EL ECO PODCAST
Alzheimer: una enfermedad degenerativa dentro de las demencias
Implica un deterioro cognitivo y el envejecimiento de ciertas estructuras del cerebro, que provoca cambios. Evolución, tratamientos y estimulación en los tratamientos. La importancia de la escucha de los pacientes.
El Alzheimer implica un deterioro cognitivo, por el que se pierde lo que se tenía, explicó el doctor Daniel López, médico neurólogo, en diálogo con Eco Salud, el espacio de prevención de El Eco Multimedios.
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“Es fundamental para definir Alzheimer que es una demencia, aunque hay otras demencias que no son Alzheimer. Es una patología degenerativa. Sería como una especie de envejecimiento de ciertas estructuras del cerebro, que empiezan a generar cambios en la cognición”, indicó el especialista.
En esta patología se estudia en los pacientes las funciones cerebrales: “como la memoria, el razonamiento, la inteligencia, cómo se da cuenta de las cosas, cómo se expresa, cómo elabora las ideas que va a poner en palabras, cómo lo comprende, cómo lo entiende. La toma de decisiones pasa por ahí. La orientación geográfica, ubicación en las fechas, son todas funciones cerebrales superiores como la atención, la memoria, la concentración sostenida tiene que ver con esta patología”. Cuando se registra una disfunción de esas funciones, en las personas “pierden vitalidad las neuronas, el tejido cerebral que une las neuronas”, indicó el doctor López.
Una demencia degenerativa habitualmente tiene una evolución en el tiempo. “Puede ser que además el paciente tenga factores de riesgo vascular y lesiones cerebrales circulatorias vasculares, o tener un componente degenerativo previo, y en ese caso se habla de demencias mixtas”.
Prevalencia de Alzheimer
El médico neurólogo explicó que en cuanto a la edad “suele ser de gente grande, de los 50 o 60 años para arriba. Cuanto más edad, hay muchas más probabilidades”. E indicó que este factor tiene que ver con el avance de la expectativa de vida que tenemos. “Ahora la gente vive más. El avance de la medicina hace que empiecen a prevalecer mucho más las enfermedades de la gente grande. Está calculado que en personas de 80 años, el porcentaje de deterioro cognitivo es alto. Un 30 o 40 por ciento de esa edad estaría con alguna declinación”.
Por eso, a mayor edad, más probabilidades de tener esta patología. López indicó que “no hay mucha diferencia entre hombres y mujeres y que no es una patología hereditaria”, aunque especificó que hay excepciones.
En ese punto explicó que “padres con Alzheimer no tienen hijos o nietos con Alzheimer. Hay una predisposición. Es más probable que si en una familia hay varios, que una persona que no tiene nada la pudiera tener, comparada con otras que no la tienen. Ese que no la tiene, si tiene factores de riesgo vascular, puede tener una demencia vascular o por hipotiroidismo”.
En algunas poblaciones se registran casos hereditarios donde hay familias en las que todos tienen, y eso sirve para la investigación médica. “Si vos sabes que alguien lo va a tener porque en sus familias todos la tienen y aún no la tiene, vos lo podes estudiar antes de que eso suceda, y ver cómo está su sangre, sus cromosomas, sus biomarcadores antes de que se enfermen”.
López subrayó que “siempre la actuación precoz ralentiza la enfermedad, aunque no sepas de qué se trata. Todavía no sabemos bien por qué. Hay una sustancia que se llama amiloide que se empieza a acumular. Es una especie de proteína junto con otra que se llama tau, son sustancias que se acumulan en las neuronas y no son capaces de eliminarlas. Esa especie de basura adentro de la neurona, termina matándola. Los tratamientos que se están implementando son para optimizar lo que está pasando con las neuronas que quedan, mejorarlas”.
Señales en los pacientes
Un paciente en estadios iniciales, asiste a su enfermedad y por ahí se da cuenta que está fallando en alguna cosa, apuntó el neurólogo.
“Cuando esas fallas se hacen más consistentes, son casi cotidianas, a veces se retrae porque no puede participar de conversaciones elevadas, principalmente donde hay mucha gente. Necesita de una atención unidireccional. Van formando cuatro paredes en las cuales están seguros, porque su casa es un lugar seguro, porque no se pierden, saben bien donde está cada cosa, tienen certezas” y en ese sentido describió que “van formando una especie de atmósfera más individual. Y en etapas más avanzadas, se presentan pacientes que tienen una sonrisa social, el deterioro es más importante, entienden que hay fuego, agua, pero cosas muy básicas, pero no son capaces de comprender lo que es una comunicación, un diálogo, una escucha activa que pueden tener dos personas. Puede ser que desconozcan su propia imagen frente al espejo”.
Por ello remarcó que hay mucha diferencia entre un paciente y otro. “Hay pacientes que viven 12 años con patología Alzheimer”, dijo.
El cuidador primario
El doctor López hizo hincapié en la atención a la familia de un paciente con Alzheimer, especialmente al cuidador primario.
“Está en una sobrecarga de tensión, son personas que no atienden su propia salud por atender la salud de su familiar enfermo, y luego se enferman ellos”.
Para el especialista, se trata de una enfermedad interesantísima desde el punto de vista “de que uno ve la conducta humana, uno puede intentar ralentizar o disminuir el avance. Para eso hay tratamientos farmacológicos. De las drogas que hoy tenemos, no hay grandes cambios en los últimos 15 o 20 años. O el tratamiento no farmacológico, que es tremendamente importante” como la estimulación cognitiva que implica poner el cerebro a trabajar y “eso hace que el paciente no se deteriore, que razone, piense, imagine, sea creativo. Le damos tarea que lo pongan a trabajar, especialmente, las tareas mentales”. En ese punto enumeró leer, escribir, dibujar, hacer cuentas, jugar a las cartas, intentar armar un rompecabezas.
La tarea preventiva en la medicina
El médico neurólogo consideró que “está bueno lo de la prevención. Creo que los médicos no están solamente para curar cuando es posible, sino también para enseñar y prevenir. Hay una necesidad de que el médico sea docente en cuanto a las explicaciones. Eso requiere tiempo, es un tema clave”, remarcó.
Además indicó que “la mente va a influir mucho en lo que el paciente siente, cómo lo percibe. Hay pacientes que son de esconder información por miedo a que sea importante, y otros que cuentan todo, y el médico deberá filtrar lo que es importante. Con el pensamiento vienen las emociones, y ahí es donde viene la cosa más dificultosa. Hay que saber escuchar”, concluyó.