Cumplen 20 años los cuatrillizos Carrillo Isern
En 2003, el nacimiento de Constanza, Nicolás, Santiago e Ignacio fue una noticia mediática. Los hijos de Rosana Isern y Mauricio Carrillo habían llegado al mundo sin ajuar ni moisés, ya que se adelantaron dos meses. El múltiple nacimiento fue producto de una fertilización asistida después de varios años de espera. Charlamos con el papá y la mamá –que aún se emocionan recordando los primeros tiempos-, también con los cumpleañeros, jóvenes felices y buenos hijos.

Los conocimos cuando apenas tendrían seis o siete meses. El reportero gráfico –veinte años atrás- fue Luis Veloz, que no se cansaba de tomarles fotos a los pequeños sentaditos en cuatro huevitos junto a un gran ventanal del living en el departamento donde vivían.
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Accedé a las últimas noticias desde tu emailLos papás hoy no están juntos pero hicieron un largo camino de crianza basada en el amor y los valores que hacen que hoy aquellos pequeños retoños se hayan convertido en personas de bien.
Constanza fue la primera en nacer, luego llegarían Nicolás, Santiago e Ignacio -el mayor- que estuvo mucho tiempo en neonatología ya que nacieron casi dos meses antes. De la llegada de los bebes a este mundo Rosana recuerda un departamento lleno de bolsones con pañales y una batería de biberones. Tenían dos juegos y un esterilizador en permanente uso… “Era todo una locura y no recibimos más ayuda que la de la familia, del doctor Fiorani que nos hizo un contacto para la leche hasta los seis meses cuando comenzaron a tomar la leche común y a comer papilla. Ninguna empresa de Tandil, nadie nunca nos brindó ayuda y debí pedir una licencia especial en mi trabajo porque, sobre todo ´Nacho´, necesitaba mucha atención y controles por la hidrocefalia que había tenido (revirtió por eso no tiene válvula), hacíamos reiterados viajes a Buenos Aires al Hospital Fernández por interconsultas. A las 48 horas de haber nacido se desentubó solo, estaría mal sedado nunca lo vamos a saber y, la doctora de guardia en neo consideró que era más riesgoso volver a entubarlo que dejarlo respirar solo pero hizo una apnea y dos ACV; el diagnóstico era: estado vegetativo, por eso celebramos la vida todos los días. Fue un milagro. El que lo salvó fue el doctor Ricardo Burstein a quien le estamos agradecidos de por vida. Viajábamos continuamente también a Mar del Plata para hacerle controles a los cuatro. Pero a pesar de las dificultades disfrutaba de mi rol de madre después de haberlo intentado durante ocho y gracias a la fertilización asistida pude tenerlos”.