Eduardo Resse, redactor del PDT de Tandil: los intereses en juego, el debate ciudadano y la necesidad de actualizar el Plan
Dirigió el equipo redactor del PDT. Los conflictos e intereses en juego. La necesidad de actualizar la herramienta.

El Plan de Desarrollo Territorial (PDT) es una normativa que afecta al conjunto de vecinos de la ciudad, desde La Movediza al Barrio Golf, desde Gardey hasta María Ignacia. Y no solo en su presente sino también en su futuro, ya que determina la planificación urbana de Tandil, las áreas hacia donde tendría que crecer, y aquellas –como las sierras- que no deberían urbanizarse.
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Accedé a las últimas noticias desde tu emailEn el 2025 se están cumpliendo dos décadas de la aprobación a nivel local del PDT, y con motivo del aniversario, El Eco dialogó con Eduardo Resse, quien dirigió al equipo que redactó el Plan que aún sigue vigente. El arquitecto especializado en urbanismo contó de los entretelones del encendido debate durante el armado del proyecto, de los conflictos de intereses que se pusieron en juego entonces, y de la necesidad de actualizar la legislación ante las transformaciones del territorio. “A medida que se ponga más obsoleta, la herramienta deja de servir. Y entonces hay un movimiento contrario que dice que hacer un plan no sirvió para nada. Bueno, no, lo que no sirve para nada es que no fue actualizado”, sostuvo.
“El Plan de Ordenamiento es la segunda ordenanza más importante que tiene un Municipio. La primera es el presupuesto. La segunda es la que dice qué se va a hacer con ese Municipio”, dijo Resse, quien recordó las nutridas discusiones e intercambios en torno a la redacción del Plan, en los que intervinieron desde representantes del mercado inmobiliario a asociaciones preservacioncitas, funcionarios municipales y otros. Si bien el arquitecto trabajó en proyectos similares en diferentes localidades, destacó de Tandil que el momento de aprobar el PDT “no pasó como un trámite, pasó como un hecho social”.
Como todo Plan de Desarrollo, el de Tandil no se hizo de un día para el otro. En principio requirió de un financiamiento específico, al que se accedió a través de la convocatoria “Municipios del Tercer Milenio”, promovida por el Banco Mundial. Resse –como parte de un equipo de la Universidad de General Sarmiento junto a la Facultad de Humanas de la Unicen-, ganó el concurso que permitió costear el trabajo. Se llevó a cabo un diagnóstico, y luego la redacción del Plan, en un proceso que tomó casi 2 años.
A dos décadas de aquel momento, no hace falta otro estudio para observar que Tandil creció, aunque tampoco se cuenta con mayores precisiones de cómo fue ese crecimiento. Las plataformas de los espacios políticos coincidieron en la necesidad de revisar el PDT, a lo que cabría preguntarse ¿Quién lo va a revisar? ¿Cómo va a participar la ciudadanía en esa revisión?, y fundamentalmente ¿en qué ciudad quieren vivir los tandilenses?

“Una participación muy intensa”
-¿Cuál fue su rol durante la redacción del PDT y cómo llegó a trabajar en eso?
-Mi rol fue el de ser coordinador de un equipo técnico que se conformó con mis colaboradores de la Universidad de General Sarmiento, y gente de Humanas de la Universidad de Tandil.
A principios de los 2000’ hubo una suerte de gran profusión de programas internacionales, trabajando sobre estas cuestiones, el tema de la emergencia ambiental, la planificación urbana, el desarrollo local. La convocatoria la hizo el Banco Mundial, el Municipio adhirió y solicitó financiamiento para contratar un equipo que ayudara con el Plan. Ahí nos presentamos y ganamos. Ahí nos presentamos y ganamos el concurso.
-Ya había tenido experiencias similares…
-Sí, cuando empecé a trabajar en Tandil, yo ya había hecho el plan de la ciudad de Córdoba, por ejemplo, pero también de Río Cuarto y Venado Tuerto.

