecopsicología, está en la raíz de la actual crisis ecológica y emocional.
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Accedé a las últimas noticias desde tu emailEn 1989 en la universidad de Berkeley en Estados Unidos, un grupo de académicos se plantearon qué hacer ante la crisis ecológica. Surgió la Ecopsicología que es un nuevo paradigma donde se une la Psicología y la Ecología, contribuyendo al medio ambiente desde el crecimiento personal.
Volver a lo silvestre no implica huir del progreso ni idealizar la vida rural, sino recuperar el vínculo sensorial y espiritual con el entorno. La ciencia ya comprobó que bastan veinte minutos de contacto con la naturaleza para reducir los niveles de cortisol, mejorar la concentración y regular la presión arterial. Pero más allá de los beneficios fisiológicos, el reencuentro con lo natural tiene una dimensión ética y existencial. Cuando volvemos a mirar la tierra con atención, cambia la forma en que habitamos el mundo.
