Mujeres, vida dulce, viajes y… nuevamente a la cárcel
Más de tres millones de pesos guardaba en una caja el almacenero y prestamista español Miguel García Parra, asesinado de tres barretazos en la cabeza hace casi 50 años.

Al promediar la mañana del sábado 15 de abril de 1972, vecinos de la zona del Hospital Ramón Santamarina –precisamente de la intersección de las calles Gral. Paz y Uriburu- notaron algo anormal en el almacén del que era propietario desde treinta años atrás, el andaluz Miguel García Parra, hombre de 72 años de edad. La cortina estaba a medio cerrar, a lo que se agregaba lo extraño de encontrarse una de las ventanas abierta mostrando el interior de una habitación totalmente desordenada que daba la sensación de que había sido saqueada.
Recibí las noticias en tu email
Accedé a las últimas noticias desde tu emailSolicitada la intervención policial, concurrió al lugar personal de la Comisaría Segunda encontrándose allí con el cuerpo sin vida del español en medio de un gran charco de sangre. Estaba ubicado cerca de la puerta de entrada, al costado de un cajón de vino y presentaba un fuerte golpe en la cabeza producido, presumiblemente, por un trozo de hierro o una botella. Se pensó que podría tratarse de esto último, ya que así lo hacía suponer un envase de cerveza hallado sobre el mostrador con manchas que podrían ser de sangre.
García Parra era un hombre poco comunicativo Y según testimonios aportados por quienes lo conocían y de carácter más bien hosco. Se caracterizaba por su desmedido afán por hacer dinero. Estaba separado de la que había sido su mujer varios años antes, se decía que por los malos tratos que él le daba. Tenía tres hijos residentes en Mar del Plata.