HOY, MARTES
El tiempo perdido
:format(webp):quality(40)/https://cdn.eleco.com.ar/media/2025/11/proust.jpg)
El reloj suena, implacable, en la mesa de luz. No es un reloj: es el celular. No importa, sigue siendo implacable. Es un aparato nuevo y todavía mucho no lo entiendo. Para colmo, sin lentes no distingo entre “posponer” y “detener”. Evidentemente, pospongo porque a los cinco minutos suena otra vez y esta vez sí, detengo, pero vuelve a sonar cinco minutos más tarde porque tomo la precaución de ponerme dos alarmas con diferencia de diez minutos.
Recibí las noticias en tu email
Accedé a las últimas noticias desde tu emailSon las seis y diez de la mañana.
No es la mejor manera de empezar el día.
