Baja de la inflación y promesas reformistas, entre las principales causas de la victoria electoral para Símaro
El profesional de Tandil destacó el apoyo obtenido por La Libertad Avanza (LLA) desde sectores que están teniendo una baja rentabilidad, habló sobre el proceso de reacomodamiento de precios que mantiene contenida la inflación y se refirió a la necesidad de avanzar en una reforma impositiva y laboral.
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El contador tandilense Gustavo Símaro analizó el escenario posterior a las elecciones legislativas en las que el Gobierno nacional logró más del 40 por ciento de los votos.
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Accedé a las últimas noticias desde tu emailEn diálogo con “La Mañana de El Eco” -por ECO TV y la 104.1 FM-, Símaro destacó el apoyo obtenido por La Libertad Avanza (LLA) desde, incluso, sectores que están teniendo una baja rentabilidad económica, habló sobre el proceso de reacomodamiento de precios que mantiene contenida la inflación y se refirió a la necesidad de avanzar en una reforma impositiva y laboral.
El día después de las elecciones legislativas dejó un dato clave en el frente económico: el dólar retrocedió 55 pesos y cerró la jornada del lunes a $1.460 para la venta en el Banco Nación.
La baja coincidió con la lectura de los resultados electorales, que dieron al oficialismo una ventaja superior al 40 por ciento de los votos, consolidando su posición en el Congreso y abriendo una nueva etapa, con expectativas respecto a las reformas económica, impositiva y laboral prometidas desde hace tiempo por el presidente Javier Milei y su gabinete.
En este contexto, Símaro consideró que el resultado electoral estuvo influido por “cierto nerviosismo” previo a los comicios y que el voto al Gobierno respondió, en parte, a un deseo de mantener estabilidad.
“Hasta ahora había cierto nerviosismo —diría yo— y, a lo mejor, ese nerviosismo hizo volver al apoyo por algún temor. No sé si (temor) a que vuelva o no vuelva alguien, pero sí a que se generen otras condiciones”, señaló.
Para el profesional, la actual coyuntura nacional se sostiene sobre tres pilares económicos: “la baja de la inflación, la desregulación y la promesa de baja de impuestos”.
“Y no solo es la tasa de inflación más baja —que todavía sigue siendo altísima, siempre lo digo—, sino que es el apoyo a una política de potencial desregulación”, manifestó.
Y aclaró que “la desregulación ya no es tan potencial: hay bastante desregulado pero, sobre todo, hay una promesa de baja de impuestos, de desregulación de impuestos y de desregulación laboral”.
Según Símaro, la sociedad busca “un poco de tranquilidad en ese ida y vuelta del dólar, de la tasa de inflación y una menor carga burocrática”. En ese sentido, remarcó que “más allá de la disconformidad con los modales (del Presidente) y demás, como modelo económico se busca que haya menos burocracia, menos presión, que no seamos empleados administrativos de los gobiernos”.
El contador subrayó también que el respaldo al oficialismo “se manifestó aún en muchos rubros que están perdiendo rentabilidad, que están perdiendo margen de ganancias”.
Precios, competencia y consumo
Respecto de la dinámica de los precios, Símaro sostuvo que el descenso en la inflación se explica por una mayor competencia entre los distintos eslabones de la cadena comercial.
“Los productores les dicen a sus distribuidores y sus distribuidores les dicen a las cadenas minoristas: ‘los porcentajes van a ser menores’. Incluso el que aplica margen sobre un precio, en muchos casos está aplicando margen sobre precios menores que hace un tiempo”, describió.
E indicó que “aún estamos en un período de reacomodamiento de precios. Si bien la inflación sigue, hay muchos precios a la baja todavía. Y hay mucho precio atado a la moneda extranjera, con lo cual hay algún sube y baja”.
En relación al consumo, el contador explicó que los cambios en la dinámica inflacionaria modificaron el comportamiento de empresas y consumidores. “Antes, todo el mundo estaba sobre-stockeado por la realidad inflacionaria. Entonces, si el comerciante no tenía stock, se descapitalizaba. Ahora la gente empezó a trabajar con un stock de reposición mucho más bajo porque le pasa al revés: compra algo y a lo mejor después, en la recompra, vale menos”, detalló.
“En algunos casos, se remarca hacia la baja y no hacia arriba”, añadió.
