Serenidades

Ya casi nadie dice que alguien trabaja de “sereno”. A lo mejor es porque las sociedades ya no necesitan serenos sino personal de seguridad. No parece solamente una disquisición semántica.
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Accedé a las últimas noticias desde tu emailEl padre de un amigo de infancia ejercía el oficio de sereno. Y justamente, era serenidad lo que se respiraba en la casa de mi amigo. No era natural, claro, sino forzada. No se podían hacer cosas tales como jugar, correr, patear ni escuchar música porque todo eso implicaba ruido. Y el padre dormía día. No fui amigo por mucho tiempo de aquel pibe y no quiero decir que esta circunstancias haya tenido que ver. Solamente lo he pensado.
Con los años le fui perdiendo el fastidio al concepto. Y el oficio de sereno se me fue representando más amigable. Casi como recuperando la esencia misma de la tarea; porque el sereno era el tipo que en los pueblos cuidaba el sueño de todos. Una nobleza que por sacrificada valía doble.