Güemes y Darragueria, la esquina que se inunda en cada tormenta
Miguel, vecino de la zona, relató los padecimientos que sufren los frentistas del lugar luego de cada lluvia.

A pesar de los constantes reclamos y la visible afectación a la vida diaria de los vecinos, la intersección de las calles Guemes y Darragueira, en el barrio de Villa Aguirre continúa sufriendo inundaciones recurrentes ante la más mínima lluvia, un problema que se arrastra desde hace más de cinco años y para el cual no se vislumbra una solución definitiva. Miguel, uno de los frentistas que ha sido una voz persistente en los reclamos, enviando fotos y acudiendo al municipio, diálogo con El Eco Multimedios y aseguró que sus gestiones nunca han obtenido una respuesta satisfactoria.
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La raíz del problema no reside en cañerías tapadas, sino en la ausencia de una zanja adecuada. Según explicó, "de un lado está bien hecha, del otro lado desapareció la zanja hace rato, hace años". Esta situación provoca que el agua no pueda desagotarse "¿Y dónde se acumula? en el medio de la calle", señaló. Las limpiezas que ha realizado el municipio han sido meramente "superficiales de la calle", enfocándose en remover suciedad, arena y bolsas de basura, pero sin abordar el problema estructural. El vecino relató un episodio en el que intentó explicar la necesidad de un saneamiento profundo a un trabajador municipal, quien simplemente "se me rió en la cara y bueno, al otro día pasó lo que tenía que pasar", refiriéndose a una nueva inundación.
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La frustración de los vecinos llevó a Miguel a tomar cartas en el asunto. Tras un incidente personal en el que casi es atropellado debido a la acumulación de agua, él y otro integrante de la barriada, utilizaron palas para abrir camino para desagotar la zona. A pesar de sus esfuerzos, las fotos enviadas al municipio con la sugerencia de utilizar una retroexcavadora pequeña para un saneamiento adecuado, no tuvieron eco.
La burocracia se ha convertido en otro obstáculo ineludible hasta el momento. Los reclamos no han derivado en soluciones de raíz, y la responsabilidad es constantemente "peloteada de un lado para el otro". Tanto el como varios frentistas han intentado comunicarse con Obras Sanitarias, quienes le indicaron que la responsabilidad recaía en el ferrocarril debido a que las zanjas bordean las vías. Desde allí, los trabajadore le dijeron que era competencia del Municipio. "Se la pelotean de un lado para el otro y soluciones, nada", lamentó.
Las consecuencias de esta inacción afectan gravemente la vida cotidiana. La acumulación de agua hace que "De vereda a vereda no tengas pasada". Esto representa un peligro y una barrera, especialmente porque en la zona se encuentran un Centro de Salud Comunitaria, negocios, farmacias y un jardín de infantes, por donde transita “muchísima gente que lleva a sus hijos y también personas mayores”. Para Miguel, la solución es simple y rápida: “es un trabajo de horas nada más. Yo calculo que en una hora o dos horas les puede llevar”. La comunidad espera una pronta resolución que ponga fin a años de inundaciones y permita a los vecinos transitar libremente y con seguridad.