Nostalgias
-Escuchame, Gonzalez –me dice el hombre al que le veo cara conocida. Posiblemente sea alexumno del San José. Y seguramente, es más chico que yo, como el 99,5 por ciento de las personas que me cruzo por la calle-. Vos siempre contás cosas de tu infancia, de tu adolescencia, de tu juventud. ¿Decime, sos un nostálgico?
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Accedé a las últimas noticias desde tu email-¿Vos decís? –le respondo, como dicen que responden los imbéciles: con otra pregunta. Pero en realidad es para darme tiempo a una salida inteligente. No puedo: necesitaría dos días-. No, no creo. Lo que pasa es que lo que ocurrió en mi infancia, adolescencia y hasta en mi juventud, son hechos que prescribieron. Todo lo demás, está sujeto a penalidades.
Obviamente, no lo satisfizo mi respuesta. A mí tampoco. Pero él tuvo la suerte de poder seguir su marcha y alejarse de mí. Yo no: me quedé conmigo.