ECO SALUD
Aquagym y fitness acuático: acondicionamiento y mantenimiento físico en el agua
En esta disciplina en el agua se trabaja el cuerpo en forma integral tanto miembros inferiores, zona media como tren superior. Desmitificando que se tratan de actividades para una determinada edad, hay alumnos desde los 20 a los 86 años.
Al aquagym y al fitness acuático se los denomina “ejercicio vertical acuático”. Hay un mito que relaciona estas actividades con gente mayor bailando en el agua y que es meramente recreativo, sin impacto. Y es mucho más que eso, ya que se trata de clases planificadas con una estructura y objetivo para lograr un mayor bienestar hacia el alumno, explicaron los profesores de Educación Física Laura Ramírez y Nicolás Guidi de Escualo Tandil.
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En diálogo con Eco Salud de El Eco Multimedios, los profesionales explicaron que las actividades lógicamente se realizan dentro del agua y no es necesario que la persona sepa nadar.
“La creencia de que se trata de una actividad para personas mayores es un gran mito, tenemos gente joven, varones, mujeres, y abarcamos prácticamente todas las edades. Puede ir cualquier persona que desee realizar la actividad, siempre y cuando no tenga un dolor agudo o lesión específica”, indicó Ramírez, al tiempo que resaltó que “tenemos alumnos desde los 20 hasta los 86 años”.
El cuerpo en el aquagym
En el agua se trabaja el cuerpo en forma integral, desde “miembros inferiores, zona media hasta tren superior”, explicó la profesora remarcando que se utiliza “el mayor equipamiento que tenemos en una clase de aquagym y de fitness acuático que es el agua”.
“El agua brinda relajación, un masaje constante sobre la piel y los músculos, a mayor profundidad tenemos menor percepción de peso corporal, hay impacto pero está disminuido”, subrayó.
Guidi, por su parte, detalló que “se pierde el peso específico porque el agua hace fuerza hacia arriba, entonces le permite mucha mayor movilidad a la gente que va al agua”.
Al ser consultado sobre la dinámica de la clase cuando se inicia una actividad, indicó que “lo ideal siempre para comenzar la clase es el agua a la altura del pecho para que tengan buen control del cuerpo y se puedan desplazar, no perder el equilibrio” y luego, “si el grupo maneja las profundidades se puede ir a la parte honda o acompañar a los alumnos para que pierdan el miedo y prueben diferentes ejercicios”.
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Ramírez aclaró que “lo que hacemos en el agua es un trabajo de acondicionamiento físico y mantenimiento. Los profesores no hacen rehabilitación, de eso se encarga específicamente el equipo de kinesiólogos de natación terapéutica. Sí trabajamos en forma interdisciplinaria”.
Además explicó que al realizar aquagym o fitness acuáticos “hay adaptaciones musculares, ganancia de fuerza, mejoramiento del sistema cardiovascular, se trabaja la flexibilidad, la coordinación y el equilibrio, sobre todo con adultos mayores, y ganar fuerza”.
Los beneficios del fitness acuático
Los alumnos cuando llegan a la institución “se les entrega una ficha médica para ser completada por el profesional y donde se detalla si tiene alguna patología, algo que no puede hacer”, apuntó Ramírez.
La clase es de aproximadamente 45 minutos, grupal y mixta al tiempo que se divide en una entrada en calor, una parte principal y una vuelta a la calma.
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“Lo que tal vez cambie en las dos clases (aquagym y fitness acuático) es el enfoque: el fitness acuático es más aeróbico y el aquagym de fuerza. En este último caso se usan materiales y se aumenta la intensidad en el agua donde se incrementa la resistencia”, detalló Guidi.
“La parte aeróbica es mucho más intensa, se sube más la frecuencia cardíaca, el profesor monitorea todo el tiempo”, remarcó Ramírez.
El rol de la socialización
La profesora indicó que “es muy importante la socialización porque forma parte de pertenecer a un grupo. Y algo muy importante para remarcar es que en el agua somos todos iguales, teniendo en cuenta la situación de cada persona por lo que los ejercicios se adaptan a las posibilidades de los alumnos”.
Guidi apuntó que “lo ideal es realizar la actividad, por lo menos, dos veces por semana como estímulo mínimo para tener un progreso y de ahí hacia arriba lo que la persona quiera”. Y remarcó que “el primer avance que se ve en la persona es la postura, cómo ingresa a una clase y al mes entra y está más derecha”.
“A medida que se avanza vamos viendo cómo empiezan a coordinar esos ejercicios que no podían hacerlos al inicio, se animan a más, salen de la parte baja de la pileta y van a la zona media o más profunda acompañados del profesor”, concluyó Ramírez.
Las actividades se realizan en Escualo Tandil Complejo Deportivo, en Belgrano 1652 y pueden encontrarlo en Instagram como @escualotandil