José Larraburu, el secretario general del Sindicato de Empleados de Comercio local, hizo un balance del cierre de lo que calificó como un año sumamente difícil, abordando tanto las negociaciones salariales recientes como la gran preocupación generada por el proyecto de reforma laboral propuesto por el gobierno.

En diálogo con El Eco Multimedios, el sindicalista afirmó que el gremio, tanto a nivel nacional como local, repudia esta reforma. Aunque el dirigente admitió que existe la necesidad de actualizar la legislación laboral debido a su antigüedad y la necesidad de modernizarla, ejemplificando esto con artículos del convenio colectivo que aún hacen referencia al servicio militar obligatorio, indicó que la propuesta del gobierno deja mucho que desear.

Lamentó que la gestión nacional no se haya propuesto dialogar con la CGT antes de redactar la propuesta, lo que habría sido el primer paso fundamental para alcanzar un consenso. La postura del sindicato es crítica, ya que "no hay punto que sea beneficioso para los trabajadores", aseguró. Por el contrario, señaló que la iniciativas evidencian una pérdida de derechos y beneficios, que empeorarian una situación laboral que ya es difícil para el empleado.

Larraburu argumentó también que la reforma no ofrece grandes ventajas para las pequeñas y medianas empresas (PyMEs), que constituyen cerca del 90 % de sus empleadores. "No presenta ningún punto que represente una ayuda para la PyME en el fomento del empleo, por ejemplo”. Asimismo, sostuvo que busca debilitar la capacidad de negociación colectiva, ya que “la ley lo que apunta es precisamente a eso, que el sindicato tenga cada vez menos poder”. La preocupación radica en que, sin la fuerza gremial, un trabajador queda vulnerable, ya que no es lo mismo que una persona negocie individualmente, ya que la balanza nunca estará equilibrada frente al empleador. “El sindicato está para evitar que los trabajadores sean forzados a aceptar condiciones adversas, aunque el gobierno apunte a que haya cosas que se hagan de común acuerdo”, expresó.

A pesar del contexto caldeado, la semana pasada se logró concretar un acuerdo salarial. Este acuerdo, distinto a los previos, incluye una suma fija de $60.000 no remunerativos que se pagará de diciembre a marzo inclusive. La primera cuota debe ser abonada por los empleadores antes de finalizar diciembre, mientras que las subsiguientes se cobrarán entre el 1 y el 10 de cada mes. Larraburu destacó la novedad del pacto, ya que, si bien es no remunerativo, se tiene en cuenta para calcular el presentismo, la antigüedad, las horas extras, las vacaciones y el aguinaldo. Esta suma fija, junto con otros $40.000 no remunerativos que se arrastraban, pasará al básico en abril. Con esta incorporación, el sueldo mínimo básico de la categoría más baja quedaría en 1.100.000 pesos en abril.

Por último, y en relación a las celebraciones de fin de año, el gremio ha lanzado una campaña para pedir que los comercios de la ciudad cierren a las 18 horas tanto el 24 como el 31 de diciembre. La iniciativa incluye recorrer el centro y los lugares más comerciales de la ciudad repartiendo volantes para que los clientes también realicen sus compras temprano.

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