-¿Se instaló en Tandil?
- No, viajaba todas las semanas, dos días para trabajar con el equipo, y me volvía en micro. Fueron muchos meses de ir y venir, por lo menos dos años.
Pero fueron dos años por una cosa bastante singular. Es que el trabajo, desde el punto de vista del equipo técnico, debió haber sido de un año, un año y monedas. Pero después el debate llevó mucho tiempo. Primero porque en ese momento había un conflicto grande con las mineras, con las canteras.
-Claro, en paralelo se daba el debate que después logró aprobar la Ley de Paisaje Protegido que estableció la poligonal para las canteras…
- No, en paralelo no. El Plan terminó antes, pero se determinó que efectivamente hubiera un estudio. Y por presión de la gente se logró la Ley de Paisaje Protegido, fue un triunfo de las asociaciones.
-¿Y en concreto el PDT, qué objetivos tuvo?
-El objetivo era tener una herramienta de gestión del territorio que incluía la ciudad de Tandil, a todo el Municipio, y en su relación con la con la región. Porque no se puede pensar esa ciudad si no es en relación a toda la región centro, con Azul, con Olavarría, con Mar del Plata. Ahora quedó viejo, pero en ese momento se hizo un estudio bastante vasto de Tandil y su región. Básicamente esto se vio en el hecho de pensarse como una ciudad de enorme importancia, a la cual le iba a ir mejor si a la región le iba mejor.
-¿Y cómo fue el proceso en el cual se determinaron los principales puntos del Plan?
-El Plan tuvo dos momentos muy claros. Uno de análisis y otro de propuesta. El análisis tuvo dos ejes, uno de estudios técnicos que determinaron las zonas, pero también uno de participación. Quizás no fue una participación muy extensa, pero fue muy fuerte.
-¿Participación ciudadana?
-Me acuerdo que en otros lugares, la participación fue más pasiva. En Tandil fue menos masiva, pero muy intensa. Sobre todo desde las organizaciones. Las ambientalistas desde ya, y las vecinales un poco menos.
Pero hubo un hecho singular, en Tandil, que me gustaría no pasarme de largo. De todos los casos que en los que he participado, que a esta altura de mi vida son muchos, fue en Tandil donde la participación del Concejo Deliberante fue más fuerte. Cosa que no suele suceder.
De los dos años y pico que duró esto, un año se lo llevó discutir con el Concejo. Fue muy rico. Discutimos artículo por artículo, cosa que nunca pasa. El Concejo Deliberante de ese momento entendió una cosa muy trascendente, que es que el plan de ordenamiento es la segunda ordenanza más importante que tiene un Municipio. La primera es el presupuesto. La segunda es la que dice qué se va a hacer con ese Municipio. Me citaban todos los martes y yo viajaba a Tandil a discutir en el Concejo.

-Así como las reuniones eran con el Concejo Deliberante. ¿También las hubo con empresarios, con clubes, con organizaciones?
-Sí, empresarios, bastantes, clubes menos. Por supuesto con el Colegio de Arquitectos también. Pero me sorprendió que cuando esto ya estaba listo y tenía que pasar por el Concejo, no pasó como un trámite, sino como un hecho social.
Había personas de varios oficios y profesiones, con lo cual estaban muy interesados en aprender. Para mí fue inusual. En general, se toma como un trámite que hay que aprobar porque el Ejecutivo lo mandó y acá no, discutieron todo.
-Claro, pero esto no lo presentaba el Ejecutivo ¿No?, sino el equipo de redacción del Plan ¿Fue así?
- Por la síntesis que estoy haciendo me salteé una parte, y es que hubo personas del Ejecutivo permanentemente. Recuerdo al secretario de Obras Públicas…
-¿Civalleri?
-Sí, exactamente, y un arquitecto. Tuvieron mucha presencia, mucho interés, discutíamos todo.
Debates, zonas e intereses
-Retomando la cronología del PDT, se hizo un diagnóstico a partir del cual se determinaron zonas…
-Sintéticamente fue así. Cada una de esas zonas tiene limitaciones. Y ahí es muy importante entender que un Plan supone siempre una serie de propuestas, pero también una serie de limitaciones al derecho de propiedad.
Esas limitaciones al derecho de propiedad fueron parte de los conflictos, del debate más duro con sectores del negocio inmobiliario.
-¿Podría contar detalles de ese debate?
-Bueno, estaba la posición del mercado inmobiliario, que encabezaban varias inmobiliarias. Jugó muy fuerte el Colegio de Martilleros, y los agrimensores. Nosotros estábamos entre esa posición muy dura, de los martilleros y agrimensores –y digo “los” porque eran todos varones-, y la de los grupos ambientalistas, y ahí tendría que hablar en femenino porque eran casi todas mujeres. Al contrario, tenían una posición de preservación muy fuerte, muy combativa.
Y la Municipalidad que intentaba mediar, de alguna manera apoyando la posición más conservadora, en el mejor sentido, de preservación de las características de la ciudad y el ambiente. Pero también teniendo cuidado de no pelearse con otros actores que eran fuertes en la ciudad en ese momento.

