Conflicto gremial
Se levantó el paro de la Línea 500 tras la reincorporación del chofer despedido
Los colectivos de la línea amarilla volvieron a las calles ayer a la tarde, luego de una audiencia que se celebró en el Ministerio de Trabajo. La empresa dio marcha atrás con el despido del trabajador y hubo acuerdo entre las partes para desactivar el conflicto.
Tras la reunión que se llevó a cabo ayer en la sede local del Ministerio de Trabajo provincial, finalmente se destrabó el paro de colectivos de la línea 500 que se había iniciado el martes.
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Los choferes de esa línea adoptaron una medida de fuerza luego del despido de un trabajador, a su entender injustificado. Luego de que fracasara el primer acercamiento, que tuvo lugar el martes en la cartera laboral, el paro continuó y las partes se volvieron a encontrar ayer al mediodía ante la mediación del delegado ministerial, Ezequiel González Godoy.
De este modo, la empresa 9 de julio, concesionaria de la línea amarilla de transporte público, aceptó de nuevo al chofer entre sus filas bajo las mismas condiciones en las que se desempeñaba previo a ser echado.
Al decretar la medida de fuerza, el referente de los trabajadores, Fernando Albanese, en comunicación con este Diario había ratificado que el paro se iba a sostener hasta que su compañero fuera reincorporado y que las demás líneas del servicio de transporte se iban a plegar a la huelga de ser necesario.
Medio aguinaldo
Asimismo, en el medio del reclamo por el despido, se mezcló el pago del medio aguinaldo y los empleados objetaron que el titular de la compañía, Daniel Albanese –presidente de la Cámara de Transporte de Tandil-, expresara que tenía complicaciones para abonar el sueldo anual complementario en tiempo y forma. No obstante, el delegado de la línea 500 cuestionó que tenían recursos para indemnizar al trabajador despedido, pero no para pagar los salarios.
Sin embargo, el medio aguinaldo fue depositado ayer en las cuentas de los choferes y la representación gremial evidenció su satisfacción al respecto, lo que terminó de neutralizar las tensiones entre los empleados y la patronal.
El transporte, ese problema
El servicio de transporte público de pasajeros de la ciudad es constantemente motivo de atención y conflicto. Además, es objeto de múltiples quejas por parte de los miles de ciudadanos que se suben a diario a alguna de las seis líneas y acusan un servicio deficitario.
A este problema sindical que derivó en una medida de fuerza para disgusto de los usuarios, se suma el pliego para licitar la nueva concesión, que deberá resolverse antes de fin de año, el nuevo pedido de aumento que hizo la Cámara de Transporte y el próximo traspaso al sistema SUBE, cuya tramitación está en marcha.
El proyecto de ordenanza para concesionar el servicio fue elevado al Concejo Deliberante hace una semana por el Departamento Ejecutivo y los ediles deberán tratarlo para dotar al distrito, doce años después, de un sistema de transporte que dé respuestas a las demandas actuales, considerando el crecimiento del ejido urbano y la necesidad imperiosa de extender las trazas y aumentar las frecuencias.
Por otro lado, la cámara empresarial giró a fines de junio un pedido formal al cuerpo Legislativo para aumentar por segunda vez en el año la tarifa y llevarla a 86 pesos, lo que significaría una suba del 44,7 por ciento. El boleto plano cuesta hoy 59,43 pesos, tras el incremento que sufrió en mayo. En tanto, el estudio de costos que acompañó la presentación arrojó un boleto técnico de 176 pesos, una suma imposible de afrontar para los usuarios.
En este marco, la nueva solicitud se basa en el incremento del precio del gasoil y el contexto inflacionario, que atenta contra la rentabilidad del sector. Si bien el Estado subvenciona 63 pesos por pasajero, los empresarios aseguran que no es suficiente para sostener los costos que implica mantener la flota en funcionamiento.