La ganadería se prepara para dar un salto tecnológico con la trazabilidad electrónica
El tema fue analizado por el director nacional de Producción Ganadera, Silvio Marchetti, quien destacó las ventajas que implicará el sistema en cuestiones tanto comerciales como sanitarias de los rodeos.
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En el marco de la reciente jornada del Instituto de Promoción de la Carne Vacuna Argentina (IPCVA) llevada a cabo en Paso de los Libres, el director nacional de Producción Ganadera, Silvio Marchetti, abordó uno de los cambios regulatorios más significativos para el sector: la inminente implementación de la trazabilidad individual electrónica obligatoria.
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Marchetti confirmó que, después de varias postergaciones, la medida entrará en vigor de manera definitiva. "A partir de enero del 2026, luego de algunas postergaciones, ya va a ser una obligatoria la trazabilidad individual electrónica".
El nuevo esquema comenzará a aplicarse directamente a la base de la cadena productiva. El director explicó que "los terneros y terneras que sean movilizados a partir del año que viene, van todos con esa trazabilidad". Esto implica que "se empieza a hacer el control y registro en cada movimiento de un animal".
La responsabilidad del registro recae sobre quien adquiere el ganado, permitiendo la carga continua de información al sistema de Senasa, el cual ya se encuentra informatizado.
El sistema funciona de la siguiente manera: el productor emite el Documento de Tránsito Electrónico (DTE) y el que lo recibe, "va a hacer la lectura de los de los números de caravana que están amparados en DTE y todo se va cargando del sistema que ya está informatizado".
Respecto a la faena, Marchetti indicó que se están realizando ajustes técnicos para asegurar la continuidad del control hasta el final de la cadena: "se están haciendo las pruebas piloto con los frigoríficos para darle continuidad a esa trazabilidad en el frigorífico, ligando el número de caravana con el que está el animal que va a llegar con número electrónico al número de garrón del romaneo".
Impacto del mercado global
Marchetti desestimó la idea de que la trazabilidad sea un requisito exclusivo para los exportadores, argumentando que el mercado es interdependiente. "La realidad es que el mercado es uno solo que tiene algunos requisitos”.
Planteó que para sostener el volumen actual de ventas internacionales, la mayoría de la faena debe ser compatible con los estándares de exportación: "para lograr ese 30 por ciento de exportación de carne sobre la producción total, necesitas más de un 50 por ciento de la faena nacional de animales integrables al mercado externo e interno, porque no se exporta el animal entero, se exportan pedacitos". Por lo tanto, el impacto real es mucho mayor, ya que "más de la mitad va a mercados que tienen que ser integrables con la exportación".
El principal cambio para el productor de cría, quien ya venía realizando la identificación individual obligatoria hace más de una década, es la herramienta utilizada. "Lo que cambia es cuál es la tecnología que tiene que usar. En lugar de usar una caravana analógica, las únicas opciones van a ser las electrónicas". Las alternativas válidas incluyen "el botón clásico en la oreja derecha, el subcutáneo o el bolo intrarruminal".
Precisión
Uno de los principales beneficios de la adopción masiva de tecnología electrónica es la eliminación de fallos en la recolección de datos. Marchetti fue claro al afirmar que "claramente uno de los problemas en la opción analógica era el error humano, que acá va a desaparecer".
La tecnología no solo mejora el control, sino que actúa como un facilitador para la industria. Según Marchetti, "manualmente, analógicamente no iba a ser viable en un frigorífico leer animal por animal para lograr esa trazabilidad".
El director subrayó que la identificación no es un objetivo final, sino una herramienta: "la identificación electrónica o la misma trazabilidad no son un fin en sí, sino que son una herramienta para otras cosas".
Esas "otras cosas" incluyen la "toma de decisiones a nivel sistema de parte de los controles y de sistema sanitario", y también para el productor, facilitando la aplicación de "la ganaría de precisión".
Consenso y estrés del cambio
Consultado sobre la resistencia inicial de algunos productores debido a los costos, Marchetti reconoció la complejidad del proceso.
"Había hubo muchos chisporroteos de los productores, que son muchos… Hay muchos que están muy a favor y aplauden el tema, otros que están muy en contra, lo cual es totalmente respetable y se entiende". El funcionario compartió su perspectiva personal: "Yo también soy productor, soy veterinario y también tuve mis dudas, y tal vez algunas las tengo todavía".
No obstante, enfatizó que existe un respaldo documentado: "hay un documento de toda la cadena que firmaron todas las entidades donde tienen en su plan incluir la trazabilidad individual obligatoria electrónica".
Finalmente, Marchetti reconoció que "todo cambio para todos va a generar estrés y ruido, junto a la necesidad de adaptarse", pero aseguró que el objetivo es garantizar la continuidad comercial. La meta de la Dirección es lograr que este proceso, “que no es tan fácil de hacer sea lo más sencillo posible y que no obstaculice la comercialización normal, principalmente la invernada el año que viene”
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