Arte, ambiente y memoria: chicos y familias del Jardín 926 del barrio Palermo probaron el Helado Piedra Movediza
Fue una propuesta que surgió del vínculo entre la institución y el artista Cristian Segura.
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Como parte del cierre de la Semana de las Artes, los alumnos y familias del Jardín 926 del barrio Palermo vivieron una experiencia muy particular. El broche de oro del trabajo que realizaron investigando sobre la flora y la fauna de Tandil, fue la participación del artista Cristian Segura, quien concurrió con su obra comestible, el Helado Piedra Movediza.
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Accedé a las últimas noticias desde tu email“La propuesta fue complejizar los contenidos que estábamos abordando pero desde otro lugar, desde lo sensorial”, señaló Marina Zulaica, directora de la institución pública que cuenta con una matrícula de 73 alumnos. “Se sumaron las familias a esto que hace Cristian con su obra, que es pensar arte y memoria. Pensarnos qué nos pasa mientras observamos o probamos su obra. También las familias pudieron hoy compartir diferentes experiencias personales, familiares y de su infancia cuando probaron el helado”, agregó la directora.
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A su destacada trayectoria como artista, curador y director de museos, Cristian Segura sumó en febrero pasado la presentación -en la Librería Hola-, del Helado Piedra Movediza. La obra invita no solo a descubrir el sabor de la crema gris, sino a activar la memoria en torno a lo que la piedra significa para la historia de Tandil, sus vecinos y turistas. El helado dio que hablar y llegó hasta medios nacionales que se hicieron eco de la nueva propuesta de Segura.
En el barrio Palermo, el Jardín 926 desarrolla un proyecto institucional con eje en la educación ambiental. Por lo tanto, los chicos investigaron durante el año las distintas especies animales y plantas del entorno natural serrano. En el marco de la Semana de las Artes -que se lleva a cabo en las instituciones educativas públicas-, las autoridades plantearon dar continuidad a la propuesta pedagógica y ampliarla a partir de su vínculo con una iniciativa artística.
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El cierre fue más que positivo, y superó las expectativas del establecimiento, según compartió la directora. “Surgieron un montón de ideas. Desde lo que les provocaba probar el helado, primero desde el color, desde el sabor, desde la textura y de todo lo que ellos hacían referencias. Ellos decían que estaban probando piedras, que estaban comiendo un poquito de tierra, algunos mencionaban el cemento, algunos decían que estaban comiendo arroz con leche. Lo que nos invita esta obra es a pensar y a pensarnos diferente”, sostuvo sobre la respuesta de los alumnos.
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Ambiente, arte y memoria
“Si bien la propuesta era con una perspectiva desde la educación ambiental, incorporamos una mirada artística. Nosotros tenemos el lema del arte como derecho. Entonces elaboramos este proyecto desprendido del proyecto institucional `La Memoria Movediza como una experiencia cultural'. Articulamos el proyecto institucional con el proyecto de educación artística y fue ahí donde pensamos en un artista local que mira el contexto natural, social y cultural, que es en este caso Cristian Segura con su proyecto del helado Piedra Movediza, donde también nos invita a participar de una experiencia cultural transformadora”, contó Zulaica.
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La participación de Cristian Segura con su obra fue un paso más en un proyecto que comenzó a principio del ciclo lectivo y al que se le dio continuidad en la Semana de las Artes. “Esta es la tercera semana en que estamos abordando propuestas pedagógicas enmarcadas en el arte como derecho y en este proyecto de experiencia cultural donde activamos la memoria de Tandil con la Piedra Movediza, con el paisaje serrano”, señaló la directora.
La invitación a Segura, planteó Zulaica, ya marcaba la posibilidad de una experiencia diferente “porque entendimos que no solo íbamos a observar una obra de arte, sino que íbamos a poder ser partícipes o vivenciar la experiencia de disfrutarla desde otro lugar. Y no solo con la mirada, sino desde lo sensorial”.
Uno de los puntos más destacados de la propuesta fue la participación de las familias de alumnos de la institución, tanto del turno tarde como del turno mañana. “Transformamos el jardín en un espacio natural con plantas nativas y piedras. Los espacios fueron creados para disfrutarlos desde adentro, para poder sentir la experiencia de participar íntegramente de la obra y ser sumamente enriquecedora. O sea, aplicar, complejizar los contenidos que estábamos abordando desde este lugar, desde lo sensorial”, explicó.
A partir de probar el helado, las familias pudieron tomar la palabra y poner en común las sensaciones, recuerdos, y relatos vinculados a su historia personal y familiar con la ciudad y con las sierras en particular. “Aparecieron un montón de ideas sumamente ricas, donde a muchos los llevó a la infancia, a otros los llevó a los domingos en el campo con la familia, a otros los llevó a las caminatas en las sierras cuando eran chicos. A personas que no son de Tandil las llevó a recordar cuando venían de visita y siempre venían a la Piedra Movediza”, contó la directora.
“La verdad que fue una experiencia sumamente enriquecedora que superó lo que pensábamos en cuestión de lo que provocó en las sensaciones y las emociones. Nos invitó a decir y nos invitó a compartir. Pudimos compartir en los distintos espacios de la muestra, en el espacio literario, en el de música, en el de vivencia sensorial de la naturaleza y en el espacio donde probamos el helado. Esto nos lleva a seguir abordando de esta manera las propuestas, de no solo observar lo que se hace en el jardín, que es algo que venimos haciendo, sino que las familias entren al jardín y vivencien todas las experiencias. Porque resulta en un montón de ideas y muchas cosas que nos invitan a seguir haciendo partícipes a las familias de todo lo que se comparte”, concluyó la directora.
Redactor El Eco de Tandil