El impacto en el campo y el comercio
Consultado sobre la situación del sector agropecuario, que ha tenido diversos cruces con el oficialismo nacional, principalmente por el tema de las retenciones, Símaro recordó que “el campo tuvo algún ruido también con esa venta que tuvo que hacer hasta los 7.000 millones de dólares. A alguno le fue mejor con eso, a otro le fue peor”.
En ese marco argumentó que en la actualidad “la baja de retenciones no es a cero, pero se va dando” y remarcó que, el rural, es un sector “castigado por otros factores: ahora tenemos exceso de agua; tiene como furgón de cola cuestiones como el clima y el valor de las producciones de otros países”.
En cuanto al escenario que evidencia el comercio local -cuyos referentes han reconocido recientemente “una crisis, en algunos rubros pronunciada”-, el contador aseguró por el contrario que “Tandil es un poco una isla” y que, si bien “hubo alguna reducción de las ventas”, todavía “estamos muy lejos de hablar de una recesión”.
“Hubo un estancamiento pero, comparativamente, estos últimos doce meses han sido los mejores de los últimos cuatro años”, afirmó ayer Símaro.
El profesional dijo que basó su análisis “en cuatro o cinco empresas puntuales que venden productos que no son de primera necesidad, relacionadas con el sector comestible y bebidas” y dijo que, asimismo, “se pueden dar muchas ventas que ya estaban charladas, tanto en el sector automotriz como en el sector construcción”.
Una economía en transición
Sobre la suba del dólar en los días previos a los comicios, Símaro señaló que “esta pequeña corrida —pequeña comparada con las que teníamos antes— no impactó en los precios, como sí sucedía antes”.
“Hace un par de meses estábamos con el dólar a $1.190 y hasta el viernes estuvimos en $1.400 largo, pero eso no tuvo ese impacto del 30 por ciento en los precios, como ocurría antes”, explicó.
Para el contador, la menor traslación a precios se explica por dos factores: “La demanda no está tan floreciente, entonces ‘si me voy demasiado con los precios no los coloco’. Y segundo, porque hay competencia”.
En ese sentido, sostuvo que “algunos precios estaban muy por encima de lo que realmente valían las cosas, entonces están buscando su lugar en la escalera de precios”.
“Algunas cosas están a la baja –aseguró-; hay mayor competencia y liquidación de stock. Mucha gente todavía está con stock de otra época”.
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Expectativas por las reformas
En el nuevo escenario legislativo, la alianza de LLA ampliará considerablemente la cantidad de representantes –el domingo obtuvo 64 diputados y 13 senadores nacionales-, lo que dejará al Presidente más cerca de lograr las reformas pretendidas.
El contador local Gustavo Símaro se refirió a esta cuestión y realizó además un análisis de la macro y la microeconomía. Para referirse a la primera, utilizó una metáfora y dijo que “el paciente estaba en sala de cuidados intensivos y ahora anda en silla de ruedas; no está solucionada la macro, valga la grosería del ejemplo”.
Y en materia microeconómica, planteó reparos sobre la visión oficial: “El Presidente piensa que la micro se ordena sola, pero lo que se necesita es una reforma impositiva: esto es, menos impuestos y desregulación”, aseguró.
En este plano, Símaro se refirió al debate por la reforma laboral y cuestionó la resistencia sindical a las modificaciones legislativas. “Sobre los sindicatos que se oponen a la reforma laboral, pienso: ¿no es mejor tener más cantidad (de trabajadores) que paguen menos, y no una cantidad adentro de la pecera y un pilón afuera?”, se preguntó.
Y derivó en cuestiones vinculadas a la educación y el gasto público. “Hay una serie de temas para debatir. Con el tema de las universidades, se confunde gratuidad con aranceles: que sean no aranceladas no quiere decir que sean gratuitas”, manifestó.
“Yo no creo que la universidad pública sea arancelada en Argentina por mucho tiempo, pero sí estoy de acuerdo con que se racionalicen los gastos, que sea todo más transparente”, expresó.
Y concluyó: “Hay que dar el debate: preguntarse si un municipio tiene que tener la estructura que tiene, si todas las facultades tienen que tener un decano y un vicedecano, o si el vicedecano tiene que tomar otras funciones”.
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