La obra “Aurora Trabaja”, y el abordaje poético de la violencia contra las mujeres: 3 preguntas a Julia Lavatelli
La producción teatral del grupo Orson Peralta se presenta todos los sábados y domingos de agosto en La Fábrica.

A cargo desde hace más de 20 años del grupo escénico Orson Peralta, Julia Lavatelli es referente del teatro en Tandil.
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Accedé a las últimas noticias desde tu emailSu nuevo proyecto como directora es Aurora Trabaja, una obra de la dramaturga Mariana de la Mata, que aborda desde una perspectiva poética la problemática de las violencias contra las mujeres. Se trata de una propuesta que Julia Lavatelli lleva a escena con un equipo conformado tanto por experimentados actores, actrices y técnicos de la ciudad (Daniela Ferrari, Pepo Sanzano, Marcelo Jaureguiberry), como también por jóvenes que se sumaron al grupo (Fede Zárate, Cristian Cejas, Agustín Gómez, Agustina Gómez Hoffmann y Lucas Máximo).
Aurora Trabaja puede verse todos los sábados y domingos de agosto a las 21hs en el Teatro La Fábrica, y con motivo del estreno Julia Lavatelli respondió 3 preguntas a El Eco de Tandil.
1) ¿Cómo surgió la posibilidad de trabajar y poner en escena este texto? ¿Cuál fue la motivación y el trabajo de adaptación de Aurora Trabaja?
A la autora la conocíamos desde hace unos años. Junto a Daniela Ferrari y Agustina Gómez Hoffmann (dos de las actrices) compartimos en la Universidad el trabajo de investigación sobre Dramaturgia y hacemos desde hace mucho tiempo unas jornadas de difusión de dramaturgias de provincias. Ahí hicimos una lectura pública de otra obra de Mariana de la Mata “Este verano te mato”.
Luego, el año pasado me invitaron a escribir un artículo sobre jóvenes dramaturgas mujeres y elegí para Aurora Trabaja como texto a analizar. También estuve muy cerca de su traducción al francés… En fin, la obra está cerca desde hace bastante tiempo.
No hicimos adaptación del texto, solo tomamos algunas decisiones del pasaje a la escena. Abordar la musicalidad de la palabra a fondo y darle a la música un papel en la narración. Por eso Pepo Sanzano trabajó en la selección musical (¡que es muy ecléctica y hermosa!) y Lucas Máximo juega rol de DJ., operando música en vivo.
También resolvimos “encarnar” el personaje del ciervo, que está presente en la obra, pero no indicado como personaje. Esas decisiones, si se quiere de puesta en escena, dan un poco el carácter a nuestra versión de Aurora Trabaja.

2) Con el grupo Orson Peralta trabajas hace más de 20 años, y por lo menos en esta ocasión lo haces tanto con colegas más experimentados como con jóvenes. ¿Qué surge de ese vínculo?
Este año resolvimos arrancar el proyecto de puesta en escena y comenzar con los ensayos. Implicó muchos meses de trabajo, (desde febrero) y armar el grupo con actores y artistas jóvenes. Se conformó un equipo de trabajo fantástico, de mucha sinergia, entre los históricos y los nuevos.
Hubo un actor que se recuperó (Gaspar Nölter volvió al trabajo teatral después de muchos años) y dos jóvenes actores trabajan por primera vez con nosotros (¡Federico Zarate y Cristian Cejas hacen una composición de personaje que nos conmueve!).
También Agustín Gómez, en la iluminación es de los nuevos. Casi graduado de realización audiovisual hace un aporte desde la imagen y la iluminación fundamental en la obra, de mucha sensibilidad con el espacio escenográfico que propone Marcelo Jaureguiberry y el vestuario que crea Pilar. (Creo que se puede apreciar en las fotos esa confluencia en la imagen). Y es también la primera vez que alguien ocupa el rol de difusión en redes (Selene Fernández). Los históricos nos tenemos que aggiornar, también.
3) La obra aborda la problemática de la violencia contra las mujeres desde una perspectiva poética. ¿Que tiene el teatro para pensar este tema?
El teatro puede pensar los grandes conflictos, las grandes disyuntivas de la vida y lo hace en un lenguaje que es propio. El teatro que reproduce los discursos que corren en la sociedad, no es el más interesante, le toca un rol de repetición, de ampliación en todo caso.
En cambio, cuando el teatro piensa en su lenguaje, aparecen eso que un filósofo llama “ideas-teatro”, que no se puede expresar con palabras. Por eso, cuando en una obra nos conmovemos, usamos la expresión “me dejó sin palabras” o “me dejó mudo”.
Es una experiencia que todos podemos percibir en el teatro, cuando se producen esos silencios profundos, esos silencios compartidos, en los que el espacio se vuelve denso (se corta con un cuchillo), ahí sucede algo que solo el teatro puede generar. Es un tipo de inteligencia, pero no racional. Es una inteligencia mimética, eso que al teatro le permite desde hace siglos pensar el mundo y las relaciones humanas.
Redactor El Eco de Tandil