Adrián Alonso, un ejemplo de vida
Nació en Tandil, fue futbolista y tuvo un desafortunado accidente en 2001, que le cambió la vida. En esta oportunidad, cuenta su pasado deportivo y su presente como estudiante de comunicación. Además, se define como fanático de la equinoterapia.
Adrián Alonso comenzó su carrera en el baby fútbol de Loma Negra, club donde jugaba su padre y donde vivió parte de su infancia. Llegar a Primera división, en su época, era difícil con sólo dieciséis años. Dentro de su trayectoria también figuran clubes como Independiente y Gimnasia y Esgrima de Tandil, donde terminó su carrera futbolística.
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Referentes futbolísticos
A nivel local y nacional, admira a algunos jugadores: Raúl Sommi (que llegó a jugar en aquel Santamarina que ascendió a Primera y también, en Olimpo); Aldo Varales (que era un delantero muy importante y, en Buenos Aires, es ídolo) y Bochini (ya que considera que fue el referente más grande del club Independiente).
Como Adrián jugó siempre de delantero, admira en su misma posición a Percudani de Independiente y, en la actualidad, sigue la trayectoria de Ignacio Scocco, jugador de River Plate.
Partidos inolvidables
Un juego que le quedó grabado en su memoria fue la final del torneo juvenil provincial de Ligas del Este, cuando tenía diecisiete años. En un clima bastante hostil, habían ganado en Tandil dos a uno y tenían que ir a definir a Chascomús. Una vez comenzado el partido, se encontraron con que la tribuna estaba repleta de los hinchas simpatizantes del equipo rival y el alambrado estaba pegado al campo de juego. Ese día, el partido finalizó empatado y dieron la vuelta olímpica. Al final, los terminaron aplaudiendo, pero durante el partido la presión que sintieron desde afuera fue muy grande: eran alrededor de cinco mil personas en una cancha chiquita y ellos, siendo tan chicos, demostraron la valentía al mantener el resultado y traer por primera vez el título a Tandil.
El gol más importante de su trayectoria considera que lo convirtió en Chascomús, jugando para la selección de Tandil. Con ese triunfo fue la primera vez que Tandil se consagró Campeón en el torneo Ligas del Este.
También recuerda otro partido que jugó junto a su padre y su hermano mayor en Primera división. Cuando Adrián debutó, su padre ya tenía treinta y siete años, estaba a punto de retirarse y pudieron llegar a compartir dos partidos juntos. En uno que jugaron contra Grupo Universitario, perdían uno a cero, su padre hizo el gol del empate y Adrián anotó el de la victoria. En el festejo, su hermano los fue a saludar y les dijo “ahora falta el mío”, pero no pudo realizarlo y el partido terminó dos a uno.
Cambio de vida
En 2001, su equipo jugaba en Juárez. Adrián tenía que cumplir una fecha de suspensión, pero igualmente viajó para alentar. Como llovía muy fuerte, el partido se suspendió y Adrián regresó en auto con dos compañeros y un acompañante que manejaba, porque uno de ellos trabajaba ese mismo día, entonces no se quedaron para volver con el equipo.
Al regresar por la Ruta 74, quien manejaba, agarró un espejo de agua, se cruzó de carril y empezaron a dar trompos. Ese accidente a Adrián le provocó una fractura de columna y fue el más dañado de los tres jugadores.
Ese día significó un cambio en su vida, pasó de estar jugando al fútbol a una silla de ruedas. No fue fácil, pero tuvo mucha ayuda, contención familiar, amigos, profesionales psicólogos.
Estuvo internado durante ocho meses. Cuando volvió a su vida, sabía que iba a ser más difícil, pero estaba más preparado. Le llevó tiempo volver a estar bien y después comenzó a hacer distintas actividades que le hacían sentirse bien.
Equinoterapia
En la actualidad, Adrián realiza equinoterapia, que es terapia con caballos, que lo ayuda mucho con el control del tronco, equilibrio y respiración. Es una actividad bastante completa y fortalece sus músculos.
Además, estudia comunicación social; cursó el primer año en el Instituto Superior de Formación Docente 10 y, hasta el 2017 –y por un período de tres años-, estuvo haciendo un programa deportivo, que le gustaría retomar este año.
Filosofía de vida
Al reflexionar sobre lo que le ha sucedido y cómo ha cambiado su vida, Adrián dice que si alguien pasara por lo mismo que él: “Le diría que no se quede, que haga la rehabilitación que tenga que hacer, que se mantenga en contacto con la gente, que trate de ser el mismo de siempre y, a pesar de todo, la vida -como dice la película- es bella. No hay que caerse, y seguir haciendo las cosas que te gustan, tener la cabeza ocupada como todo el mundo, para poder estar bien y poder salir adelante porque se puede”. (Por Nicolás Ferreyra, alumno de primer año de Práctica Profesional 1 de la Tecnicatura en Comunicación Social del Instituto Superior de Formación Docente y Técnica 10 de Tandil).