-El Plan es una síntesis de ese debate…
-Como todo plan y como toda decisión pública, es una síntesis. Y de alguna manera, el resultado de la correlación de fuerzas en las cuales por suerte, el Municipio y el Concejo accedieron a algunas cosas de los agrimensores, pero fueron muy favorables a todas las posturas, fueron bastante favorables a todas las posturas del preservacionismo.
De hecho, tomamos una determinación como equipo técnico en ese momento. Le propusimos a la Municipalidad suspender los permisos de loteos durante 6 meses, y la Municipalidad aceptó. Ahí Civalleri jugó un papel muy importante, y el Concejo aprobó con mucho apoyo la suspensión. Porque cuando el mercado vio que el Plan iba mucho más riguroso, empezaron a lotear antes de que se aprobara.
Nos amenazaron con juicios. Pero fue inútil, y no hicieron ninguno. Y ese fue un tema que pone de relieve el nivel de conflicto de ese momento.
-Y ahí se establecieron las zonas, las cotas permitidas…
-Esas son las limitaciones que digo que todo plan impone, no solo en Tandil sino en todos lados. Porque alguien dice ser propietario y tener un derecho ilimitado. Bueno, no, tengo una mala noticia, usted no tiene un derecho ilimitado, tiene un derecho restringido.
-Para la zona protegida de las sierras se determinó que el Ejecutivo debía hacer un Plan de Manejo, pero pasaron 20 años y nunca se hizo…
-Eso no está bien. No está bien porque las sierras son un tema muy específico que debería tener un plan de manejo particular. Después salió la Ley que restringió la explotación de las canteras, pero debería haber un plan de manejo también para todo el sector serrano.
El caso Tandil, a la Provincia
-¿Siguió el desarrollo de Tandil después de haber trabajado en el PDT?
-Lateralmente. He tenido vínculos con gente de la Universidad, no con la gente que trabajó en el Plan, pero sí con otros.
Porque una cosa importante es que mucha de la experiencia nuestra en Tandil luego se trasladó a la sanción de la Ley de Acceso Justo al Hábitat de la provincia de Buenos Aires, que nosotros redactamos. Y una de las experiencias que tuvo mucha importancia para poder redactarla fue el caso de Tandil.
-¿En qué aspectos tuvo importancia?
-En Tandil, nosotros agregamos bastantes medidas de intervención en el mercado inmobiliario, como el cobro de plusvalía, y varias cosas de Tandil están en la Ley Provincial.
-Este año se cumplen dos décadas de que fue parte de este trabajo, ¿Hay algo que quisiera destacar sobre este proceso con motivo del aniversario?
-No quisiera olvidarme de la necesidad de actualizar el instrumento. Un instrumento que se queda viejo ya no sirve para nada. Sobre todo cuando el instrumento aplica sobre un objeto de trabajo, como la ciudad, como el territorio, que está cambiando permanentemente. Si está cambiando permanentemente, el instrumento necesita actualizarse.
Eso me parece súper importante, porque lo que va a estar pasando es que a medida que se ponga más obsoleto, la herramienta deja de servir. Y entonces hay un movimiento contrario que dice que hacer un plan no sirvió para nada. Bueno, no, lo que no sirve para nada es que no fue actualizado. Me parece muy importante que la ciudad debata eso.
Y que Tandil entienda que varias de las cosas que están en el Plan después pasaron a la Ley Provincial y que implica la necesidad de controlar la desmedida que suele tener el mercado inmobiliario sobre los bienes comunes de la ciudad. Que son las sierras, pero que son también los espacios públicos, que son también la calidad ambiental del centro de Tandil.
En la Ley provincial se hizo un fideicomiso que se conforma de un sobrecargo a terrenos vacantes especulativos, un fondo de castigo de alguna manera a la especulación inmobiliaria, para convertirlo en mejora ambiental. En Tandil tienen una experiencia linda que es la de Mujeres sin Techo.
Redactor El Eco de Tandil