Detectar a tiempo el cáncer de mama salva vidas
Aunque sigue siendo la principal causa de muerte oncológica en mujeres, los especialistas insisten en que el diagnóstico precoz y un estilo de vida saludable son herramientas poderosas para reducir el riesgo y aumentar las posibilidades de cura.
:format(webp):quality(40)/https://cdn.eleco.com.ar/media/2024/10/cancer_de_mama_1.jpg)
Cada 19 de octubre se conmemora el Día Internacional de la Lucha contra el Cáncer de Mama, una fecha promovida por la Organización Mundial de la Salud (OMS) para concientizar sobre la importancia de la detección temprana, el tratamiento oportuno y, sobre todo, la prevención. De acuerdo con la OMS, esta enfermedad continúa siendo la primera causa de muerte oncológica en mujeres en el mundo, con alrededor de 670.000 defunciones al año.
Recibí las noticias en tu email
Accedé a las últimas noticias desde tu emailEn la Argentina, según datos del Instituto Nacional del Cáncer, durante 2022 se registraron 5.750 defunciones, con una tasa bruta de mortalidad de 24,4 por cada 100.000 mujeres. Este riesgo aumenta con la edad y alcanza una tasa de 151,6 cada 100.000 mujeres mayores de 80 años.
“La buena noticia es que existen acciones concretas que pueden ayudarnos a reducir el riesgo”, explicó la doctora Valeria Valko, ginecóloga de Ospedyc. “Mantener un peso saludable, realizar actividad física de forma regular, llevar una alimentación equilibrada basada en frutas y verduras, limitar el consumo de alcohol, evitar el tabaco y, en el caso de las mujeres que pueden hacerlo, amamantar al menos durante seis meses, son hábitos que impactan de manera positiva en la salud mamaria. Pequeños cambios cotidianos que, sumados, hacen una gran diferencia”.
Sin embargo, incluso llevando una vida saludable, es posible que la enfermedad aparezca. Por eso, el diagnóstico temprano resulta fundamental, ya que aumenta las probabilidades de cura y permite tratamientos menos agresivos. La herramienta principal para lograrlo son los estudios por imágenes: la mamografía y la ecografía mamaria. Se recomienda realizarlos una vez por año a partir de los 40 años. En los casos que el médico considere necesario, se debe empezar en edades tempranas, pues el seguimiento debe adaptarse de manera personalizada.
“El autoexamen mamario, realizado de forma mensual, también cumple un rol importante, pero no reemplaza los estudios médicos”, aclaró la especialista. Sin embargo, ayuda a conocer el propio cuerpo y a detectar cambios que requieren consulta inmediata. Entre las señales de alerta se encuentran la aparición de bultos o nódulos en la mama o la axila, retracción o enrojecimiento de la piel, secreción por el pezón —especialmente si es con sangre— y modificaciones en la forma o el tamaño de la mama.
Si bien una vez que se identifican dichas alteraciones ya no se considera un diagnóstico temprano, reconocerlas y actuar a tiempo al consultar con un ginecólogo o mastólogo puede marcar la diferencia.
“La prevención y el cuidado son un camino compartido. Informarse, adoptar hábitos saludables y no postergar los controles médicos anuales son pasos fundamentales para cuidar la salud mamaria. Porque un diagnóstico temprano no solo salva vidas, también abre la puerta a un tratamiento más efectivo y con mejores resultados”, finalizó Valko.
Casi el 50 por ciento de los casos pueden prevenirse con hábitos de vida saludables
Históricamente se consideró que la genética era uno de los factores de riesgo más determinantes en el cáncer de mama. Sin embargo, un estudio publicado por la Organización Panamericana de la Salud demuestra que solo entre el 5% y el 10% de los casos están relacionados con mutaciones en genes como BRCA1, BRCA2, PTEN o TP53.
“Existe el mito de que la enfermedad es inevitable cuando hay un antecedente familiar directo. Por el contrario, hasta el 50% de los casos podrían prevenirse si se modifican hábitos cotidianos relacionados con la salud, lo que coloca a la prevención en el centro de la lucha contra este tipo de cáncer", señaló la doctora Inés Diaz, ginecóloga del CMC de Santiago del Estero de Boreal Salud (MP 2195).
Dentro de los factores de riesgo modificables más relevantes se destacan:
- Obesidad y sobrepeso: algunos expertos indican que podrían evitarse hasta el 20% de los casos de cáncer de mama si se aumentara la actividad física y se evitara el aumento de peso. Mantener un peso saludable reduce la probabilidad de desarrollar la enfermedad.
- Consumo nocivo de alcohol: su reducción podría evitar hasta el 14% de los diagnósticos.
- Inactividad física: mantenerse activo disminuye entre un 25% y un 40% el riesgo. Trotar, realizar actividad física con peso o caminar son actividades que reducen el sedentarismo, y minimizan el riesgo de diversas enfermedades.
- Alimentación inadecuada: dietas pobres en frutas y verduras y ricas en grasas saturadas aumentan el riesgo.
Más de 143 años escribiendo la historia de Tandil