La Cámara de Legumbres celebró sus 50 años con una ambiciosa proyección global
Jorge Reynier, presidente de la Cámara de Legumbres, destacó la recuperación productiva y la necesidad de políticas estables para consolidar al país como proveedor mundial.
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La Cámara de Legumbres de la República Argentina (Clera) celebró el 50° aniversario de fundación con un importante encuentro realizado en la Bolsa de Cereales de Buenos Aires.
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El evento, que también fue transmitido por streaming, reunió a referentes de la actividad, productores, exportadores, profesionales y técnicos vinculados a la cadena de valor. En función de esta fecha tan especial, Clera subrayó que se abordaron temáticas cruciales para la industria, incluyendo la producción, las tendencias de consumo, los mercados internacionales y el clima político.
La apertura formal de la jornada estuvo a cargo del presidente de Clera, el contador público Jorge Reynier.
Al dar la bienvenida a los asistentes, Reynier expresó un "enorme placer" por el acompañamiento en los festejos de la institución. Recordó que Clera nació con el propósito de defender los productos del sector para mejorar la producción y la comercialización. La institución fue fundada el 23 de enero de 1975 como una entidad civil sin fines de lucro, representando la cadena de valor de legumbres como arvejas, garbanzos, lentejas y porotos.
Entre los hitos históricos de Clera se encuentran la representación sectorial ante organismos gubernamentales, la promoción comercial internacional, el desarrollo de calidad y la organización de eventos clave, como un congreso mundial de CIS en 2002.
El presidente de Clera agradeció la participación de las autoridades que honraron el evento con su presencia. Entre ellas se encontraban el secretario de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación, Sergio Iraeta; el presidente de la Bolsa de Cereales, Ricardo Marra; y el presidente del Consejo Agroindustrial Argentino, Gustavo Idígoras. También asistieron otras figuras relevantes como el secretario de Producción Agropecuaria y Forestal, Manuel Chape; la presidenta del Senasa, María Pilar Giraudo, y el presidente del Inta, Nicolás Bronzovich, entre otros.
Crecimiento acelerado
Durante su discurso, Reynier desglosó la importancia de las legumbres desde una triple perspectiva: la producción y comercialización, los factores económicos y el contexto político.
El panorama mundial para las legumbres se presenta "alentador", con significativas oportunidades productivas y comerciales para Argentina. Citando un informe reciente conjunto de la FAO y la OCDE, se espera que estos cultivos sigan ganando protagonismo global gracias a sus beneficios para la salud y el medio ambiente. Específicamente, se proyecta que el consumo promedio de legumbres, que en 2024 rondó los siete kilos por año por persona al año, aumente a 8,6 kilos hacia 2033. Este crecimiento en el consumo per cápita se espera en casi todas las regiones, siendo notablemente alto en Europa debido a los cambios en la dieta y la tendencia a incorporar proteína vegetal.
Desde el plano comercial, se prevé que el comercio mundial de leguminosas alcance los 22 millones de toneladas hacia 2033, lo cual representa un crecimiento respecto a los 19 millones de toneladas registrados en la década pasada.
A nivel de producción, India lidera el mercado con 25 millones de toneladas métricas en 2023 (el 28 por ciento del total), duplicando a Canadá (el segundo productor con 11,5 millones de toneladas) y produciendo más de 27 veces la producción argentina.
Impacto exportador
A pesar del optimismo global, el consumo per cápita de legumbres en Argentina contrasta fuertemente con el promedio mundial. El consumo nacional se sitúa en aproximadamente 800 gramos por persona al año, de los cuales el 60 por ciento corresponde a lentejas, muy por debajo de los siete kilos del promedio global.
No obstante, Argentina juega un rol fundamental en el mercado externo. Las exportaciones representan el 3,5 por ciento del mercado mundial y generan un aporte promedio de unos 500 millones de dólares al año para el Estado argentino en las últimas diez campañas.
Reynier resaltó las condiciones agroecológicas favorables del país, donde la producción se extiende por doce provincias. La región del NOA se destaca por su tradicional producción de porotos, mientras que la producción invernal de garbanzos, arvejas y lentejas también sobresale. Todos estos cultivos se caracterizan por su alto perfil exportador.
Las demandas
El presidente de Clera analizó la Campaña 2025, señalando que el sector ha logrado revertir parcialmente la situación de la campaña 2024, que fue "pobre en cantidad" debido a la falta de lluvias, especialmente en el NOA.
Para la presente temporada 2024/2025, la superficie sembrada del complejo legumbrero se estima en 876 mil hectáreas. Se proyecta una producción de 1.106.000 toneladas, compuesta por 539.000 toneladas de poroto y 567.000 toneladas de arvejas, garbanzos y lentejas.
El cuidado de la inversión es un punto central para el futuro del sector. Reynier enfatizó la necesidad de políticas estables que fomenten la inversión a largo plazo. Es "imprescindible reducir el costo argentino", desarrollar genética adaptada, mejorar la infraestructura de exportación, y garantizar la previsibilidad y un marco regulatorio claro. Se proyecta una inversión de 525 millones de dólares para la campaña 2025/2026, compuesta por rubros como arrendamiento, labores, semillas, fertilizantes y fitosanitarios.
Si bien el sector enfrenta desafíos como la inestabilidad de precios, el impacto del cambio climático, la falta de inversión genética y la competencia de otros cultivos, Clera propone una visión a diez años que busca consolidar a Argentina como un proveedor global de legumbres de alta calidad.
Este plan incluye: expandir el volumen y diversificar la producción regional; aumentar la industrialización para ofrecer productos con valor agregado, como harinas y proteínas; impulsar el consumo interno mediante campañas y nuevos alimentos; y fomentar la sostenibilidad y la innovación tecnológica en la producción.
Reynier concluyó su discurso con un mensaje de unidad y acción, asegurando que esta visión "no es un sueño inalcanzable".
"El futuro de la Argentina no está en un tren que pasa, sino en nuestras manos, las manos de quienes construyen el camino", sentenció Reynier. La respuesta a la pregunta de qué debe hacerse es clara: "Trabajar con visión y unidad".
Finalmente, el presidente de Clera parafraseó al filósofo José Ortega y Gasset: "Es hora de poner manos a la obra. argentinos a las cosas. Unamos esfuerzos para impulsar el progreso de nuestro sector y de toda la nación".
Es que si se confirma la apertura de mercados asiáticos y la introducción de nueva genética, la siembra podría superar el millón de hectáreas, brindando un crecimiento exponencial en superficie y producción.
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