Educación
La Escuela Técnica 1 ofrece educación secundaria gratuita con orientación en electromecánica y rápida salida laboral
El reconocido establecimiento educativo apuesta a la formación de técnicos calificados para insertarse en el ámbito productivo y desarrollar sus propios proyectos.
La Escuela Técnica 1 “Sexta Brigada Aérea” es una de las instituciones educativas estatales de larga trayectoria en la ciudad, que ofrece a los estudiantes un título secundario con inmediata salida laboral como técnicos electromecánicos calificados.
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Ubicado en Colectora Macaya 2094, el establecimiento alberga una numerosa matrícula que en los últimos años ha incorporado una gran cantidad de mujeres, que casi superan a sus compañeros varones, una tendencia antes impensada y que se empezó a revertir con fuerza en el último tiempo.
Pablo Espelet, jefe de taller, explicó que los alumnos se matriculan como técnicos electromecánicos después de siete años de escolaridad, uno más que en la secundaria común.
Así, el docente precisó que en los primeros tres años, el ciclo básico, se aprende a través de una materia denominada procedimientos técnicos a manejar distintos elementos como madera y metales, y los fundamentos básicos de la electricidad como proveedora de energía.
Durante esta etapa también se realizan salidas educativas a empresas para que los adolescentes conozcan la producción en serie. En el ciclo superior se organizan viajes a diferentes provincias para explorar las diferentes líneas productivas del país.
Según detalló, la currícula incluye viajes educativos a Mendoza para estudiar la generación hidroeléctrica y el camino del vino; a Córdoba para visitar industrias automotrices y metalmecánicas; y en el último año la visita es la provincia de Misiones, para conocer la geografía de esa zona, las minas y el sector yerbatero.
Pasantías y prácticas
En el séptimo y último año, los estudiantes llevan a cabo prácticas profesionalizantes en diversas fábricas y empresas de la ciudad para capacitarse y posteriormente poder insertarse en el mercado laboral. De hecho, en Tandil hay varios sectores productivos ávidos por incorporar mano de obra calificada para desarrollar los procesos industriales. No obstante ello, la formación también apunta a que puedan desarrollar proyectos independientes y montar sus propios talleres.
“En estas prácticas salen a trabajar a empresas que se convierten en oferentes mientras nosotros nos constituimos en demandantes. A partir de esto, los chicos pueden salir con un trabajo fijo y calificado”, expuso Espelet.
Para cumplir esta función, se diseñaron las prácticas profesionalizantes, que buscan acercar las lógicas del mundo del trabajo y la producción a las del sistema educativo.
Las prácticas constituyen una aproximación progresiva al campo ocupacional hacia el cual se orienta la formación técnico profesional de los estudiantes. Es un acercamiento a las formas de organización del trabajo, a las relaciones entre las personas que intervienen en él, a los procesos científico-tecnológicos, de gestión y socioculturales propios de las prácticas productivas y a las regulaciones particulares de cada actividad profesional.
Proyectos solidarios e insumos
Además, la institución también pone su infraestructura y sus recursos humanos al servicio de otras entidades o escuelas. De este modo, a través de los proyectos solidarios construyeron una rampa de acceso para el Museo del Juguete y ahora están terminando de elaborar rejas y reparar juegos para un jardín de infantes, en una especie de círculo virtuoso que resulta provechoso para todas las partes.
En tanto, los estudiantes también realizan proyectos propios y construyen diferentes objetos y utilitarios como chulengos, cajas, mesas desayunadoras, percheros, bancos y demás elementos de su interés.
Al respecto, el profesor indicó que “los primeros trabajos prácticos los dirigimos los docentes, pero después queremos que desarrollen sus propios proyectos, en base a sus inquietudes y necesidades”
Para poder mantener el taller y las actividades pedagógicas, las escuelas técnicas reciben una línea de crédito provincial y nacional para adquirir equipamiento, materiales e insumos para el desarrollo de actividades y uso seguro del entorno formativo en talleres, laboratorios, espacios productivos y deportivos.
“Queremos que la formación que damos y la salida laboral sean fructíferas, y para eso trabajamos”, cerró.