Alberto Florit, el arquitecto que construyó el Campus de la Unicen y mira el mundo con ojos de pintor
Arquitecto, artista y docente, Alberto Florit imaginó una universidad donde antes solo había campo y dejó una marca indeleble en la identidad arquitectónica de la Unicen. En una extensa charla, repasó su recorrido vital, su concepción del arte y la arquitectura, y la muestra Retrospectiva, que exhibió sus sesenta años de arte plástico.
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En la intersección exacta donde el orden del plano se encuentra con la libertad de la tela, habita Alberto Florit. Arquitecto de profesión, artista por pulsión y docente por vocación, su huella en Tandil no es solo estética, sino estructural. Es el hombre que imaginó una ciudad universitaria donde antes solo había campo y el que defiende el arte como una trinchera contra la "mentira" conceptual. En una charla profunda, Florit recorrió su historia, desde sus inicios precoces hasta la emoción de entrar, doce años después, a su obra máxima: la Biblioteca Central de la UNICEN.
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Accedé a las últimas noticias desde tu emailPara entender al arquitecto, hay que mirar al niño que, a los 13 años, ya recorría los pasillos del Museo de Bellas Artes de Tandil (Mumbat). Su formación no fue una imposición, sino un descubrimiento acompañado por una libertad familiar que marcó su carácter.
"Desde el punto de vista de la formación académica, yo primero hice un curso de dibujo, acá en el Museo de Bellas Artes de Tandil. Tenía 13, 14 años, y ahí me dieron un diploma de profesor en dibujo. Esa etapa inicial estuvo empujada por mis padres, que me dijeron: 'vos tenés que hacer lo que te guste, no lo que te digan que tenés que hacer, lo que te guste'. Y yo ya estaba definido por lo que era la pintura y la arquitectura, las dos cosas que a mí siempre me apasionaron".
