Productores de Iraola sufrieron tres robos en el último mes y medio y reclamaron por mayor seguridad
Una familia de productores de la zona rural de Iraola sufrió tres robos de terneros representando una pérdida económica cercana a los tres millones de pesos. Enrique y Francisco Osa, propietarios del establecimiento, manifestaron su profunda inquietud ante el incremento de la inseguridad y la falta de respuestas efectivas por parte de la Patrulla Rural.
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La familia Osa, que habita el campo en cuestión en Iraola desde hace más de 130 años, ha sufrido el robo de tres terneros en los últimos cuarenta y cinco días. La sustracción de estos animales generó pérdidas cercanas a los tres millones de pesos. Por esta razón, Francisco y Enrique, sobrino y tío, mostraron una profunda preocupación por la escalada en la modalidad delictiva.
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Accedé a las últimas noticias desde tu emailFrancisco Osa detalló a El Eco de Tandil que el modus operandi actual difiere de hechos anteriores: "Generalmente, en los robos que habíamos sufrido en otros años faenaban los animales en el campo". Sin embargo, en los recientes incidentes, los delincuentes "cortan los alambres y sacan el animal entero para la calle".
En uno de los casos, el ternero fue sacrificado y abandonado en una zanja, presumiblemente porque la maniobra de carga fue interrumpida al observar movimientos de vecinos o trabajadores del campo.
Enrique Osa, por su parte, indicó que la continuidad de la modalidad sugiere que "seguramente es la misma gente" la que está actuando en la zona. Aunque no tienen sospechas concretas sobre los responsables, la constancia de los hechos genera un sentimiento de vulnerabilidad e impunidad.
La problemática se extiende más allá de la propiedad de los Osa. Los productores han mantenido contacto con vecinos de la zona, quienes se solidarizaron y compartieron experiencias similares. Todos coinciden en la percepción de un aumento de "gente rara" y "movimientos extraños en la zona", que llevan a realizar llamadas a la policía.
El campo de los Osa, ubicado a quince kilómetros de Tandil "pasando el camino de la playa", presenta una vulnerabilidad particular. Explicaron que la propiedad "está rodeada de tres calles y los que viven en el predio están en una punta". Los robos ocurren en el vértice opuesto a la vivienda, dificultando la detección de movimientos inusuales, especialmente durante la noche, cuando los delincuentes suelen actuar.
La Patrulla y la falta de recursos
Enrique relató su frustrante experiencia al denunciar los primeros dos robos. "Fui personalmente a la Patrulla Rural. Le comenté que ya era el segundo con la misma modalidad", contó. Luego, aseguró que la respuesta oficial se escudó en la "falta de personal y la falta de móviles", una explicación recurrente que no ofrece soluciones.
Francisco añadió que el proceso de denuncia se ha vuelto "tedioso" para la gente de campo. "Lo toma como una pérdida de tiempo. Siempre queda en nada, incluso cuando detienen a alguien", comentó. Esta situación genera en los productores una sensación de desprotección total.
Recordaron promesas de inversión en seguridad rural que no se concretaron. "El Municipio iba a poner cámaras para controlar los accesos, que las estamos esperando". También se mencionaron "móviles y hasta drones" que había anticipado a nivel provincial. Sin embargo, si bien algo han aportado, la zona es "tan amplia que se necesita más personal o más vehículos para cubrir todo".
Un problema zonal y la inacción judicial
La inseguridad rural no es una complicación aislada de la familia Osa. Vecinos de Iraola también han sufrido robos de herramientas y cortes de alambre en los últimos tiempos. Los Osa señalaron que es una problemática "a nivel zonal, y no solo de Tandil, sino que otros partidos tienen problemas. No es la primera y, lamentablemente, no va a ser la última vez que pase".
La modalidad de los delincuentes ha variado, pero la impunidad persiste. "Se van mudando" de zonas, y la creencia generalizada es que "no debe ser tan difícil saber quiénes son". Enriquelamentó la falta de "códigos" de los ladrones, que "te matan una vaquillona preñada, te matan un ternero chiquito".
Para acompañar esta idea de aumento delictivo en las zonas rurales del partido, vale recordar que hace poco más de dos meses 15 vecinos de parajes rurales mantuvieron una reunión con autoridades del Foro de Seguridad para expresar su preocupación por la reiteración de los hechos delictivos y la sensación de desprotección.
Según explicó Pagola, entonces presidente interino del Foro de Seguridad, a este Diario, en Tandil se cubre la zona rural con tres móviles para los que hay alrededor de 35 efectivos policiales. Desde hace un tiempo se viene pidiendo un mayor número de cuadrículas y también el aumento de efectivos, ya que la ciudad quedó como una de las que menos tiene en la región.
Otro problema es la frustración que provoca el accionar del sistema judicial en los denunciantes. "Los agarra la policía y a los pocos días ya están sueltos de vuelta, y es como que no pasa nada". Esta falta de consecuencias es la que justifica el sentimiento de que la denuncia es en vano: "Te archivan la denuncia en la fiscalía y al mes y medio estás de vuelta haciendo todo lo mismo", concluyeron los productores.
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