Rotar modos de acción permite proteger las opciones contra las resistencias de malezas
La necesidad urgente de un manejo integrado y diversificado para frenar la expansión de malezas fue destacada por el ingeniero agrónomo Esteban Bilbao durante la jornada de la Red de Manejo de Plagas de Aapresid (REM) realizada en Coronel Suárez.

En un concurrido encuentro, el ingeniero agrónomo Esteban Bilbao destacó la necesidad urgente de un manejo integrado y diversificado para frenar la expansión de malezas como el nabo, que ya presenta resistencias a múltiples herbicidas, incluyendo un caso único a nivel mundial en Argentina.
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La preocupación por la expansión de las malezas crucíferas resistentes reunió a más de un centenar de productores, asesores y técnicos en una Jornada Testimonial organizada por la REM de Aapresid junto a la Regional local.
El encuentro se centró en la creciente problemática de especies como el nabo (Brassica rapa), el nabón (Raphanus sativus), el nabillo (Hirschfeldia incana) y la mostacilla (Rapistrum rugosum), que se han convertido en un desafío mayúsculo para el centro y sur bonaerense.
En este marco, el ingeniero agrónomo Esteban Bilbao, miembro de la Regional Necochea de Aapresid y del programa REM, advirtió sobre la gravedad de la situación actual y la necesidad de actuar de forma coordinada.
"La importancia que viene tomando el nabo se debe a su gran distribución", explicó Bilbao, detallando que la maleza "empezó por ahí más cerca de lo que es el sudeste de Buenos Aires y se viene distribuyendo a otras zonas ya con muchísimas hectáreas afectadas".
El especialista detalló que esta especie "contiene un gen de resistencia a glifosato internamente y que después viene desarrollando otras resistencias como a herbicidas ALS, en algunos casos puntuales a 2,4-D y a flurocloridona".
Este último caso, confirmado en 2025, representa el primer hallazgo mundial de Brassica rapa resistente a flurocloridona, un activo clave en numerosos cultivos, lo que evidencia la magnitud del desafío.
El avance de estas malezas es tal que, junto con el raigrás, ya dominan buena parte del territorio bonaerense, según los mapas de la REM. Esta situación, señaló Bilbao, "nos está llevando a un control químico, a un manejo de la maleza muy caro y con mucha problemática".
Urgencia de diversificar el control químico
Durante la jornada, los asistentes recorrieron distintas paradas técnicas, una de las cuales se dedicó a evaluar la performance de diferentes tratamientos herbicidas.
Bilbao presentó ensayos comparativos de tratamientos pre y postemergentes en trigo, donde se pudo observar la respuesta de las crucíferas a distintas estrategias. "El abuso de glifosato, ALS y hormonales nos trajo hasta acá. Repetir esa historia con las herramientas que todavía funcionan sería un error estratégico", advirtió el especialista.
En Argentina, existen actualmente nueve modos de acción de herbicidas que controlan estas malezas. Sin embargo, Bilbao enfatizó que la clave no es solo elegir el más eficaz o económico del momento, sino planificar su uso a largo plazo. "Tenemos que ver la forma de rotar estos modos de acción y estos herbicidas para poder ir protegiendo", afirmó.
Los ensayos mostraron "muy buenas combinaciones entre distintos herbicidas y distintos modos de acción", demostrando que combinar residuales con postemergentes y aplicarlos en el momento oportuno -idealmente en roseta temprana- es fundamental para un control exitoso.
Tanto Bilbao como otros expertos presentes, como Patricia Diez de Ulzurrun (FCA-UNMdP), coincidieron en que la solución no reside únicamente en los productos químicos. "Obviamente tenemos que estar sumando el manejo integrado, o sea, todo el resto de las herramientas", subrayó Bilbao.
Diez de Ulzurrun destacó que "reconocer la maleza que enfrentamos es clave para planificar un control eficaz", mientras que Bilbao detalló un abanico de prácticas agronómicas que "suman a poder manejar mejor la maleza".
Mencionó en primr lugar el uso de semilla limpia y la correcta limpieza de maquinarias para no diseminar el problema. Sumó también a estrategias culturales como la rotación de cultivos, el ajuste de fechas y densidades de siembra.
Otras herramientas recomendadas son la implementación de cultivos de servicio y el uso de destructores de semillas en la cosecha para evitar que las malezas tardías aumenten el banco de semillas para ciclos futuros.
"Son todas pequeñas piezas y pequeños pasos que podemos dar para manejar mejor la maleza y para que nos duren también más tiempo los herbicidas", concluyó Bilbao.
Tecnología aplicada
Una de las herramientas destacadas fue el uso de aplicaciones selectivas, que permiten reducir significativamente el uso de herbicidas y, por ende, el impacto ambiental y los costos.
Según Bilbao, esta tecnología puede generar ahorros de hasta un 70 por ciento en barbechos y un 50 en el uso anual de herbicidas. Esto permite "entrar con la maleza a un tamaño más adecuado y con más mezclas de modos de acción y de herbicidas que por ahí en cobertura total son prohibitivos por su costo", logrando un mejor control y manejo de las resistencias.
En la jornada se realizó una demostración en vivo de un equipo trabajando "verde sobre verde" para detectar nabos escapados y manchones de avena negra. Bilbao explicó que calibrando la sensibilidad del equipo se puede lograr un equilibrio entre la detección de malezas de distinto tamaño y el ahorro que se desea obtener.
El mensaje final de la jornada fue contundente: no existen soluciones mágicas. El control de las crucíferas resistentes, un problema del presente y no del futuro, dependerá de la adopción de estrategias integradas, diversificadas y colectivas, construidas desde el trabajo en red que impulsa la REM.
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